Demandan al promotor del Jardín de las Cigarreras por intentar revender el proyecto

La demanda, a la que ha tenido acceso ABC, expone que el titular de la concesión administrativa de 15.780 metros en la avenida Presidente Adolfo Suarez, en la margen derecha del río, está intentando expulsar a los inversores originales que apostaron por esta iniciativa resolviendo de manera unilateral el contrato suscrito en 2019. Así lo considera Arttyneu -filial del grupo Arttysur-, que ha llevado el asunto a los tribunales para exigir el cumplimiento íntegro del contrato, y expone que el promotor le habría ofrecido dos millones de euros para resolver el acuerdo.

Ésta es la misma cantidad que, según señalan, habrían invertido ya en este espacio que adquirieron por un valor de 4,5 millones de euros para su explotación de cara a convertir una de las tres partes de las que se compone el Jardín de las Cigarreras en un lugar de restauración y ocio junto al Guadalquivir. Fuentes consultadas por ABC explican que en el momento de la firma, en 2019, Arttysur pagó alrededor de un millón de euros y, posteriormente, se consignó otro millón para mantener vivo el proyecto, cuyas obras estaban sufriendo un importante retraso. 

Estas mismas fuentes exponen que esta maniobra podría deberse al deseo que tiene el promotor, Miguel Ángel Melgar, de revender el espacio al completo a un fondo de inversión internacional, dado que en este momento, con la obra en fase de maduración, su valor de mercado sería superior al de 2019. Por ello, denuncian que «se podría estar orquestando una operación especulativa sobre un suelo público que retrasará aún más los plazos de entrada en operación de este activo».

El administrador del Jardín de las Cigarreras señaló a ABC que, «por respeto a la labor de los tribunales», prefería no hacer declaraciones aunque confirmó que el contrato con Arttyneu «fue resuelto a principios de 2023 debido, entre otras razones, al incumplimiento de las obligaciones de pago». No obstante, Melgar está «a la espera» de que en el procedimiento judicial que está en tramitación en los juzgados de lo Civil se confirme dicha resolución. Mientras tanto, afirmó que los trabajos continúan avanzando «a buen ritmo».

La parte demandante hace un recorrido por las trabas que ha sufrido este proyecto desde su constitución, con un capital de 3.000 euros, tras lograr la concesión del Puerto. El Jardín de las Cigarreras tiene tres zonas. La que corresponde a Arttysur se desarrolla en dos niveles. El superior (al nivel del jardín) es un edificio en forma de seta que se destinará para usos socioculturales y de bares y restaurantes, con una terraza mirador en la planta alta. En el nivel inferior, en el paseo fluvial, se ubican hasta seis locales.

Arttyneu selló la compra de esta zona en julio de 2019 por 4,5 millones de euros. Las obras debían haber comenzado a finales de septiembre de aquel añ o, con un plazo comprometido de ejecución de dos años. Las citadas fuentes apuntan que el pago se realizaría en dos plazos: uno primero de 450.000 más IVA a la firma del contrato, y el resto a la entrega del edificio o, por petición del promotor, a la entrega de hitos concretos. En base a este acuerdo, la compañía ya ha desembolsado más de 816.000 euros para inyectar liquidez y viabilidad a la iniciativa.

Sin embargo, la demanda presentada por Arttyneu tras el intento de resolución del contrato de forma unilateral alega que «el litigio está provocado por la actitud obstinada y rebelde de la sociedad Jardines de las Cigarreras, a la que no le interesa ya formalizar la compraventa con esta parte y persigue desde hace un tiempo que nos apartemos del contrato, llegándonos a ofrecer dos millones de euros para tal fin».

A esto se unen -afirman- «sus incumplimientos de contrato (retrasos en la ejecución de las obras, falta de entrega de los avales…) y la negativa permanente a facilitar información básica con la que se pretende dificultar a esta el conocimiento necesario sobre el proyecto que Arttyneu adquiere por una cantidad millonaria». Y esto, a su juicio, ha dificultado las labores de comercialización del espacio, generando una gran incertidumbre sobre la inversión».

El argumento fundamental de la demanda es reclamar al administrador que se cumpla lo pactado, «al amparo del principio de conservación de los contratos». También pretende denunciar las «argucias» de esta sociedad, que está alegando impagos, «lo cual es incierto, dado que se ha cumplido lo estipulado y precisamente por ello hasta la fecha no ha existido ninguna reclamación».

Por todo ello, entienden que la «actitud obstruccionista» del promotor es «una mera excusa para otros fines que probablemente sean vender el proyecto al mejor postor, lo cual encajaría con su ofrecimiento de dos millones de euros por nuestro desistimiento del contrato, ya que consta acreditado en el informe pericial que los inmuebles adquiridos por Arttyneu, una vez arrendados a sus clientes, tendrían un valor muy superior al de compra». De hecho, apuntaron ABC que, pese a que el interés que tienen los denunciantes es cumplir el contrato, en el caso de que se resolviera pedirían una indemnización millonaria, correspondiente no sólo a la cantidad ya invertida y a los intereses de demora, sino al lucro cesante al no poder explotar el proyecto.

La otra entidad que llegó a firmar un contrato con el promotor del Jardín de las Cigarreras, la Cámara de Comercio, esperará a noviembre para tomar una decisión sobre el espacio que finalmente arrendará junto al río para instalar el nuevo Club Antares. Ayer, precisamente, la Cámara comunicó la renovación por cinco años más del espacio que actualmente tiene en la planta 18 de Torre Sevilla, y que se ha convertido en uno de los principales foros de debate socioeconómico de la ciudad.

Fuentes de la entidad confirmaron a ABC que su intención es buscar un lugar junto al río para instalar allí unas instalaciones deportivas y de reunión, pero manteniendo el espacio de Torre Sevilla. Será en noviembre, cuando tendrá lugar el proceso electoral en la Cámara de Comercio, cuando se decida la ubicación definitiva, de entre las que hay tres opciones: Altadis, el Distrito Portuario o el propio Jardín de las Cigarreras. 

La situación contractual con el administrador de este espacio situado en Los Remedios es inexistente desde que se resolviera el contrato de arrendamiento del inmueble por 20 años por culpa de los retrasos en su construcción.

En un principio, la Cámara se iba a quedar con todo el edificio, incluyendo el enorme gimnasio que se situará en la planta semisótano. Sin embargo, se renegoció con el promotor el alquiler de sólo dos plantas, pero debido a las elevadas condiciones que le puso sobre la mesa el titular de la concesión administrativa, todo quedó en suspenso.

No obstante, estas mismas fuentes explicaron que en dos meses, pasadas las elecciones, se retomará el proyecto sin descartar la opción del Jardín. «Intentaremos estar allí pero no a cualquier precio», dejaron claro responsables de la Cámara de Comercio.

Una de las ventajas que ofrece el Jardín de las Cigarreras frente a Altadis y el Distrito Portuario es que, pese a los retrasos en las obras, en 2024 debe esta funcionando al completo, mientras que el resto de espacios se inaugurarán más tarde.