Estación, aeropuerto y carreteras: todo se ha quedado pequeño en Sevilla
La nula inversión estatal colmata las terminales de transportes de la capital andaluza
El caos del AVE refleja que Santa Justa necesita una ampliación

Las conexiones de transporte de Sevilla están alcanzando ya un límite insostenible. Al colapso de la estación de Santa Justa por el cada vez mayor flujo de pasajeros y los continuos retrasos en los AVE que hacinan a los viajeros en la estación, ... se le une el que ya se está poniendo en evidencia en el aeropuerto de San Pablo. El aeródromo sevillano ha pasado de los 8 millones de usuarios en 2023 a los 9,1 en 2024 y la más que previsible cifra de los 10,2 millones en 2025. Esto supone que se va a alcanzar ya la capacidad máxima del aeropuerto, establecida precisamente en los diez millones.
En este caso, Aena, al contrario que Adif en Santa Justa, sí afrontó una reforma de la terminal hace tres años, con una inversión de 80 millones para el recrecido de la pista de vuelo y la ampliación del edificio terminal y de la central eléctrica. Sin embargo, estas obras que se terminaron en 2022 ya se han quedado pequeñas.
A la propia infraestructura aeroportuaria se le suma también la desidia del Gobierno de España con la conexión ferroviaria entre San Pablo y Santa Justa. Son apenas cuatro kilómetros de recorrido para un futuro cercanías de cuyo anteproyecto no se sabe nada pese a que el plazo de conclusión del documento caducó el pasado mes de marzo. «Pronto», fue la única respuesta del ministro de Transportes, Óscar Puente, a un particular que en la red social X le preguntó por esta infraestructura necesaria y obligatoria, ya que así lo determina la normativa europea para los aeropuertos de la categoría del de Sevilla.
Todo empezó en la SE-30
Cuando en los años 80 se proyectó la transformación de la movilidad de la ciudad para la Exposición Universal de 1992 hubo obras que se dejaron sin concluir. El ejemplo más patente es el de la SE-30, que en el tramo que va desde el puente del Alamillo hasta el nudo de la Gota de Leche se convierte en vía interurbana, con semáforos. Esto ha supuesto desde su inauguración que este punto, conocido como la Ronda Urbana Norte, se haya convertido en el punto negro de la circulación en la ciudad, que ahora el Consistorio plantea resolver con un 'by-pass' a través de la Súpernorte.
El cuello de botella de la Ronda Urbana Norte tiene su reflejo en el puente del Centenario, que en su construcción el Estado no tuvo en cuenta el potencial de tráfico que alcanzaría y es ahora cuando se está afrontando una ampliación que no acaba nunca y cuyo sobrecoste alcanza ya el 50% de lo presupuestado.
La solución al caos de tráfico en la ciudad, más allá del transporte aéreo o ferroviario, es la construcción de la SE-40, que está a menos de la mitad de su ejecución sin que actualmente haya ningún tramo en obras aunque hay dos que ya están adjudicados. El más importante, y que resolvería gran parte del nudo gordiano de la movilidad en el área metropolitana, es el paso del río entre Coria y Dos Hermanas, que ahora se proyecta con un puente.
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