Curro Romero inaugura su monumento en La Algaba: «Me encantaría poder torear para ustedes»

La estatua, que recuerda al Faraón de Camas lanceando en el último festival que toreó en su carrera, se ha colocado frente al coso taurino algabeño, hoy rebautizado como 'Plaza de Toros Alcalde José María Torres Zapico'

Curro Romero y Morante de la Puebla, alternantes en aquel último festejo del Faraón, se han reencontrado en el homenaje

Juan José Padilla, Miguel Báez 'Litri', Juan Antonio Ruiz 'Espartaco', Emilio Muñoz, Morante de la Puebla, Diego Manuel Agüera, Rafael Torres, Manuel Escribano y Tomás Campuzano Rocío Ruz

Jesús Bayort

La Algaba

La magia estaba en el aire y ese aire olía a Romero, que cantaba Marina Heredia en el homenaje que los vecinos de La Algaba, una legión de toreros y los devotos del currismo le han rendido este sábado al Faraón de ... Camas. Un monumento que llevaba más de veintidós años fraguándose, tiempo transcurrido desde que Curro Romero perpetuara esta plaza de carros con su adiós, cuando el hoy también protagonista José María Torres Zapico —la plaza ahora lleva su nombre—, primer alcalde democrático del municipio, anunciara que se erigiría una escultura en su recuerdo. Fue casi a la medianoche de aquel 22 de octubre del año 2000 cuando el maestro camero entró en las ondas para espetar el ya histórico «que he estado pensando que ya no toreo más». La obra ha sido realizada por el artista local Miguel Ángel Domínguez.

Torera reconciliación

La mañana retrotaía dos décadas atrás a todos los curristas que hoy se daban cita en La Algaba. El mismo sol, el mismo pueblo, la misma plaza y casi la misma gente. Por ahí andaba María Luisa Guardiola, organizadora de aquel benéfico festejo. Desde el balconcillo del cielo se asomaban Fernando Domecq, ganadero de Zalzuendo; Gonzalito, su inseparable mozo de espadas; y Rafalito Chicuelo, que acababa de tomar asiento póstumo para acompañar a Curro, su amigo Curro, a quien ahora le encomienda el decanato hispalense. También estaba Morante de la Puebla, su alternante en aquel festival postrero. Se reencontraban así las dos últimas leyendas del toreo sevillano, tanto tiempo distanciadas, que se fundieron en un sentido abrazo.

Galería.

 

Junto a ellos estaban Rafael Torres, Tomás Campuzano, Emilio Muñoz, Juan Antonio Ruiz 'Espartaco', Miguel Báez 'Litri', Juan José Padilla, Dávila Miura, Manuel Escribano, Pablo Aguado, Rafael Serna, Alfonso Cadaval, y un largo etcétera de toreros que compartían emociones. La satisfacción por el homenaje a Curro y la pena por la pérdida de Rafalito, que murió cinco horas antes con la esperanza de poder acompañar a su amigo. «Será difícil parecerse a él como persona y como torero, que era inmenso. Dios lo ha recogido y ya lo lleva en brazos a la gloria», señaló el Faraón de Camas.

Cautivo de la tauromaquia

 

Inició el homenaje el director de ABC de Sevilla, Alberto García Reyes, asegurando que «el toreo de Curro siempre ha sido una elegía a la soledad. Él, el toro y nadie más», como si se tratase de «un cautivo de la tauromaquia». García Reyes recordó la vida y carrera del Faraón de Camas, un hombre «incómodo con el elogio» que encuentra similitudes en los problemas actuales de España y del toreo: «Nadie se para. Todos hablan mirando al reloj sin enterarse de lo que se les dice porque piensan en la prisa que tienen por irse». «Ésa es la diferencia entre Curro y los mortales, que él se fue sin pensarlo», señaló el director de esta casa.

Curro Romero aseguró haber deseado «que la plaza estuviera dispuesta y poder torear» para los presentes. Gracias al alcalde, a mis compañeros por arroparme y a la Algaba, con la de toreros y picadores que ha tenido. Un plaza original y con una solera inmensa». Tras sus palabras fue Carlos Urquijo, ganadero y poeta, el que recitó unos sentidos versos brindados al Faraón, y a continuación la Asociación Musical de La Algaba interpretó el pasodoble Curro Romero.

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