Así fueron las 15 horas críticas del «peor temporal de los últimos 50 años» en Sevilla
Sevilla llegó a registrar este miércoles picos de lluvia de 9 litros en 5 minutos, algo que según el alcalde «no soporta ninguna ciudad de España»
El Gobierno no alertó al Ayuntamiento de la tromba de agua que colapsó Sevilla
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Iniciar sesiónSevilla sufrió este miércoles una tormenta de lluvia y viento que, según los datos oficiales del Ayuntamiento, dejó 115 litros por metro cuadrado en la capital hispalense. Un escenario que colapsó por completo la ciudad y que fue «el peor temporal de los últimos ... 50 años». Así, al menos, lo calificó ayer el alcalde José Luis Sanz, que aseguró que «no hay ciudad en España que soporte esta cantidad de agua en este tiempo». Todo ocurrió en una franja de tiempo de apenas 15 horas que se extendió desde que empezaron a caer las primeras lluvias durante la madrugada hasta que al mediodía llegaron a vivirse momentos más críticos, con un caos que se extendió a casi todos los barrios y que provocó graves inundaciones, atascos de interminables horas e incidencias en calles, viviendas y garajes de las que los sevillanos tratan de recuperarse en estos momentos.
La Aemet había decretado un aviso naranja por precipitaciones en Sevilla, que se extendía desde las 00.00 horas hasta las 21 horas del miércoles. La alerta no fue lo suficientemente elevada como para que la Junta tomara la decisión de suspender las clases en la provincia. A primera hora del día, todavía con unos datos de lluvia que eran aceptables, la ciudad empezó a registrar los primeros colapsos de tráfico con la entrada de los niños en los centros escolares y los traslados a los puestos de trabajo. La recomendación era la de evitar los desplazamientos innecesarios, pero la rutina hizo que el volumen de tráfico fuera el habitual de cada día. De hecho, muchos padres se preguntaban por qué se habían mantenido las clases e incluso hubo centros donde se notó la falta de parte del alumnado.
La ciudad arrancaba el día como otro cualquiera, aunque con la amenaza cierta del cielo. Los servicios municipales estaban preparados para hacer frente a lo que pudiera ocurrir. De hecho, según el alcalde, en los últimos siete días se habían limpiado 700 imbornales para hacer frente a las previsiones meteorológicas adversas. Fue a las 10.30 horas cuando desde el Ayuntamiento se activó el Plan de Emergencias en fase de Preemergencia. En la práctica, esto suponía que los recursos locales estuvieran en alerta por si llegado tuvieran que intervenir. Las precipitaciones eran más intensas y el alcalde suspendió su agenda de actos públicos para estar atento desde su despacho a lo que estaba sucediendo. Lo peor llegó entre las 13 y las 15 horas, momento en el que las lluvias se intensificaron y el caos se apoderó de la ciudad. A las 15.30 horas, el nivel de emergencia alcanzó la fase 1.
Lo primero en inundarse fueron los pasos subterráneos y las zonas más bajas y llegaban imágenes de prácticamente toda la ciudad en la que se veía cómo el agua iba extendiéndose por calles, garajes y algunas viviendas de todos los distritos, sin distinción. De hecho, se registraron picos de lluvia de 9 litros en 5 minutos o de 40 litros en una hora. Al mediodía, los atascos en las principales vías de la ciudad se prolongaban durante horas. Fue entonces cuando José Luis Sanz decidió desplazarse hasta el centro de control del Cecop en la Ranilla. «Cuando llegué a las 16 horas, las bolsas de agua que quedaban estaban en la avenida Montes Sierra, Los Arcos, Parque Alcosa que afectaba a la A-4, en un lateral de Santa Justa y en el Tiro de Línea y el Cerro estaban limpiando los garajes», recordó el alcalde.
Lo ocurrido en la ciudad dejó un balance extenso de actuaciones. La Policía Local atendió 370 incidencias, los Bomberos se hicieron cargo de 70 y los voluntarios de Protección Civil de otras 60 más. Emasesa gestionó 252 avisos hasta las 17 horas y los dos tanques de tormentas de la Alameda y Kansas City se llenaron al cien por cien de forma inmediata. Fallaron, además, 72 de los 563 cruces semafóricos, dejaron de funcionar 20 de los 1.500 centros de mando del alumbrado público y hasta 16 líneas de Tussam tuvieron que ser desviadas. Sanz dijo estar «satisfecho» con el despliegue y avisó: «Si no hubiéramos estado preparados, la ciudad se habría inundado por completo a las diez de la mañana».
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