JMJ: la Iglesia sevillana exhibe músculo en Lisboa

No es intencionado, por supuesto, pero la Iglesia hispalense, con su arzobispo a la cabeza, va a enseñar músculo en ese encuentro mundial de la juventud con más de 5.000 jóvenes peregrinando hasta la capital portuguesa, la segunda marca entre las diócesis españolas tras Madrid lo que da idea del peso que Sevilla representa hoy en el catolicismo patrio.

La cercanía con Lisboa, la capital europea más próxima a Sevilla; la colaboración de parroquias y hermandades de toda la provincia; la pujanza de las nuevas realidades en la Iglesia como Effetá o Hakuna unido al arraigo de movimientos más asentados como Cursillos de Cristiandad, Equipos de Nuestra Señora o las comunidades del Camino Neocatecumenal; más la implicación de institutos religiosos en torno a las pastorales escolares han elevado la cifra de participantes sevillanos.

Casi podría hablarse de una devolución de visita con tres décadas de retraso, porque Portugal organizó una «embajada de la juventud» para desfilar por la Expo92 de Sevilla en el día nacional del país, el 31 de mayo de 1992. Aquella iniciativa auspiciada por el inolvidable Mario Soares como presidente de la República movilizó a unos 8.000 jóvenes lusos concentrados en la base aérea militar de Beja, a doscientos kilómetros de Sevilla en la ruta hacia Lisboa.

Ahora, serán más de 5.000 peregrinos sevillanos los que acudan a Lisboa, de los que 2.531 viajan coordinados por la delegación diocesana de Pastoral Juvenil en un impresionante desafío logístico a bordo de 42 autobuses cuya mayor parte saldrá de Sevilla el lunes 31 de julio. El resto forman parte de expediciones propias de colegios, movimientos y otros grupos de la Iglesia.

Estarán en el encuentro de la juventud monseñor Saiz y sus dos auxiliares, Teodoro León y Ramón Valdivia, además de 43 sacerdotes diocesanos. La mitad de los peregrinos coordinados por la Pastoral Juvenil provienen de grupos parroquiales; alrededor de un tercio se encuadran en grupos juveniles de hermandades y cofradías y el resto lo componen integrantes de la Pastoral Juvenil y de Cursillos de Cristiandad. En la expedición viajan seiscientos menores de edad que precisan de permiso paterno.

A estos números hay que sumar los que viajan por cuenta propia en turismos particulares, los pertenecientes a comunidades o grupos de otros países que han pasado estos días por Sevilla -su presencia se ha hecho notar en los alrededores de la Catedral- y quienes han aprovechado la conexión aérea Sevilla-Lisboa para plantarse el mismo domingo de la misa con el Papa en la capital portuguesa para volver esa misma tarde.

Los primeros peregrinos partieron este miércoles 26 desde la parroquia de Santa María del Mar de los Bermejales tras la misa presidida por el obispo auxiliar Ramón Valdivia. Se trataba de una avanzadilla de 220 peregrinos distribuidos en cuatro autobuses que van a vivir la experiencia de los llamados días en las diócesis, un experimento de confraternización de jóvenes católicos de todo el orbe diseminados por el Portugal continental en las jornadas previas.

La JMJ abarca oficialmente del 1 al 6 de agosto, si bien el Sumo Pontífice llegará a Lisboa a partir del jueves 3 para participar en los actos centrales como son el recibimiento, el viacrucis y la misa del domingo en la explanada en el Campo del Tajo, junto al recinto de la Exposición Internacional de Lisboa de 1998. Pero la apretada agenda de la JMJ empieza desde mañana jueves 27 de julio.

Los peregrinos sevillanos han sido acogidos en la diócesis de Leiria-Fátima junto a los jóvenes de la provincia de Orense y Zambia. Algunos pasan estos días como huéspedes de familias o en colegios y polideportivos habilitados para vivaquear. La acogida oficial tuvo lugar en la parroquia de Ourém, la histórica población que los acoge, a escasos 11 kilómetros del santuario de Fátima, al que peregrinaron a pie el pasado viernes.

Tampoco queda lejos el monasterio de Batalha, erigido en conmemoración de la victoria portuguesa sobre los castellanos en 1385 en Aljubarrota, que certificó la independencia de la Corona portuguesa con la proclamación de Juan I, instaurador de la dinastía Avís. Hacia la Raya con España, el convento de Cristo de la población de Tomar que el premio Nobel José Saramago elevó a protagonista de su novela 'Memorial del convento'.

Los días en Ourém transcurrirán entre visitas culturales, diálogos sobre la fe y otros temas hasta que el lunes 31 todos partan hacia Cascais, en la costa lisboeta, donde se establecerá el cuartel general de los españoles. En total, 75.000 peregrinos españoles lo que convierte a la delegación hispana en la más numerosa, superando incluso a la de los anfitriones.

El lunes 31 de julio por la tarde, el cardenal Omella, presidente de la Conferencia Episcopal Española, presidirá una misa en la explanada de los jardines del casino de Estoril para todos los peregrinos españoles, seguida de un espectáculo musical.

El martes 1 de agosto se abrirá de manera oficial la JMJ con una eucaristía en la denominada Colina do Encontro que los organizadores han situado en pleno centro de Lisboa, en el parque Eduardo VII a los pies del monumento a Pombal, el influyente primer ministro ilustrado que decretó la expulsión de los jesuitas. Será allí mismo donde el primer Papa jesuita de la historia reciba el saludo de los jóvenes, en la atardecida del jueves 3 de agosto.

La delegación sevillana tiene tarea para las mañanas del miércoles, jueves y viernes con sendas catequesis y posterior diálogo con los jóvenes que impartirán el arzobispo Saiz Meneses y sus dos auxiliares (al alimón el jueves 3) mientras tiene lugar una variada programación en la que se incluye desde torneos de voley en la playa de Carcavelos y futbito hasta una feria vocacional.

El viernes 4 se reserva para un viacrucis de nuevo en el parque Eduardo VII y el sábado 5 y domingo 6 llega la apoteosis final con la vigilia de oración por la noche y la misa estacional en el Campo do Tejo, al pie del puente Vasco da Gama.

En la misa de envío el pasado 22 de julio en la Catedral, monseñor Saiz animó a los jóvenes sevillanos presentes a acudir a la JMJ «sin miedo, ni complejos». El arzobispo sevillano dijo haber hecho memoria de los peregrinos de su diócesis durante el reciente viaje a Tierra Santa en dos momentos concretos: en la orilla del lago de Tiberíades, muy cerca de la iglesia de Tabgha donde se instituyó el ministerio petrino, y en el lugar que la tradición asigna a la Ascensión del Señor.

El prelado arengó a la chavalería con parecidas palabras con que los apóstoles fueron apostrofados por un ángel: «¿Qué hacéis ahí plantados mirando al cielo?» «Id y predicad el Evangelio», les dijo después de exhortarlos a acudir a Lisboa como peregrinos para volver como apóstoles.