entrevista
«Para mi familia pintar no era un trabajo y tuve que estudiar Bellas Artes a escondidas»
La artista alemana Uta Geub, afincada en Sanlúcar de Barrameda desde hace veinte años, ha sido cartelista de las fiestas de Sevilla y de otras ciudades andaluzas
«Foster es un dios como arquitecto pero ¿qué iba a hacer como cartelista taurino en Sevilla?
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Sevilla
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Iniciar sesiónLa artista alemana Uta Geub (Friburgo, 1971) habla cuatro idiomas (alemán, español, inglés y holandés) y se entiende bastante bien en otros dos (italiano y francés), pero el idioma con el que más disfruta (y que comenzó a practicar con 6 años) es el ... más universal, el del arte. Entre 1988 y 1992 estudió Bellas Artes y Diseño en Alemania tras lo cual recorrió Europa para conocer las últimas tendencias pictóricas. Cuando recaló en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) hace veinte años, ya se había pateado Suiza, Holanda, Francia y parte de Estados Unidos. Ha expuesto su obra, influida por el cubismo pop warholiano, en varios países europeos y Estados Unidos. Amante también del cartelismo y de las tradiciones andaluzas, se hizo un sitio en el Club Jockey de la Asociación de Carreras de Caballos de Sanlúcar y en su Palacio Ducal de Medina Sidonia. Expuso, además, en el centro cultural de la antigua Caja San Fernando, la Fundación Caja Rural, el Salón Internacional del Caballo de Sevilla (SICAB), el Casino de Madrid y las Bodegas Barbadillo y Pedro Romero. En 2006 presentó en el Ateneo de Sevilla sus cuadros inspirados en las obras de Velázquez. Luego haría el cartel de Sicab y el de las Fiestas de Primavera de Sevilla y el del Corpus Christi, entre otros muchos carteles de Sanlúcar de Barrameda, Chipiona y otras localidades andaluzas.
Tras un problema de salud que la mantuvo varios años apartada del mundo artístico, regresó en 2021 con Project 15. «Me diagnosticaron un cáncer de colon y fue un shock tremendo porque nunca había tenido hasta entonces ninguna enfermedad y mi hija sólo tenía 3 años. Su nacimiento en 2012 lo cambió todo y, tras la operación de mi tumor, empecé una nueva vida y decidí pintar solo cosas que me gustaran«.
-¿Fue la oveja negra de su familia por querer ser artista?
-Sí, cuando dije que quería estudiar Bellas Artes, mis padres me dijeron que pintar no es trabajar. Y me obligaron a estudiar Hostelería, aunque yo compatibilicé las dos cosas haciendo Bellas Artes a escondidas. Recuerdo que cuando era pequeña, me encerraban en el sótano para castigarme, aunque eso a mí no me importaba. No lloraba y entonces me metían más tiempo. Yo sólo tenía 4 ó 5 años.
-Por hacer eso ahora, a su madre podrían denunciarla en España y hasta quitarle la custodia...
-Sí, hemos pasado de un extremo a otro. Mi hija tiene ahora 10 años y creo que darle de vez en cuando un cate en el trasero es algo normal, sin importancia. No hablo de castigos que produzcan dolor físico sino de algo que le pueda causar cierta humillación porque a ciertas edades no se puede llegar a los niños con argumentos. A mi hija, cuando era pequeña, le daba cada dos meses una ducha fría, luego la duchaba agua caliente y la vestía. Y después de eso llevaba una semana que se portaba de maravilla.
-¿Los padres son ahora demasiado sobreprotectores?
-Sí. En mi infancia, con 6 años, yo iba sola al colegio desde mi casa. Eran dos kilómetros en una aldea de la Selva Negra. Eso ahora no se puede hacer en casi ninguna ciudad del mundo, pero es verdad que los padres no ponen límites a sus hijos; y límite que no pones es un límite que el niño desconoce. Y todos sabemos que la vida real nos pone límites a todos y esos niños educados así, cuando se hacen adultos, fracasan porque cualquier limitación les parece una ofensa o un ataque a sus derechos Pero obligaciones no tienen.
-¿Es muy difícil ser padre ahora?
-Sí, más que antes. Ahora sobran muchos artículos de consumo y haría falta pensar qué favor le hacemos a un niño diciéndole sí a todo. Es un flaco favor que le hará mucho daño cuando ya no tenga a su padre o a su madre, y se dé cuenta de que no va a poder conseguir lo que quiere. Hace mucha falta decir que no a los niños. Saber decirles que no es importante pero eso no es fácil.
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