hospital virgen del rocío

Cristina García Bernal: «Antes nos llegaba a Urgencias un caso en todo el año de un niño suicida; ahora pueden llegar dos o tres en cada guardia»

Elegida por Doctoralia como una de las mejores psiquiatras españolas, estuvo trabajando en el Hospital Virgen del Rocío de Sevilla durante cinco años y lanza la voz de alarma sobre el deterioro de la salud mental infantojuvenil

«Trato a un chico trans que se arrepintió de quitarse el útero. La ley trans debería tratar caso por caso»

Cristina García Bernal en su consulta privada en Sevilla ABC

Cristina García Bernal tiene 30 años casi recién cumplidos y ha sido elegida por sus compañeros y pacientes de la plataforma Doctoralia como una de las mejores psiquiatras de España (la tercera de 15 finalistas). Esta joven linarense afincada en Sevilla, que se formó ... en el Hospital Virgen del Rocío y está terminando su tesis doctoral sobre trastornos emocionales y riesgos de suicidio en personas trans, decidió hace algunos meses abandonar el centro sanitario sevillano y dedicarse en exclusiva a su consulta privada.

-¿Por qué ha dejado la sanidad pública?

-Porque me gusta mucho mi trabajo, de hecho me estoy formando ahora como psicoterapeuta, y en el hospital debía atender a unos quince pacientes al día y no podía prestarles el tiempo que necesitaban para poder ayudarles.

-Eso pasa actualmente en muchas especialidades.

-Sí, en realidad, creo que pasa en todas, desgraciadamente.

-¿Cuánto tiempo podía dedicarle a cada paciente?

-Lo estipulado en el hospital era media hora pero muchas veces solo podía dedicarles quince o veinte minutos. En mi consulta puedo dedicarles una hora a cada uno, como poco. Aquí tengo más del doble de tiempo y me los conozco de pe a pa: a ellos, a la pareja, a la familia. Es un conocimiento completo y así puedo ayudarlos más

-O sea, que en España hace falta tener dinero para poder recibir una asistencia mental adecuada...

-Mis pacientes no son ricos. La mayoría de ellos son gente muy normal, de clase media o clase media baja, incluso de clases humildes, que hacen un gran esfuerzo económico para poder recibir esta asistencia y poder pagarse fármacos que a veces son caros. Se lo quitan de donde pueden porque consideran que es una inversión necesaria.

-¿Esos pacientes proceden de la sanidad pública?

-Muchos sí. Me dicen que les han dado la siguiente cita cuatro meses después y que no pueden aguantar tanto.

-España es uno de los países de toda Europa con la tasa más baja de psiquiatras y psicólogos clínicos en el sistema sanitario público (la mitad que la media de la UE y la tercera parte que algunos de los países de nuestro entorno), a pesar de que la Salud Mental es una de las especialidades en las que más han crecido las consultas hospitalarias en los últimos años.

-Está claro que esta demora en las consultas no es culpa de los profesionales de la sanidad pública, que hacen todo lo que pueden y más. Habría que invertir más dinero y contratar más profesionales para que esto no ocurriera. En mi opinión, la situación lo requiere porque cada día se producen 11 suicidios en España. Salud Mental debería ir de la mano de la Atención Primaria y no debería ser la hermana pobre del sistema sanitario público sino una de las especialidades en las que más se invirtiera.

-¿Por eso se fue?

-Es que me di cuenta de que en la sanidad pública no podía hacer el trabajo que a mí me gusta y en el que puedo ser útil para mis pacientes. Esta tarde, por ejemplo, inicio un grupo de psicoterapia con cuatro chicos. Eso no es factible hacerlo en un hospital público. Yo me he estado formando durante once años para poder hacer esto.

-Varias encuestas recientes indican que el 43,4 por ciento de los escolares españoles de 12 a 18 años ha tenido pensamientos suicidas y más de un 40 por ciento declara haberse dormido alguna noche deseando no despertarse. ¿No son datos para preocuparse y para contratar más psiquiatras en el sistema de salud pública?

-Sin duda lo son, pero sinceramente, creo que esas cifras se quedan cortas. Los casos se están triplicando o cuadriplicando cada año. Hay muchos casos de chicos y chicas que se cortan los brazos, se golpean y se autolesionan. Cada vez más.

-Un estudio de la Fundación Anar dice que los casos de intentos de suicidio atendidos se han multiplicado por 26 desde hace diez años. Y otro estudio de la Sociedad Española de Urgencias Pediátricas fija en un 56 por ciento más de casos de intentos de suicidio desde el inicio de la pandemia.

-Ya le digo que me parecen pocos. Le pongo un ejemplo de mi experiencia personal. Empecé como residente en 2017 haciendo muchas urgencias en el Virgen del Rocío y ver a un niño que hubiera intentado suicidarse era una cosa rarísima, quizá uno o dos casos en todo un año. Cuando acabé la residencia tres años después y en el año siguiente que estuve como adjunta, en todas las guardias nos llegaba algún caso así. En el último año que estuve en el hospital no era raro que nos llegaran dos tres casos así en cada guardia. En cinco años esto se ha disparado.

-Supongo que no será una sola causa lo que lleve a un adolescente a intentar quitarse la vida. ¿Cuáles son las más frecuentes?

-Los adolescentes actuales gestionan mal, en general, las frustraciones. No se les ha educado o no han aprendido a gestionar bien esos malestares. Se frustran porque el padre lo ha regañado, porque lo ha dejado la novia o el novio o porque han tenido un mal día. Y entonces empiezan a hacerse cortes en los brazos. La mayoría no lo hacen para matarse sino para sentir alivio y calmarse. Se castigan a sí mismos por esa ansiedad y frustración que sienten.

-En foros especializados se habla del bullying, la pérdida de identidad, la ausencia de horizontes laborales, la falta de límites en la familia y la poco tolerancia a la frustración como posibles causas de estas autoagresiones. ¿Las ha detectado todas ellas en su consulta?

-Sobre todo, destacaría la falta de límites a los niños e incluyo a niños de 8,9 ó 10 años. La sociedad actual es inmadura. Muchos padres lo hacen por no escuchar al niño les dicen que sí a todo. Estoy generalizando pero muchos padres no les ponen límites o restricciones y eso tiene consecuencias. Veo mucha inmadurez en padres que le dan una tablet a un niño y les dejan horas y horas con ella. Los veo en los bares y me da pena. Ese tiempo podrían estar estimulándolos, jugando con ellos.

-Hay niños que tienen ya un teléfono móvil en sus manos con 8 años...

-Con la pandemia aumentó mucho la adicción a las pantallas y a la tecnología y quizá no nos hayamos recuperado. Cada niño es un mundo: hay algunos muy infantiles con 14 años y otros más maduros con 11 ó 12. Con 8 años, en todo caso, me parece muy precoz tener un móvil. Lo malo de los móviles, no obstante, no son los móviles sino el mal uso que se haga de ellos. No se le puede dar un móvil a un niño para que no se enfade o para que se calle.

-La vida es dura pero muchos padres quieren ocultársela a sus hijos con la intención de que no sufran. ¿Qué consecuencias puede traer esto?

-Estoy generalizando pero veo que las generaciones que vienen son cada vez más inmaduras. Si estos padres no saben gestionar correctamente su ansiedad y sus preocupaciones, difícilmente podrán enseñar a sus hijos cómo hacerlo. En las escuelas tampoco se hace y debería haber una asignatura obligatoria sobre educación emocional para dotar de esos recursos a los niños. No todo puede recaer en los padres, que no tienen herramientas suficientes para afrontar esto.

-Expertos denominan «pensamiento en túnel» a lo que les pasa a estos adolescentes. ¿Tienen poca capacidad de contextualizar lo que les pasa?

-A veces funcionan como los burros, que no ven lo que hay alrededor. Eso genera en ocasiones esos cortes que se hacen para castigarse. Ven la sangre y se sienten aliviados.

-Nuestros abuelos vivieron una guerra y una posguerra en la que pasaron hambre y mil penalidades; sin embargo, no se producían tantos suicidios o intentos de suicidio. ¿Tienen los niños ahora demasiadas cosas?

-Lo tienen todo y hay niños con 10 ó 12 años que incluso agreden a los padres si les quitan algo. Los padres hacen lo que pueden y con la mejor intención pero los resultados ya los estamos viendo. Y muchos padres tienen miedo de sus propios hijos, de que les agredan verbal o físicamente. A algunos de esos padres los trato en mi consulta. Vienen desesperados porque no saben qué hacer. En casos graves, tiene que denunciarlos ante la Justicia. Y son pocos los que se atreven a hacerlo, pero yo les recomiendo que lo hagan porque hay que poner límites.

-¿Faltan valores?

-Vivimos en una sociedad laxa, con pocos valores. Y esto es malo para la educación de los niños.

-¿Cuáles son los síntomas que deben alarmar a los padres, profesores o amigos de adolescentes de un riesgo de suicidio?

-La irritabilidad, que estén siempre gritando o de mal humor. Que estén aislados en su cuarto, que deje de comer, que se comunique menos, que empiece a costarle dormir. También que les duela la barriga o la cabeza con frecuencia porque son somatizaciones.

-¿Las redes sociales suelen ser enemigas de los chicos con problemas?

-Tienen dos caras. Hay cosas positivas en las redes para estos chicos como foros con personas con problemática parecida, por ejemplo de chicos o cicas trans que les pueden ayudar y sacar de su aislamiento. Y hay otros foros muy negativos, como sucedió hace unos años en Sevilla, donde quedan un grupo de chicas para suicidarse a la vez. O foros de anoréxicas en las que se retan unas a otras para comer menos. En estos casos hacen también daño influencers y modelos que son en muchos casos anoréxicas y a las que estas chicas imitan.

-Los intentos de suicidio y autolesiones los protagonizan más las chicas que los chicos. En Cataluña los casos de intentos de suicidios femeninos se han disparado un 195 por ciento después de la pandemia.¿Esta femenización del suicidio y tendencias autolíticas tienen alguna explicación?

-En las chicas predomina más la inestabilidad emocional y está demostrado que las mujeres tienen mucho más intentos de suicidio que los hombres; sin embargo, en suicidios consumados se dan más casos masculinos que femeninos.

-¿Tiene más pacientes femeninos que masculinos en su consulta?

-En adolescentes y jóvenes con intentos de suicidio la inmensa mayoría de mis pacientes son chicas. En los chicos se dan más casos de TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad).

-En España aún existe un cierto miedo a admitir problemas mentales. ¿Deberíamos normalizar la visita al psiquiatra o al psicóologo como la que hacemos a un cardiólogo, a un ginecólogo, o a un urólogo?

-Sí, pero creo que ya se ha normalizado bastante, llámese psicólogo, psiquiatra o psicoterapeuta. Muchas amigas mías van a terapia y lo dicen.

-España es el país con la mayor tasa de consumo de tranquilizantes por habitante del mundo. ¿Esto también tiene una explicación?

-La gente va tan mal a los centros de Atención Primaria que el médico le receta diazepan o cualquier otro ansiolítico. Pero eso es un parche que no soluciona el problema. El tratamiento para solucionarlo debería hacerlo un especialista.

-¿Se dan tantas pastillas porque no hay tiempo para otra cosa?

-Sí, creo que esa puede ser la explicación. Y porque las demoras para ver a un especialista son altas.

-No solo los jóvenes se suicidan. También las personas de avanzada edad. Supongo que por causas diferentes.

-El prototipo del suicida mayor es varón, viudo o separado, que vive solo y es consumidor habitual de alcohol. La soledad es un gran causante de suicidios y se ve cada vez más en personas mayores.

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