Así es la original cesta de Navidad que se sortea en Sevilla: un puchero, unos de calentitos... y miles de euros

Sin embargo, pocas cestas de navidad tienen una naturaleza tan sui géneris como la que ofrece la Hermandad del Cerro del Águila. Más de 40 ediciones dibujan la historia de un sorteo organizado por las cuadrillas de costaleros -amén de otros implicados hermanos- que busca ser un importante revulsivo económico para la activa Diputación de Caridad de la corporación de los Dolores, una entrada de dinero que poder destinar a sus programas solidarios.

La fórmula de participación es la habitual. Por un simbólico euro se adquiere una papeleta en la que figuran varios números de cinco cifras. Se obtendrá la cesta si alguno de ellos coincide con la combinación ganadora del sorteo de la ONCE del domingo 18 de diciembre.

En ella destacan gratificaciones como un televisor de pantalla plana, una barra de sonido, una tablet, una videoconsola, una bicicleta de montaña, dos noches de hotel (con desayuno y spa incluido) en el Hotel Meliá Sevilla y 500 euros.

Si además coincidiera el primer premio del Sorteo del Gordo (22 de diciembre) con el 87943 , el receptor de la cesta percibiría también 300.000 euros (sin incluir los impuestos fiscales correspondientes).

No obstante lo realmente llamativo de esta cesta no son estos deslumbrantes reclamos, en cierto modo ganchos habituales de este tipo de sorteos. Lo curioso es observar cómo los negocios del barrio -y alrededores- se vuelcan con la rifa y ceden gratuitamente algunos de sus productos o servicios.

Quien se haga con la cesta del Cerro del Águila recibirá desde la clásica paletilla a todos los avíos de un puchero, cinco vales de desayuno, otros tantos entre cenas y desayunos, un kilogramo de pescado frito... Incluso un vale de 30 euros para desplazarse a Conil y degustar, totalmente gratis, «cuatro chocolates y una rueda de calentitos».

No faltan tampoco las botellas de vino o incluso de bebidas espirituosas, por no hablar del detalle del bote de bicarbonato, por si hay que dar un respiro al estómago.

Y aunque las penas con pan son menos, la vida es aún mejor cuando se te brindan numerosos profesionales de distintos sectores. Ganar la cesta implica sesiones de masajes, de revisión y limpieza dental, consulta en el otorrino, asesoramiento profesional de un abogado, servicios de gestoría para la declaración de la Renta, la apertura de emergencia de una puerta con un cerrajero, varios cortes de pelo (en cinco peluquerías diferentes)...

Hasta el vehículo quedará 'mimado' con la cesta del Desamparo y Abandono, pues hacerse con ella da derecho a una revisión de niveles y al cambio de aceite y filtros.

También merecen una mención las cuatro clases de hípica previstas para la persona triunfadora de la rifa.

Sería imposible categorizar todo lo que incluye esta cesta de vocación solidaria pues entre su 'inventario' también resalta un búcaro y una hucha de barro, 200 tarjetas de visita, «un vale de 20 euros para comprar joyitas», la figura de un santo, un paquete de medias y dos de hilo o un pico y una pala. De verdad, aclaran.

La suerte está echada y los premios, ya ven, dan para mucho.