El instituto San Isidoro restaura un valioso azulejo de Enrique Orce
La cerámica, que preside el vestíbulo, es obra del mismo autor del «Studebaker» de la calle Tetuán
El Instituto San Isidoro recoge la mayor distinción a un centro de enseñanza
M.Benítez
Sevilla
El instituto San Isidoro de Sevilla está restaurando la cerámica del santo que se encuentra situado en el vestíbulo de entrada. Se trata de una obra maestra donada al histórico centro educativo en el año 1941 por el ceramista Enrique Orce Mármol, que fuera profesor ... de Dibujo del Instituto y que es autor de obras tan conocidas como el famoso «Studebaker» de la calle Tetuán, de numerosas cerámicas de la Plaza de España, del Hotel Alfonso XIII, de la cerámica de la Soledad de San Buenaventura y del edificio Coliseo.
La obra que ahora está siendo arreglada es una copia de un cuadro de Murillo conservada en la Catedral de Sevilla realizada por el prestigioso ceramista sevillano.
Desde el centro educativo han destacado la importancia de esta restauración que está llevando a cabo Antonio Daniel Comas Pérez que esta realizando trabajos de conservación sobre dos paneles cerámicos obra de Enrique Orce, ambos fechados en 1941.
El mural cerámico que representa a San Isidoro, presentaba una gruesa capa de barnizado con la intención de darle un aspecto de lienzo antiguo al compararse con la pintura obra de Murillo de la cual Orce toma el modelo de referencia. Sin embargo ahora han decidido devolverle su valor y funcionalidad propio de la cerámica artística.
Según destacan, sobre el panel cerámico se le han reintegrado las faltas de color más importantes para su correcta lectura visual. Un criterio de diferenciación aplicado ayuda a observar diferencias entre la parte intervenida y la original para facilitar así su valoración y estudio.
Jubilación
Por otra parte, el instituto dice adiós este jueves, coincidiendo con el inicio de curso, al ordenanza Manuel Eloy Angulo Moreno, que, según han informado desde el centro, se jubila tras más de 40 años y que ha sido despedido por la comunidad educativa.
«Hace 41 años entré a trabajar en el Instituto San Isidoro sin saber, en ese momento, todo lo que esta institución iba a darme. Me despido triste, pero también feliz por todo lo vivido», ha dicho el trabajador tras ser despedido por los directivos, profesores y personal de administración de servicios con los que ha compartido estos años de trabajo.
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