Aquel PMUS, que sigue vigente pese a que no se ha hecho nada de lo que en él se diseñaba, vendía un Centro «más humano», con multitud de peatonalizaciones y una zona de bajas emisiones, que el nuevo alcalde se encargó de tumbar nada más aterrizar. Para ello era imprescindible la creación de estos aparcamientos que reforzaran la oferta más que escasa.
Pero se quedaron todos «ultimando los informes técnicos» antes de salir a exposición pública y licitación. Había empresas interesadas en ellos, como la de Dibein en el parking futurista del Cid, que ni siquiera tenía definido el espacio donde debía construirse.
Todos ellos hubieran sumado otras 800 plazas de estacionamiento al Centro, pero se han quedado como tantos otros proyectos en papel mojado. Sanz ha optado por un plan más a corto plazo y económico como es 'levantar' lo que ha venido a denominar como 'microparkings' en otras zonas de Sevilla también con este déficit. Los primeros se proyectan en el Porvenir y en Los Remedios. Nada en el Centro.
Sobre el Casco Antiguo pesa, además, la losa de una norma urbanística que impidió excavar aparcamientos subterráneos, como el que se diseñó para la Alameda o para las Setas. Y de aquellos polvos, estos lodos: casi cuatro euros la hora.
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