#ArchivoABCsev: Las dramáticas consecuencias de las prácticas médicas en Sevilla a inicios del XX: el doctor Puelles y la radiología

Así las cosas, hace unas semanas, navegando por la edición digital del archivo, nos topamos con unas fotografías tan curiosas como desagradables. En una de ellas salía inmortalizado un hombre encamado, con claras evidencias de estar enfermo; y en la siguiente, el detalle de una de sus manos completamente dañada, con heridas y pústulas. Al leer el pie de foto, la nota que incluyen las imágenes del archivo, señalaba que se trataba del doctor José Manuel de Puelles, «postrado en la cama víctima de sus experimentos de radiología». La fotografía fue tomada en Sevilla, el 31 de julio del año 1915, por lo que la guardamos para publicarla, junto a su historia, esta misma semana.

La actualidad nos atropella, el periódico se llena de noticias cada día con el afán de informar a sus lectores y el apellido Puelles hace aparición en uno de los titulares por una triste noticia. Los compañeros de Pasión en Sevilla publicaban: «Muere el cofrade, músico y costalero Bienvenido Puelles Oliver». Tal y como versaba la publicación, en plena Velá de Santa Ana había fallecido Bienvenido Puelles Oliver, cofrade, un auténtico emblema en la hermandad de San Gonzalo, donde llegó a ostentar el cargo de hermano mayor, costalero, pregonero de Triana y músico muy ligado a la banda de Las Cigarreras.

De hecho, fue el Compositor de varias marchas como 'Jesús ante Anás', 'Estrella', 'Mi Cristo de recogía', 'Macarena' o 'Santísimo Cristo de las Tres Caídas' entre otras, que perduran en la música y son todo un icono en las cofradías. Su fallecimiento ha pillado por sorpresa y sido un duro golpe para muchos en la ciudad, celebrándose por ello homenajes como el de la banda de Las Cigarreras frente a la parroquia de San Gonzalo al son de su composición 'Réquiem'.

La desgraciada noticia sonó en la calle, en los bares y también en las redes sociales, donde no se ha tardado en recordar y enlazar el apellido del recientemente fallecido con sus antepasados. Y aquí entra en juego la colección gráfica de ABC, que recoge joyas fotográficas desde hace más de un siglo. Por ello, tirando del hilo hemos «subido y bajado» en el árbol genealógico de la familia Puelles, descubriendo y recordando que forma parte de una familia que ha dejado huella en Sevilla por cada generación.

Subimos un nivel en dirección al pasado. El padre de Bienvenido, el doctor José Manuel Puelles de los Santos, nació en la capital hispalense, el 16 de enero de 1894, fue médico y su vinculación con el panorama político le llevó a ser presidente de la Diputación Provincial de Sevilla. Se inició en la política con la intención de mejorar la salud y condiciones de vida de los ciudadanos, de modo que llevaba las dos profesiones de manera paralela. Atendía en una consulta ubicada en la calle Bailén, número 33, y allí recibía gratuitamente a las personas sin recursos conjuntamente con su padre, a quien presentaremos más adelante.

Sus inclinaciones le llevaron a afiliarse al Partido Republicano Radical, salió elegido concejal del Ayuntamiento de Sevilla y después pasó a ser teniente de alcalde de la ciudad.

Sus quehaceres no se quedaban ahí, también ejerció como médico del Sevilla Fútbol Club, siendo el primer doctor que tuvo el equipo y también ejerció de médico de la Asociación de la Prensa de Sevilla. Por otro lado, contaba con una faceta artística y literaria que le llevó a realizar una acción divulgativa en diversos periódicos de la ciudad. Le gustaba escribir poesía, arte donde consiguió cierto prestigio. Tan sólo con leer la relación de empleos e intereses de este segundo protagonista del serial, podemos imaginarnos que era una persona llena de inquietudes.

El 18 de julio de 1936, al inicio de la Guerra Civil española, después de una sesión plenaria, recibió una llamada donde se le ofrecía salir de la ciudad en avión. Puelles, al no tener nada que temer, rechaza tal ofrecimiento. Un día más tarde es conducido a la prisión provincial para ser encarcelado. El 5 de agosto es fusilado junto a otros miembros de su partido, en el mismo lugar que Blas Infante, tras aplicársele el bando de guerra de la Autoridad Militar establecida por el ejército sublevado. Previamente le fueron robadas por requisición parte de sus pertenencias, entre ellas cuadros de Picasso y Valdés Leal.

En el último y el tercer escalón que damos al pasado, nos detenemos en la vida del padre del anterior y abuelo del compositor recientemente fallecido. Se trata de José Manuel Puelles Ruiz, nacido en Cádiz en el año 1874. Todas las reseñas que encontramos sobre él destacan su entrega al mundo de la medicina, de hecho le denominan 'el mártir de la ciencia', y lamentan que tuviera una vida dramática por ese mismo motivo. Fue pionero de los estudios radiológicos y en sus trabajos encontró la muerte en el año 1925.

El doctor José Manuel Puelles Ruiz fue discípulo de Federico Rubio, brillante médico y senador nacido en El Puerto de Santa María, pero él desarrolló su vida profesional en Sevilla; la cual inició muy pronto, ya que comenzó a estudiar la carrera a los quince años y la terminó un año antes por necesidades económicas.

Al terminar la carrera, intentó ejercer primero en Sevilla capital, pero era demasiado joven, así que se trasladó a Bornos, Santiponce y la Puebla de Cazalla. Unos años después, en torno a 1902, volvió a Sevilla y abrió una consulta en la trianera plaza del Altozano. Con respecto a sus estudios médicos, estuvo muy volcado en una de las enfermedades del momento, la sífilis. Para formarse se trasladó a París, y acabo creando en la capital hispalense una clínica especializada con los sistemas más innovadores de la época.

Pero será recordado internacionalmente por sus trabajos en radiología. Inventó un aparato que protegía de los daños de los Rayos X en la piel del paciente, y dedicó su vida al perfeccionamiento de este sistema, trabajos que le costaron la vida.

Otro médico pionero de los estudios radiológicos, el doctor Decref, escribió en ABC sobre él: «El doctor José Manuel de Puelles, joven, entusiasta de su ciencia y de su patria, gastó cuanto pudo economizar del producto de su rudo trabajo en dotar a Sevilla de adelantos que a la medicina eran necesarios para su progreso. Su presencia en los Congresos internacionales era ya esperada por sus compañeros como indicio seguro de que algo nuevo y práctico aportaría al conocimiento de esta nueva ciencia auxiliar del diagnóstico y la terapéutica».

En el momento de esa publicación, el doctor Puelles yacía dolorido y vencido en su casa y muy preocupado por el futuro de su familia. «En la carta última que me escribe hay un párrafo que dice lo siguiente: «Y a estos dolores físicos (son espantosos) añada usted los morales de una casa de familia que ve en peligro su sustento; una clientela que al fin se cansa de esperar y nos abandona. ¡Qué le voy a decir de las pequeñas miserias de la vida de un mísero!«», añadía Decref.

El mismo Puelles escribió también en ABC, el trece de agosto de 1915: «En apasionados estudios sobre las nuevas radiaciones, la luz ultra-violeta, las aplicaciones electroterápicas, diatermia, alta tensión, efluviación, etc., gasté mis pequeñas economías y los mejores años de mi juventud. Y ahora que el éxito parecía coronar mi obra de veintiún años, cuando realizaba mi ideal de establecer una clínica modelo que me permitiese ejercer mi facultad conforme a mis proyectos y ahondar en el estadio de mi especialidad, caigo vencido, maltrecho, destrozado por mis mismos auxiliares, estos traidores rayos X, a quienes dediqué mis amores, ¡Tristísima enseñanza! ¡Cruel manera de corresponder a tanta asiduidad, a tanto esmero!».

Aunque consiguió sobrevivir a la enfermedad, falleció diez años después, con tan solo 51 años. En 1934, el Ayuntamiento de Sevilla le dedicó una calle en la Macarena, junto a la parroquia de San Gil, pero pocos años después el Consistorio decidió renombrarla como Fray Isidoro de Sevilla, quedando el doctor Puelles y Ruiz en el olvido.