El curioso motivo por el que la calle del Agua de Sevilla se llama así

El origen del nombre de esta calle se remonta a su función histórica como parte de la infraestructura de la ciudad. Esta calle transcurre pegada a la antigua muralla almohade de Sevilla, lo que la convierte en un adarve, es decir, una calle estrecha que bordea una muralla. En el interior de este tramo de la muralla, había dos tubos que transportaban agua desde los Caños de Carmona hasta los jardines de los Reales Alcázares. Estos tubos, que aún pueden verse al final de la calle, daban nombre a la vía debido a las frecuentes filtraciones de agua que se escapaban por las paredes.

La zona donde se encuentra la calle del Agua también tiene una historia rica y diversa. En 1911, una parte del terreno conocida como la Huerta del Retiro del Alcázar fue cedida y transformada en jardines públicos. Esto dio lugar a la creación de un nuevo muro de cerramiento para los jardines del Alcázar, que iba desde el callejón del Agua hasta el Paseo de Catalina de Ribera, estableciendo la configuración que conocemos hoy.

Al recorrer la calle del Agua, uno puede encontrar una serie de puntos de interés que reflejan la riqueza cultural de Sevilla. Por ejemplo, al final de este callejón se encuentran los jardines de Murillo, que fueron nombrados así en honor al célebre pintor Bartolomé Esteban Murillo, quien nació en una casa cercana. Estos jardines presentan una disposición basada en caminos en retícula, bordeados por setos y pavimentos, creando un espacio verde muy agradable para pasear.

Frente a los conductos de agua visibles desde la calle, se encuentra el balcón de Rosina, en una casa que se dice inspiró a Rossini para escribir «El barbero de Sevilla», aunque el balcón fue construido posteriormente.

Otra figura notable relacionada con esta calle es el escritor estadounidense Washington Irving, a quien se le ha dedicado una placa conmemorativa en la casa desde la cual escribió «Los cuentos de la Alhambra». Esta casa cuenta con un patio precioso, que es uno de los más fotografiados de las antiguas casas señoriales de la ciudad.

En la calle también se puede ver una escultura del propio Washington Irving, quien fue un gran admirador de Andalucía, especialmente de Sevilla y Granada. Además, en una de las casas del callejón, hay una placa dedicada al Marqués de la Vega Inclán, responsable de la reestructuración del barrio de Santa Cruz a principios del siglo XX.

Y es que el callejón del Agua no solo es un lugar de interés histórico, sino también un sitio encantador para disfrutar de la gastronomía sevillana. Un ejemplo es el restaurante Corral del Agua, situado en una casa del siglo XVI con dos patios donde se puede degustar la cocina local en un entorno único.

Durante un paseo por esta singular calle, uno puede apreciar su carácter casi de túnel, en su mayoría cubierto por estructuras metálicas adornadas con plantas que proporcionan una agradable sombra. Hay también zonas abiertas, como un rincón encantador que alberga una fuente incrustada en la muralla.