Un informe encargado por Emvisesa en 2018 señalaba deficiencias del proyecto de Vázquez Consuegra en la ampliación de Fibes

Más de una década después, y con Fibes 2 convertido en un referente a la hora de atraer congresos y espectáculos a la ciudad, las filtraciones que se han detectado en la cubierta han evidenciado la necesidad de actuar con urgencia para poner fin cuanto antes a unas patologías que han obligado al Ayuntamiento de Sevilla a indemnizar a las empresas afectadas, a las que incluso se les ha mojado parte de su montaje. Pero lo cierto es que, más allá del agujero económico que esta obra provocó en las cuentas de Emvisesa, existen varios informes periciales que desde el año 2018 vienen avisando de que se produjeron algunas deficiencias por parte de las UTE a la que se le adjudicó esta actuación, formada por las empresas Acciona, Inabense y Heliopol. Además, y de forma paralela, estos documentos señalan que el proyecto que realizó el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra también incluía una serie de errores que terminaron provocando estas carencias.

Fue en el mes de julio del año 2003 cuando el Ayuntamiento de Sevilla y la Diputación convocaron un concurso de ideas para encontrar un proyecto relevante que protagonizara la ampliación del Palacio de Exposiciones y Congresos de la ciudad. Las bases del concurso que se publicaron exigían una serie de requisitos, entre los que se encontraban la construcción de un auditorio de 3.000 personas, la conexión con el edificio existente mediante rampa, además de zonas comerciales y hoteleras que autofinanciaran parte del proyecto. El jurado decidió entonces escoger el proyecto que había sido presentado por el arquitecto Guillermo Vázquez Consuegra, bajo el nombre 'Propuesta rojo y plata', que gustó tanto que hasta fue seleccionado por la unanimidad de todos los miembros. Sin embargo, el diseño reveló ciertos problemas constructivos que acabaron por provocar un sobrecoste en el presupuesto inicial y un aumento más que considerable de los plazos que inicialmente se habían puesto sobre la mesa.

En el año 2018, en pleno proceso judicial por el que Emvisesa reclamaba a la UTE Fibes Sevilla el pago de los más de 4,5 millones de euros en los que se tasaron los desperfectos que se habían detectado en la ampliación de Fibes 2, la empresa municipal de vivienda encargó tres informes periciales en los que se ponía el foco en las diferentes patologías existentes, principalmente en las de la cubierta del nuevo auditorio y las salas polivalentes anexas. Uno de estos documentos, firmado por la entidad Geyser y fechado el día 19 de octubre de ese mismo año, determinaba «la presencia de filtraciones y daños» en las instalaciones y centraba la responsabilidades de las mismas tanto en los trabajos de construcción que habían realizado las empresas Acciona, Inabense y Heliopol, como en el propio diseño presentado por Vázquez Consuegra y que había resultado ganador del concurso de ideas.

En concreto, el informe elaborado por los técnicos hablaba de la existencia de «deficiencias geométricas del faldón y de la estructura de la cubierta», aspectos ambos que son achacables al proyecto original que llevaba la firma del arquitecto. Además, también se destacaba la presencia de otra serie de «deficiencias constructivas», cuya responsabilidad en este caso recaía sobre la UTE Fibes Sevilla a la que Emvisesa le había adjudicado la actuación en su momento. Aquellas carencias que se recogían en la documentación de Geyser estaban presupuestadas en 4,16 millones del año 2018. Una cifra que, según las estimaciones actuales que ha realizado el gobierno de José Luis Sanz, se habría encarecido alrededor de un 30 0 40%, dado el incremento de precio que han tenido los materiales que se utilizan en este tipo de obras.

Además, en otro informe realizado por esta misma empresa, y fechado en la misma época, también se alertaba de lesiones en tabiques móviles, en la iluminación de peldaños y en la fijación del telón y drenaje del patio de Fibes 2. Todo ello, «por causas debidas al diseño y a la ejecución de la obra». Es decir, de nuevo se centraba la responsabilidad tanto en el proyecto que había firmado Vázquez Consuegra como en el trabajo de la UTE. En este caso, la resolución de estas patologías se cifraba en unos 152.500 euros. Por último, Emvisesa también contaba con un tercer documento pericial, ahora con la firma de la entidad Ambiner Ingeniería, que avisaba de otros daños en las instalaciones de climatización, media tensión y fontanería. El mismo se redactó el 27 de marzo de 2019 y fijaba el precio de la intervención en 222.5000 euros. En suma, los tres proyectos alcanzaban los 4,5 millones.

Aquellos documentos estuvieron en manos del gobierno municipal de esa época, liderado entonces por el socialista Juan Espadas. A pesar de que en los mismos se hablaba con contundencia de la realidad de la ampliación del Palacio de Exposiciones y Congresos, la misma que Contursa califica ahora de «muy crítica», el ejecutivo local no tomó medidas para resolverlas y con el paso del tiempo se han agravado. De hecho, a pesar del contenido de estos informes, se decidió llegar a un acuerdo extrajudicial con las empresas de la UTE Fibes Sevilla por el que Emvisesa sólo recibió 1,2 millones de euros para afrontar el arreglo de estas patologías, mientras que los 1,5 millones restantes del fondo de garantías que habían depositado les fue devuelto, incorporando también una cláusula en el convenio por el que se les eximía de futuras reclamaciones por el resultado de las obras.