Enfermeras voluntarias de Sevilla cuidan de las cuidadoras de Los Pajaritos: «Ayudarlas nos hace felices»

En este programa, que ha sido reconocido con el primer premio de las 37ª Jornadas por el Desarrollo y la Humanización de la Enfermería del Centro San Juan de Dios de Ciempozuelos, colaboran Cáritas de la Blanca Paloma, numerosas hermandades de Sevilla y varios colegios profesionales de la provincia. Almudena Arroyo Rodríguez, jefa de estudios del Grado de Enfermería del Campus de Bormujos, explica que el proyecto «no solo intenta ayudar a mejorar las vidas de estas personas a nivel laboral, sino que también busca trabajar su autoestima contribuyendo a crear un proyecto de vida en nuestro país para estas personas y sus familias. Actualmente, estamos preparando una nueva convocatoria de financiación para presentarlo y ver si conseguimos más fondos para desarrollarlo, junto con un equipo de profesoras de la Universidad de Sevilla».

El programa ha sido impulsado por el Semillero de Investigación «José Bueno O.H.» del Centro Universitario de Enfermería San Juan de Dios. Durante las sesiones, les enseñamos a prevenir úlceras por presión, a realizar una adecuada higiene de las personas encamadas o a actuar ante situaciones de emergencia, así como en la gestión de aspectos psicológicos del proceso de cuidado y de comunicación en situaciones terminales«, explica Alicia Botello, profesora del Departamento de Enfermería de la Universidad de Sevilla, una de las voluntarias. Otra que estuvo desde el principio enseñando cuidados frente al envejecimiento es María Paz Borrero Esteban, enfermera del Centro de Salud Amate.

«La Enfermería es la ciencia del cuidado y no entiende de tener o no papeles»

Alicia Botello

Doctora en Enfermería y profesora universitaria

«El programa se enfoca hacia un modelo de atención integral basado en la humanización y el respeto de la dignidad de la persona, características de de la labor de la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios», explica el enfermero Diego José Géniz, otro de los voluntarios participantes. En estos talleres participan también enfermeras del centro de salud Amate y de otros de la capital sevillana.

Entre las alumnas de estos cursos, hay algunas de Marruecos, Nigeria o Senegal que están en proceso de legalización de su situación en España y que cuidan (o aspiran a hacerlo) a personas dependientes. «Gracias a estas sesiones que damos en los Pajaritos, estas mujeres pueden adquirir conocimientos y habilidades que les permitan desenvolverse con mayor seguridad en el cuidado de las personas de las que están a cargo, e iniciarse en técnicas de cuidados básicos que pueden permitirles desarrollar sus competencias de cara a una mayor integración en el mercado laboral y en la sociedad», explica Alicia Botello, para quien «la enfermería es la ciencia del cuidado y no entiende de tener o no papeles».

Modesto Delgado, letrado de la Junta de Andalucía y exprofesor del colegio Irralburu, situado en el barrio más conflictivo de Dos Hermanas, es el principal ideólogo de esta iniciativa. «Llevo ya cuatro años de voluntario en Cáritas de la Blanca Paloma, aunque siempre me han interesado los temas sociales y he realizado labores parecidas en Cerro Blanco (Dos Hermanas) y Torreblanca«, cuenta. Esta barriada sevillana se sitúa también en el grupo de cabeza de las de menor renta per cápita de España.

Delgado se dio cuenta de las dificultades de muchas mujeres de los Pajaritos, especialmente las que procedían de países extracomunitarios, para integrarse en el mercado laboral. «Los estudios que han cursado estas personas en sus países de origen no se les reconocen en España y tienen que partir prácticamente de cero. La Ley de Extranjería tampoco las ayuda a regularizar su situación legal de una manera rápida, lo que dificulta su inserción laboral. En los cursos de cuidadores hemos tenido a un médico, un pediatra, una farmacéutica, y dos enfermeras, pero de países como Paraguay, Bolivia o Colombia«, cuenta.

Diego José Géniz explica que «Cáritas de la Blanca Paloma no disponía de recursos suficientes para hacer estos talleres y por eso Modesto, Alicia, Maripaz, Carmen y otras personas propusimos echarles un mano, ya que la gente apenas tiene sustento económico en el barrio«. Aparte de los talleres sanitarios y de hostelería, hay otros de aprendizaje de español. «En los talleres de cuidados de niños y mayores empezamos con 15 mujeres y ahora son ya 23. Funciona mucho el boca a boca en el barrio y a través de la parroquia«, cuenta Diego. Casi todas las alumnas tienen formación académica pero sin homologar en España.

Las clases se dan en las instalaciones de la parroquia de la Blanca Paloma. «Llevamos pañales, sábanas, etcétera, para poder enseñarles a hacer camas con pacientes dependientes, a prevenir úlceras de presión, a realizar cambios posturales, a manejar dispositivos, sondas vesicales y nasogástricas. E incluso tenemos un taller de soporte vital básico en el que enseñamos a manejar un fibrilador y a hacer un masaje cardiaco«, explica este enfermero de Cuidados Críticos y Urgencias del Hospital San Juan de Dios del Aljarafe y exestudiante del Centro Universitario de Enfermería, uno de los responsables de impartir los contenidos del programa: » No solo formamos en cuidados sociosanitarios, también empoderamos tanto en lo laboral como en lo personal. La mayoría de los participantes son personas que acuden a nuestro país en una situación de vulnerabilidad, buscando un futuro mejor, y que, gracias a profesionales de nuestro hospital y estudiantes de la facultad, junto a compañeras de la Universidad de Sevilla, logran ese ansiado proyecto de vida».

Este enfermero voluntario se siente agradecido por poder contribuir a la mejora de la formación de estas personas: «Es un orgullo participar en este programa y compartir con estas mujeres vivencias, emociones y, sobre todo, formarlas en cuidar a los demás. Aprendemos mucho de ellas, sobre todo, de humanidad»,

Cuenta Alicia Botello que cuando les dieron su diploma, todos los alumnos iban acompañados de sus familiares y se sentían como si les entregaran un título por la Universidad de Harvard. «Las cuidadoras son muy agradecidas, tienen muchas ganas de aprender, y nos dan las gracias porque vayamos a los Pajaritos por las tardes a enseñarles».

La profesora universitaria, doctora en Enfermería y diplomada en nutrición Carmen Flores, con una amplia trayectoria en implementación de hábitos nutricionales saludables, determina los conocimientos que tienen los participantes y se encarga de romper mitos y enseñarles conceptos sobre nutrición que se pueden aplicar en las diferentes etapas de la vida y en los momentos de enfermedad. «Es una formación muy necesaria para su trabajo como cuidadoras y estoy muy feliz de poder ayudar y colaborar con estas personas. Veo a estas mujeres tan interesadas en todo lo que podemos enseñarle que estoy encantada con este tipo de docencia», explica.

Ellas también están encantadas con sus profesoras y profesores y con que vayan por las tardes a Los Pajaritos a impartir sus enseñanzas.