El fraile que nació dos veces

En realidad, Bartolomé de las Casas nació en 1484, pero esto se supo después. Los americanistas sevillanos, con Francisco Morales Padrón a la cabeza, organizaron un congreso internacional de fuste al que acudió nada menos que el premio Nobel Miguel Ángel Asturias. El escritor guatemalteco vivía exiliado en España y el coloquio de Sevilla fue uno de los últimos actos a los que acudió, antes de fallecer en Madrid en julio de ese 1974.

Los mejores especialistas lascasianos se habían dado cita en el Paraninfo para aportar, durante cuatro días, luz y conocimiento a la obra del que fue considerado defensor de los indígenas e impulsor de las leyes en su favor. El rector Manuel Clavero Arévalo presidió el día 20 de marzo la inauguración de las jornadas, que corrió a cargo del hispanista francés Andrés Saint-Lu. Asturias, galardonado con el Nobel en 1967, le daba lustre a la presidencia del acto. El día 22, aprovechando su estancia en Sevilla, pronunció la conferencia 'El paisaje y el lenguaje en la literatura hispanoamericana' en el salón de actos de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras.

La biografía de Bartolomé de las Casas estaba llena de agujeros: se creía que era hijo de familia acaudalada de apellido catalán Casaus castellanizado cuando sus padres no pasaban de ser humildes panaderos en la esquina de la calle Rivero (entonces Fruta) y Cuna (entonces Carpintería). También que había hecho carrera en Salamanca, cuando nunca sacó un título por esa Universidad. Y, por último, se creía que había nacido en 1474.

Cinco siglos después, la fecha de nacimiento ya estaba en entredicho pues el hispanista Raymond Marcus se encargó de ponerla en cuestión en la primera ponencia del congreso de 1974. Decía la reseña en ABC: «En efecto, la idea de que Las Casas nació en 1474 se ha transmitido sin ninguna comprobación desde hace varios siglos, y su primera mención resulta muy dudosa». El error lo originó fray Antonio de Remesal, cronista de América del siglo XVII y se mantuvo hasta que se dató sin error en 1484.

Así que Sevilla volvió a celebrar el quinto centenario una década después. Lo hizo cumpliendo a medias con la propuesta que había lanzado el historiador Joaquín González Moreno en las páginas de ABC diez años antes: «Una plaza con una gran estatua en una urbanización moderna sería el mejor homenaje a este V centenario de su nacimiento que ahora celebramos».

El monumento se erigió en 1984 en la orilla sevillana del río bajo el puente de Triana en homenaje al V centenario de, ahora sí, su nacimiento que entonces se celebró.