Diseñan un prototipo de casa sevillana para los enfermos de Alzheimer
Los investigadores pretenden evitar que estas personas, que pierden capacidad cognitiva se pierdan o se dañen al olvidarse de abrir puertas
Hasta 120.000 personas sufren Alzheimer en Andalucía

Mejorar la calidad de vida de los usuarios con Alzheimer teniendo en cuenta el entorno que le rodea y sus necesidad a lo largo de las distintas fases de la enfermedad, es el objetivo del proyecto de investigación en el que trabajan expertos de la ... Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla en colaboración con la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga.
¿Qué han hecho estos investigadores? crear viviendas que permitan a estos enfermos seguir viviendo en ellas junto a sus cuidadores cuando la enfermedad vaya avanzando y pierdan parte de sus capacidades cognitivas.
«Desde nuestro punto de vista como arquitectos nos preguntamos ¿cómo proyectar para la ausencia de memoria? Cuando una persona con demencia dice: 'me quiero ir a casa' ¿qué nos está queriendo decir? ¿Cómo diseñar un espacio para una persona que se levanta todos los días en un lugar diferente?», reflexiona el director del Grupo de Investigación Healthy Architecture & City de la US, el profesor Santiago Quesada- García. Es una investigación que desarrolla junto a Pablo Valero-Flores, como integrantes del programa de doctorado de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga junto con Pablo Lara, profesor de Unidad de Cultura Científica y de la Innovación Universidad de Sevilla.
Según explican, estos enfermos tienen situación de estrés y ansiedad además de pérdida de memoria. Y eso puede provocar que, por ejemplo, no reconozcan dónde está el baño o la cocina. O pierdan la memoria y no sepan cómo se abren las puertas y se pillen los dedos con las bisagras. Incluso puede llegar un momento en que no se reconocen en los espejos del baño.
Adaptable
Por ello es necesario adaptar las casas y prever que esa casas sean «adaptables con la evolución de la enfermedad» ya que además conforme va avanzando la enfermedad se va reduciendo el espacio del que disponen y finalmente apenas pueden moverse entre el dormitorio y el baño.
Según los investigadores un 86 por ciento de las personas encuestadas considera su vivienda actual como el lugar óptimo para vivir con Alzheimer y el 73,5 por ciento de los usuarios y de sus cuidadores ven necesario que la vivienda sea objeto de adaptación. Esta adaptación tiene que atender a exigencias básicas como accesibilidad, seguridad, estimulación de los sentidos, autonomía y reducción del estrés o ansiedad.
En la actualidad el 81% de las actuaciones de adaptación o reforma en las viviendas que se hacen en España se centran únicamente en la accesibilidad y solo parcialmente en la seguridad. Sin embargo, no atienden a las otras tres exigencias necesarias para acondicionar un hogar con un habitante enfermo de Alzheimer.
Para ello los expertos trabajan, no sólo sobre la distribución de espacios y su componente simbólica y emocional sino que, por medio de Ambient Intelligence (Inteligencia ambiental) y el Ambient Assisted Living (Entorno Inteligente), estudian la integración de tecnologías emergentes en viviendas de nueva construcción que puedan ser adaptables en el futuro y en la adaptación de viviendas ya existentes, para que ambas satisfagan adecuadamente las peculiares necesidades de estos usuarios y sus cuidadores.
De hecho insisten en que en Francia, por ejemplo, ya se reservan viviendas para este tipo de población. O que en Suecia hay previsto tener listas 180.000 viviendas en el año 2040. Ellos calculan que en Andalucía se necesitarán en el año 2030 un total de 43.200 viviendas para el colectivo de personas con Alzheimer.
Dibujos
Entre otras acciones, se está realizando un ensayo en que el usuario con Alzheimer dibuje su propio hogar o estancia, a lo largo de un periodo de tiempo. Para, a partir de determinados indicadores previamente fijados, poder observar y valorar que elementos de la casa se fijan en su memoria y por qué, que reiteración producen determinados espacios cotidianos y qué elementos le sirven para orientarse en la casa.
Aunque hay que estudiar la rutina y las necesidades de cada usuario en particular para hacer un diseño personalizado, existen ya una serie de medidas que con carácter general pueden mejorar la calidad de vida de la persona con Alzheimer. Estas personas van perdiendo la memoria semántica pero mantienen la memoria de habilidades, por ello es posible crear rutinas y establecer, por ejemplo, recorridos dirigidos con puntos de luz puede ayudarles para guiarse por la casa, incorporar luz natural y colores cálidos a las distintas estancias disminuye su nivel de estrés, incorporar espejos inteligentes para que, en determinadas fases de la enfermedad, eviten episodios de pánico, incorporar detectores de inundación y temperatura y apagados automáticos, sistemas de control de salida, la utilización de alarmas técnicas, son algunos de los recursos que pueden favorecer la calidad de vida de los enfermos y la de sus cuidadores y/o familiares.
«A la hora de pensar en una vivienda adaptada o adaptable es necesario pensar que el habitante con Alzheimer en una fase inicial utilizará todos los espacios de la casa para ir limitando su uso paulatinamente hasta usar sólo el dormitorio y el baño conforme avanza su nivel de dependencia».
Los investigadores calculan que el coste indirecto (no farmacológico) para una persona con Alzheimer es de 6.000 euros al año en la fase inicial. Un coste que puede llegar a los 32.000 euros anuales en la avanzada.
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