Cabalgata de Reyes magos de sevilla 2023
Divagando por la ciudad de la gracia y del asombro
Sevilla confirmó en la llegada de Melchor, Gaspar y Baltasar que la Cabalgata está en el mejor momento de su historia, justo en el centenario de su creador
Así hemos contado en directo la Cabalgata de Reyes Magos de 2023
Sevilla
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónSevilla tenía esa luz clara y rotunda que hasta picaba. En el palacio real que es el Rectorado sobraban los plumíferos y hasta las cazadoras de entretiempo. La Cabalgata fue una fiesta más de la primavera en pleno 5 de enero, el día ... que la ciudad recupera su capacidad de asombro. No es un tópico manido la frase de que los Reyes Magos traen ilusión. En la cara de la niña que se estrenaba pidiendo a Melchor el traje de Blancanieves y una cocinita estaba la verdad de esta Epifanía, manifestación real del gran poder de los sueños. En esos ojos abiertos fascinados por la puesta en escena está la magia. Son los mismos que tiene el niño que se sube por primera vez a la carroza numero 6, la de José María Izquierdo, justo en el año del centenario de la muerte del padre de la Cabalgata y que divagó por la ciudad de la gracia... y del asombro. O los ojos de Baltasar, tan grandes como la cruz de malta que llevaba por bandera en su carroza, y que miraron al cielo emocionados al lanzar los caramelos hacia arriba por los que ya no están.
En la coronación de los Reyes, Luis Miguel Martín Rubio formó el lío de siempre: «Atravesando las lomas de los cerros» llegó «plagado de naranjas salvajes y mandarinas de almíbar» el rey Melchor, «el más anciano pero el más jovial». Luego, apareció Gaspar, «el que mejor 'konecta' con los niños, desde un campamento instalado en barrios donde ha repartido esperanza a los que la vida les vino del revés». Y, por último, Baltasar, «en un camello tipo Pegaso, el rey que todo lo transporta hasta los últimos confines de la tierra, el que transporta ilusión y... sabiduría».
Salía un cortejo espectacular, que vive probablemente el mejor momento de su historia de la mano de Jesús Corral Zambruno y de Rafael Díaz Molina. Uno con la decoración de las carrozas y el otro con la caracterización de los personajes han hecho que se alcance el mayor nivel artístico, sobre todo cuando anochece y se hace la luz. A eso se le suma el ritmo que lleva en todo momento, que nunca se eterniza, siempre avanza y va compacto, sin cortes, ni siquiera cuando se introduce por las calles más estrechas, que por fin se recuperaron.
Por ponerle un único pero, la participación de las bandas no está a la altura del carrusel mágico. En la Cabalgata tienen que ir las grandes formaciones musicales, no las bandas juveniles, porque es una gran fiesta de la ciudad donde está lo mejor. Sirva de ejemplo cómo la agrupación Virgen de los Reyes pone bocabajo el Centro con el Heraldo y su magnífico repertorio.
No obstante, al público y a los participantes les basta y les sobra. Ya de anochecida, cuando comenzaron a iluminarse las carrozas por una calle Feria atestada, pasó por Correduría. Allí todos los balcones estaban engalanados de globos y fue uno de los grandes momentos de este año.
Contaba el director de la Cabalgata, Manuel Sainz -el que obra el milagro cada año de superar al anterior- que era una necesidad recuperar ese itienerario tradicional, no por evitar la frialdad de las calles Torneo y Arjona, sino porque en Sevilla las familias se reúnen siempre en el mismo sitio. Muchas se dan cita en Trajano, que es la gran recta que desemboca en la fiesta de la Campana. Allí empezaron los padres con sus hijos, luego vinieron los nietos... y ahora hay que llegar con mucho tiempo para coger un sitio amplio para tanta gente. Es la propiedad del espacio sentimental.
Al llegar a O'Donnell, casi hubo que llamar a los Villanueva para que metieran la carroza del Gran Visir. Era tan grande que casi no cabía. Se solucionó sin problemas. Enfilaba Reyes Católicos, que es el otro gran punto de reunión por sus amplitudes en el Centro y, cuatro años después, cruzó el Puente de Triana. Allí estaba el presidente de la Junta, Juanma Moreno en la Capillita del Carmen. Temblaba el puente, como en las grandes ocasiones. A Antonio Muñoz, que iba en la delantera del cortejo junto al presidente del Ateneo, Emilio Boja, le gritaban «que bote el alcalde».
En Triana empiezan a pesar los brazos pero ayer el comentario generalizado era que el rey negro debía ser Lebron James cuanto menos. Tiraba bolsas completas de un lado a otro, sin parar. No se sentaba. Llovían peluches con forma de camión, como Melchor lanzaba libritos con la mejor literatura andaluza o Gaspar peluches. Al rey negro, que se arrodilló en la Estrella, le aclamaban cantándole «Mbappé» por la velocidad de sus movimientos y por Asunción, donde cada año se forma la gran fiesta, le pusieron desde una casa la marcha 'Esperana de Triana coronada'. Y, como no, la carroza anduvo hacia atrás ante el delirio del público.
Los Magos de Oriente terminaron visitando a los niños del hospital, el acto más íntimo y a la vez el más emotivo de cada 5 de enero. Y, ya de madrugada, sin que usted se diera cuenta, llegan a su casa con el mejor regalo: conservar la capacidad de asombro.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete