Los desembalses dejan una riada de acusaciones contra la gestión del agua
Para Asaja la ejecución del embalse de San Calixto, previsto hace 20 años, habría evitado la inundación de Écija
m. d. alvarado
Las aguas por el Guadalquivir no bajan mansas, inundan de desgracia y miedo toda su cuenca, con especial incidencia en la provincia de Sevilla. Y que eso pase en el siglo XXI, con tres días de lluvias, fuertes sí, pero no como para dar lugar ... a ese torrente de agua y lodo que llena calles y campos , una imagen que no se veía desde hacía muchos lustros, abre muchas incógnitas sobre la gestión de los embalses. Los vecinos de los pueblos ya lo han apuntado y ayer salieron varios colectivos empresariales para refrendarlo. Para Asaja Sevilla la causa es clara: la falta de infraestructuras y de previsión de los actuales responsables de la gestión del agua —la Junta la asumió hace dos años—, está detrás de estas inundaciones. Otras entidades, como la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas e Industrias Afines (Asociafruit), estudian interponer una querella contra la administración autonómica por su gestión de los desembalses.
Asaja asegura que si el embalse de San Calixto, en el Genil, estuviese terminado se habrían evitado estas inundaciones. Así lo confirman los expertos. Se trata de un pantano cuya construcción está prevista desde hace unos veinte años , que tendría capacidad para almacenar 90 hectómetros cúbicos, y cuyo objetivo es la laminación de avenidas, es decir, la regulación del agua, y que habría evitado, al menos, las inundaciones de Écija.
Así las cosas, las fuertes precipitaciones registradas en los últimos días se han sumado, apunta la patronal agraria, al desembalse tardío de los pantanos en un año que se preveía ya iba a ser lluvioso, lo que ha causado destrozos en casas, campos de cultivos —fundamentalmente cítricos, que si se llevan más de una semana inundados se dan por perdidos—y en infraestructuras básicas para la agricultura, como caminos y sistemas de riego . Además, ha provocado un nuevo despilfarro de agua en una tierra que se mueve, aún, entre inundaciones y sequías. Señalan que esta semana se ha lanzado al mar más de 415 hectómetros cúbicos, el equivalente a la mitad de una campaña de riesgo. Este hecho contrasta con la reducción del agua para riego que han sufrido los agricultores este verano a pesar de que entonces los pantanos estaban a unos niveles muy superiores al año anterior y que se sabía que la tierra había cogido tanta agua en los meses anteriores que no tendría capacidad para atrapar más: de los 1.200 hectómetros cúbicos de otras campañas sólo les dieron 805, una reducción que provocó incluso cambios de cultivo.
Así las cosas, desde Asaja reclaman que ahora, al menos, la administración se dé prisa en reparar los daños en infraestructuras básicas, porque si no se dificultará y encarecerá la recogida.
Por su parte, la Asociación de Productores-Exportadores de Frutas y Hortalizas e Industrias Afines (Asociafruit) estudia ya una posible querella contra la Junta por su «pésima gestión» de los recursos hídricos. Asociafruit indica que la falta de previsión, a pesar de las previsiones metereológicas y de que los pantanos de la Cuenca del Guadalquivir estaban ya al 76% de su capacidad , «ha vuelto a ocasionar por segunda vez en este mismo año la inundación de una parte muy importante —más de 700 hectáreas— de la superficie cultivada en los márgenes del Guadalquivir», La entidad recuerda que la inundación de febrero ya causó pérdidas irreparables y provocó la desaparición de 200 hectáreas de cultivo y la pérdida de 45.000 jornales, que en los tiempos que corren son oro.
También la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía (Feragua) apuntó que los «fallos en los protocolos de actuación de los desembalses» han destrozado miles de hectáreas de cultivos sobre todo cítricos, frutales, olivar y hortícola. Por ello solicitarán a Gobierno central y autonómico medidas de apoyo, como la condonación del IBI, la reducción del IRPF, la exención de cánones y tarifas, y ayudas de emergencia para las infraestructuras dañadas. Aseguran también que demandarán a la administración por responsabilidad patrimonial si detectar muestras de negligencia o descuido. Para los regantes, que demandan la legalización de las balsas de los agricultores, las inundaciones confirman «la necesidad de ampliar la capacidad de regulación de las Cuencas andaluzas, con nuevos embalses y microembalses en las zonas regables».
Ayer la Junta señaló que cinco pantanos seguían aliviando agua al Guadalquivir: Yeguas, San Rafael de Navallana y Bembezar en Córdoba y Melonares (y con él el Pintado) y el Gergal (a un ritmo de 800 metros cúbicos por segundo) en Sevilla. Se prevé que sigan haciéndolo.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete