No hay secadoras en Sevilla para tanta demanda

El dueño de 'Lavandería Sevilla', Álvaro Díaz, analiza tal circunstancia con ABC: «En invierno ya aumentan los clientes que buscan el secado, pero con la lluvia, se multiplica por bastante. No tiene nada que ver nuestro trabajo cuando llueve, que cuando no llueve. Hay personas, incluso, que vienen con la ropa lavada desde su casa y lo que buscan son las secadoras», dice desde su negocio, abierto en el año 2012 en la calle Amador de los Ríos. Mientras que Álvaro Díaz nos atiende, no para de llegar más personas con bolsas gigantes repletas de ropa, o con, incluso, carros de compra con sábanas y edredones. «Como ve, vienen personas de todo tipo, incluso algunos turistas han venido hoy. Hay de todas las edades, y creo que puede estar dividido al 50% entre hombres y mujeres. Lo importante es que la gente se vaya contenta. Un lavado puede durar 30 minutos, mientras que un secado, unos 20, si bien depende del tipo de ropa».

En Sevilla Este, en 'Lava y Seca', su dueño, Pablo Domínguez, habla de necesidad estacional: «¿Quién va a secar la ropa en verano en Sevilla? Es muy raro. Pero con la lluvia, son muchos los sevillanos que necesitan venir. Casi siempre hay colas. La gente sabe que tiene que esperar. Tengo dos secadoras. El otro día, un vecino me dijo que debía poner más. Y le pregunté: '¿qué hago con ellas el resto del año?'». A mí me encantaría que las secadoras fueran utilizadas todo el año, claro, pero sabemos lo que tenemos. Pasamos en un momento de cero a mil», indicó, para a posteriori explicar cómo se le ocurrió abrir Lava y Seca, hace seis años y medio. «Mi mujer, mi hijo y yo acabábamos de llegar a Sevilla de un viaje que hicimos a París. Volvimos con lo clásico, con ropa sucia en las maletas, y se nos ocurrió ir a una lavandería que teníamos cerca de casa. Nos tomamos un café mientras esperábamos, y después metimos la ropa, ya lavada y seca, en las maletas. Fue súper cómodo. Llegamos a casa y tan sólo tuvimos que guardar la ropa, olvidándonos de la pereza que da el ponerte a lavar la ropa después de viajar. Así es como se nos ocurrió meternos en este mundo. Fue una aventura, pero estamos muy contentos».

Desde Bormujos, en 'Lavar y Más', una de las dueñas, Julia Pascual, también resaltó el buen momento de su empresa con el clima actual: «Tenemos tres secadoras; dos de 13 kilos cada una, y otra de 17. Y siempre están funcionando. Abrimos a las 08.00 de la mañana y cerramos a las 22.30. Todo el día está lleno de gente. Está claro que a nosotros lo que nos conviene es que llueva porque la llegada de gente es mayor. Julia Pascual, que lleva con la lavandería desde el año 2014, habló de algunas curiosidades: «Ha habido algún cliente, que, con las prisas, se ha olvidado de la ropa y ha tenido que volver al día siguiente. También aquí he visto algunas peleas por la secadora, de personas que han dicho que les tocaba a ellas, que estaban antes».