Condenado un sevillano por abusar de su niña de seis años: «Esto es lo normal que hace un padre con su hija»
El Tribunal Superior de Justicia de Andalucía ha confirmado el fallo de la Audiencia de Sevilla que le impuso a este acusado la pena de seis años y medio por abusos y maltrato
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Sevilla
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Iniciar sesión«El primer hombre en la vida de una mujer tiene que ser su padre»; «esto es lo normal que le hace un padre a su hija». Son algunas de las frases que le decía Sebastián C.R., de 56 años, cuando abusaba de ... su hija de seis, a la que de forma habitual también maltrataba, en su domicilio de un municipio de Sevilla, cercano a la capital. Este hombre fue condenado por la Audiencia Provincial a seis años y medio de cárcel por estos hechos, un fallo que ahora ha confirmado el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.
El condenado tuvo una hija con su pareja en mayo de 1999. En 2003, un juzgado de Primera Instancia de Sevilla aprobaba un convenio regulador que otorgaba la guarda y custodia de la menor a la madre, concediendo al padre un régimen de visitas.
Según los hechos probados recogidos en la sentencia facilitada por la oficina de prensa del TSJA a este periódico, en los primeros meses tras la ruptura sentimental con su pareja, continuó residiendo en el domicilio que fue familiar, hasta que trasladó a su nuevo domicilio en 2005. Fue en las navidades de ese año cuando el acusado abusó por primera vez de su hija.
El día de Nochebuena el acusado abandonó su casa por la mañana, dejando allí sola a su hija, que entonces tenía seis años y medio. Cuando regresó, varias horas después, en estado de embriaguez, tras consumir bebidas alcohólicas, llevó a su hija al dormitorio y puso en la televisión una película pornográfica, mientras le decía: «esto es lo normal que hace un padre con su hija», «el primer hombre en la vida de una mujer tiene que ser su padre». Él comenzó a masturbarse. Luego abusó de ella, hasta que sonó el timbre. Era un vecino.
Amenazas
El padre advirtió a su hija que, si contaba algo de lo sucedido, la mataría a ella y a su madre y que su madre no la iba a querer. Después de este hecho, la menor resistió a volver con su padre durante los siguientes fines de semana, pero las visitas se reanudaron unas semanas después, de modo que, cuando volvió a ir con su padre, se repitieron los abusos sexuales.
La menor, en una ocasión, reaccionó dándole un empujón a su padre para que no consiguiera su propósito sexual. El acusado cayó al suelo y no pudo levantarse porque sufrió un desvanecimiento. Tras ello, la menor pudo regresar al domicilio de su madre.
Pasaron unos meses hasta que la menor volvió a reanudar el régimen de visitas con su padre, que finalmente retomaron unos tres meses después aproximadamente. Durante esos años, desde 2005 hasta el año 2010, en que la menor dejó de tener relación con él, el padre trataba de forma agresiva a su hija durante los días en que estaba en su compañía, de forma frecuente, propinándole golpes con la mano, con zapatos, llegando a propinarle un golpe con un casco en la cabeza.
Asimismo, le amenazaba con expresiones tales como «si cuentas algo tu madre te va a dejar de querer, te va a abandonar». Un día le puso una pistola de fogueo en la sien diciéndole que si fumaba la mataba. También le dirigía expresiones tales como «perra, puta, eres tan puta como tu madre».
Las consecuencias
El acusado ingresó en programa de rehabilitación en Proyecto Hombre a causa de sus adicciones en diciembre de 2012 hasta el alta voluntaria en enero de 2014. Como consecuencia de estos hechos, la víctima padece trastorno mental por estrés postraumático, como consecuencia de los hechos ocurridos y que supusieron un evento vivencial estresante que actuó como factor psicotraumático, encontrándose actualmente en tratamiento.
La Audiencia le impuso seis años y medio de cárcel por un delito continuado de abusos sexuales con acceso carnal en grado de tentativa y un delito de malos tratos habituales en el ámbito familiar. En ambos casos con la atenuante de alcoholismo. Además, le impuso una medida de alejamiento durante 16 años y una indemnización a favor de su hija de 20.000 euros.
El TSJA ha desestimado el recurso de la defensa del condenado, que señalaba que el relato de su hija estaba basado en la fabulación, animadversión y resentimiento hacia su padre, y llega a señalar que su hija, que hoy tiene 23 años, denunció a su expareja por malos tratos y después la retiró. Los magistrados descartan este argumento y resaltan que «el hecho de que la denunciante haya podido tener una infancia y adolescencia difíciles, manteniendo una relación tormentosa con su madre y las sucesivas parejas de ésta, iniciándose precozmente en actividades sexuales consentidas y consumido drogas, no permite concluir que haya falseado la realidad, pues carece de lógica que si el acusado no ejerció sobre ella abuso de ningún tipo y mantuvo una relación normal, haya decidido denunciarle sin motivo alguno».
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