entrevista
Gervasio Iglesias: «No me gustan los revisionismos históricos y se están diciendo muchas tonterías sobre la Transición, que salió muy bien»
Gervasio Iglesias, productor de 'Modelo 77', película carcelaria ambientada en la Barcelona de 1977, cree que «no se está aplicando el ojo de la historia a ese periodo», igual que no se está haciendo con la llegada de Colón a América
«Cuesta mucho contratar a un técnico de cine en Sevilla. Están muy cotizados y no hay paro en el sector»
A través de la La Zanfoña Producciones, Gervasio Iglesias ha estado detrás de grandes éxitos del cine andaluz y español como 'Siete Vírgenes', 'La isla mínima', 'Grupo 7' o 'El hombre de las mil caras', todas del director sevillano Alberto Rodríguez. La entrevista ... con el también productor de 'Modelo 77', una de las películas con más nominaciones a los premios Goya, se realizó días antes de la ceremonia celebrada este sábado en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Sevilla en la que se hicieron públicos los galardones. La película del multipremiado Alberto Rodríguez retrata los sucesos ocurridos en la cárcel Modelo de Barcelona en 1977 en los que un grupo de presos comunes que se está organizando para exigir una amnistía que hará tambalearse al sistema penitenciario español.
-¿Cuánto tiempo estuvieron dándole vueltas a 'Modelo77' antes de decidirse a hacerla?
-Más de 15 años. Recuerdo que la primera visita a la cárcel la hicimos en 2006 y quisimos hacer la película justo después de 'Siete vírgenes', pero no pudo ser. Gracias a la pandemia no se derribó el edificio de la antigua cárcel como estaba previsto, y el arquitecto del proyecto de demolición decidió aplazarlo para que pudiéramos rodar la película allí. Nos dio un año de plazo, en el que solo se protegió la fachada para que no se cayera, y aprovechamos ese plazo. El arquitecto nos contó que cuando iba camino de la universidad pasaba todos los días por allí y veía todo lo que se cocía tras sus muros a medidados de los años setenta.
-La Transición es una etapa que Alberto Rodríguez ha retratado en varias de sus películas. Ciertos grupos de izquierda llevan tiempo poniéndola en cuestión. ¿Está sobrevalorada o todo lo contrario?
-La Transición es un período histórico que se dio en un momento muy determinado, en unas circunstancias muy concretas, que funcionó. Yo no soy nada partícipe de estos revisionismos históricos que hacen esos grupos y todo esto me recuerda un poco al revisionismo que se quiere hacer de la llegada de los españoles a América. Se están diciendo muchas tonterías sobre esos dos periodos porque no se aplica el ojo de la historia. La sociedad que encontraron los españoles que llegaron a América era una sociedad medieval y el inicio de la modernidad se estaba produciendo en España; por tanto, así es como hay que entenderlo, no se pueden aplicar los parámetros actuales para intentar comprender ese proceso. Con la Transición pasó un poco lo mismo. Fue como fue y en la práctica resultó muy bien. Hubo una evolución de dictadura a democracia y funcionó. En 'La isla mínima' también contamos una historia de la Transición pero la contamos tal cual, sin juzgar, tal y como creemos que sucedió. En 'Modelo 77' hemos hecho lo mismo con los presos que se organizaron en 1977 para luchar por un bien común.
-¿No deberíamos sentirnos orgulloso de la Transición que hizo la generación de nuestros padres y abuelos?
-Por supuesto que sí. Nosotros vivimos tranquilos porque se hizo de la forma qeu se hizo. Estar ahora mirando al pasado me parece una torpeza absoluta. Debemos prepararnos para el futuro y concentrarnos en él porque vamos a vivir una revolución triple. La revolución del feminismo, que va a cambiar la sociedad; la revolución tecnológica; y la revolución de la inteligencia artificial. No podemos perder el tiempo en revisionismos históricos.
-¿Ese revisionismo histórico no se ha hecho también con la II República?
-Yo creo obviamente más en una República que en una Monarquía pero no se puede caer en esos retratos idílicos de la II República que se hacen porque la cosa acabó en una guerra. La II República produjo evidentemente muchos avances pero tuvieron que hacerse también cosas mal para que la cosa acabara a tiros. Y eso no es poner a todos como muy malos porque lo cierto es que hubo un Golpe de Estado que trajo una dictadura horrible. Pero si en la II República se hubiera tenido mucha más habilidad quizá la cosa no hubiera acabado así. Aunque especular sobre eso es una tontería.
- En el cine español se ha impuesto esa versión idílica. ¿No sería conveniente que se abriera paso una tercera vía como la que encarnó en esa época Chaves Nogales, mucho más cercana a la realidad de todo lo malo que pasó en los dos bandos?
-En el cine hay de todo pero creo que se ha tratado, en general, esta parte de nuestra historia de una manera bastante imparcial. Por supuesto hay cineastas tendenciosos. Passolini tuvo una etapa de cine de tesis y esas fueron sus peores películas, las que llegaron a menos gente, quizá al público más demagogo. Debemos tratar de llegar al gran público, que creo que es muy inteligente. Con el filtro del tiempo, lo que queda no es el cine de tesis sino el que trasciende una ideología determinada. Y Chaves Nogales, como usted menciona, es un ejemplo magnífico, lo cuenta todo de una manera certera sin dogmatismos. Todo lo que dice del nacionalismo catalán está plenamente vigente. Aunque lo escribió en 1935, parece totalmente actual.
-A Amenábar se le acusó de no ser lo suficientemente antifranquista cuando hizo 'Mientras dure la guerra', una película sobre alguien como Unamuno que simbolizó casi como nadie las dudas que debieron de tener tantos españoles ante el colapso de la II República y el inicio de la Guerra Civil.
-Decir que Amenábar no fue lo suficienemente antifranquista en 'Mientras dure la guerra' me parece una chorrada. Es una gran película. Mucha gente critica las películas diciendo cómo le hubiera gustado a él que se hicieran, pero lo que habría que analizar es si los personajes son convincentes o sitiene buenos diálogos. El cine es como el fútbol, todo el mundo opina. Lo cual está muy bien.
-¿No le preocupa la polarización de las opiniones que se vive en España desde hace años?
-Creo que esta polarización no es un fenómeno exclusivo de España. Está pasando en Estados Unidos porque la gente se posiciona ante los cambios que vienen, que serán gigantescos. Hay gente que se echa para atrás, hacia el inmovilismo y el pasado, y se reafirma en sus ideas, lo cual me inquieta. Lo de Vox no me gusta nada pero creo que ya se ha estancado por fortuna. A mí me gusta más la historia que la política pero no tengo posicionamientos políticos.
-Dejó una plaza fija que tenía en RTVE hace 22 años para lanzarse a hacer películas. ¿En estas dos décadas se ha arrepentido alguna vez de haber renunciado a esa seguridad laboral por esa aventura incierta que es el mundo del cine?
-No, aunque reconozco que aprendí muchísimo en RTVE y que me lo pasé muy bien. El caso es que fueron algunos compañeros a los que conocí allí, entre ellos Alex Catalán y el padre de Alberto Rodríguez, los que me animaron a crear ese grupo de entusiastas del cine, entre los que también estaba el propio Alberto, para empezar a hacer cosas. Nos unimos también a un grupo del Centro Andaluz de Teatro, en el que estaban Santi Amodeo y actores como Paco León y Alex O'Dogherty, entre otros. Empezamos a hacer cortos y luego ya hacíamos todos de todo. El padre de Alberto le regaló una cámara a su hijo y con ella casi se puede decir que arrancó la generación CineExín. Y hubo un momento en que el cine lo ocupó todo.
-¿Qué valores han quedado de la generación CineExín después de un cuarto de siglo?
-Se ha quedado el espíritu de solidaridad y compañerismo. Y hemos mantenido la humildad. A nadie se le han subido los humos y seguimos siendo casi los mismos. Alberto Rodríguez ha sido fundamental en esa cohesión y en mantener esa misma ilusión por hacer las cosas tantos años después. Recuerdo que durante el rodaje de '«Modelo 77' Alberto comentó que teníamos la misma ilusión que rodando 'Siete Vírgenes'. Nos lo seguimos pasando de maravilla, como cuando empezamos, aunque ahora tenemos un mayor nivel técnico. Hemos crecido pero nos parecemos mucho a los chavales de 20 ó 22 años que empezamos hace tres décadas.
-¿Era más fácil hacer cine antes que ahora?
-Al revés. Sin querer parecer un abuelete, debo decir que antes era más difícil. La complejidad técnica era mayor y era mucho más caro que ahora. La digitalización ha abaratado mucho los costes y permite sobre todo que la tecnología, que era un gran hándicap antes, esté hoy día al alcance de todos. Hoy día se puede rodar una película con un iPhone. Hemos estado rodando en la India y hemos utilizado el iPhone para entrar en sitios que de otro modo hubiera sido imposible. En Hollywood también se están utilizando mucho los iPhone porque abarata mucho todo. El coste del celuloide o de alquilar las máquinas de cine, el montaje y la postproducción era carísimo.
-¿Cuál es el coste medio de una película española en este momento?
-Unos dos millones y medio de euros. 'Siete Virgenes' costó hace quince años 1,8 millones de euros.
-¿Y los efectos especiales?
-También se han abaratado mucho con la digitalización. Lo que sí está subiendo muchísimo son los costes de personal porque hay una gran producción de series y es difícil encontrar a personal cualificado.
-¿Con qué cantidad mínima se puede hacer hoy una película?
-Casi con nada. Y a diferencia de la época en que nosotros empezamos, sí se pueden proyectar en una sala de cine. Antes no tenían la suficiente calidad técnica y hay, ahora además, muchas plataformas para exhibirlas. Ahora la puede ver todo el que quiera.
-En las webseries muchos cineastas andaluces están llevando la voz cantante.
-Sí. Además, fuimos pioneros en Andalucía. Fueron David Sainz y Teresa Seguro los que hicieron 'Malviviendo', el primer gran éxito de webserie en España.
-¿En Andalucía contamos con buenos profesionales técnicos?
-De los mejores de España. Y están muy cotizados. Cuesta mucho contratar a un técnico de cine en Sevilla y el resto de Andalucía. No hay paro en el sector. Hay grandes talentos y grandes técnicos y por eso están viniendo aquí tantos rodajes. Si algo importante trajo el movimiento CineExín fue que empezó a montar una industria. Ahora mismo está empezando una nueva generación, de gente de 22 a 30 años, que supone un cambio generacional clarísimo. Y yo confío mucho en la juventud que tenemos ahora. Es gente muy diversa y muy buena a las que hay que apoyar.
-También está brillando mucho el documental andaluz con gente como Paco Ortiz y José Carlos Isla, entre otros.
-Sí. A mí me encanta el documental y ahora mismo veo mucho más documentales que ficción. Hay tal sobresaturación de series que me estoy aburriendo. Y ya me suena todo, como si ya lo hubiera visto. Esto no pasa con los documentales y se están haciendo cosas buenísimas en Andalucía. Y estos documentales están escribiendo la memoria histórica contemporánea de Andalucía.
-¿Cuál ha sido el papel de Canal Sur?
-Sin Canal Sur esto no hubiera ocurrido y no se hubieran contado ni el 1 por ciento de las historias que se están contando. Que son buenísimos y que tienen muchos fans fuera.
-¿La industria andaluza del cine puede competir con la del resto de España o del mundo?
-Yo prefiero llamarle artesanía que industria, pero sí, podemos competir con cualquiera. Ha habido producciones andaluzas nominadas a los Oscar como 'La dama y la muerte'.
-¿Los premios Goya tienen algún efecto en taquilla?
-Sí. Le dan una segunda vida a la película. 'Siete Vírgenes' y 'La Isla Mínima' ya teníanla carrera hecha después de los Goya pero tuvieron otro plus de espectadores. Un caso excepcional fue el de 'La soledad', que no la vio nadie y tras ganar el Goya la vio casi todo el mundo en salas.
-La gente joven ya no ve la televisión y casi no va al cine. ¿Se puede hacer algo por cambiar esto o simplemente hay que aceptarlo?
-Hay que aceptarlo. Las plataformas son el presente y los grandes productores actuales.
-¿Pueden desaparecer las salas de cine en un futuro no muy lejano?
-No lo creo. Se cerrarán más salas y se quedarán las mejores, las que proporcionen una mejor experiencia. Las superproducciones de Hollywood las seguirán viendo los más jóvenes en el cine y el público más adulto querrá ver en ellas otro tipo de cine más concreto. Seguramente habrá cada vez menos estrenos y lo que llamamos la clase media del cine se irá perdiendo porque no habrá demasiado diferencia entre ver ese tipo de películas en casa o en un cine.
-¿La experiencia de ver una película no es incomparable? A oscuras, sin móviles ni interferencias...
-Yo no soy nada nostálgico y cuando quiero ver una película en el cine, voy a verla. En casa se pueden ver cuatro películas seguidas. Lo único que me preocupa de las plataformas es que están acabando con la autoría. Casi todo se basa en algoritmos, ellas te dicen lo que quieren que hagas anulando prácticamente al autor. Están convirtiendo a muchos directores en directores de producción.
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