Los comerciantes temen el traslado definitivo del mercadillo de la Plaza del Duque

«La idea es vaciar el mercadillo de contenido, ya que cuanto menos gente haya, más fácil será trasladarles. No sé adónde, pero el objetivo de buscar otro emplazamiento está claro y será menos complicado cuando queden 'cuatro gatos'«, asegura el responsable de un pequeño puesto de cinturones y bolsos de cuero, con licencia desde 1985.

En La Plaza del Duque han llegado a concentrarse más de 50 artesanos, una vez que trasladaron a los comerciantes que se ubicaban en la Magdalena, y, sin embargo, «apenas quedamos 18 o 20 con licencia. De hecho, hay días que no se montan más de diez puestos».

Los comerciantes del Duque aseguran que tienen conocimiento de solicitudes de licencia, por parte de hijos de propietarios de algunos de estos puestos, «que no llegan; tampoco una respuesta formal«. Licencia que, en todo caso, »tenemos en precario. No puedes estar tranquilo en ningún momento temiendo que nos la retiren alegando cualquier caso de fuerza mayor«.

Sobre un posible traslado, afirman que no han recibido notificación alguna por parte del Consistorio desde hace tiempo «ni se han puesto posibles ubicaciones sobre la mesa»; tan solo, alguna propuesta por parte de grupos municipales, «con el argumento de que la plaza estaba saturada, pero sin concretar nada. La cosa quedó ahí y no se ha vuelto a hablar del tema«.

Los comerciantes insisten en que no son un mercado de venta ambulante, sino que las distintas familias ejercen su actividad legalmente, con instalaciones desmontables, y sujeta a la legislación municipal como mercado tradicional. Hace unos años, con idea de reestructurar el mercadillo, se planteó por parte de este colectivos habilitar la zona norte de la plaza, la más cercana a la calle Trajano; hacer peatonal la vía próxima al centro comercial e incluso cambiar la parada de autobuses turísticos a la Alameda de Hércules.

En la actualidad, la licencia les permite ejercer la actividad comercial de miércoles a sábado, un día más desde la anterior crisis económica, originada en torno a 2007, «que fijaba la instalación del mercadillo a partir del jueves». «No todo son ventajas. Antes podíamos cambiar días de fiesta por laborables, pero esa prerrogativa la hemos perdido».

Además, «justo antes de la pandemia decidieron que desde el jueves previo al Domingo de Ramos no podíamos montar los puestos por la colocación de las sillas de Semana Santa y de más, cuando eran días muy buenos, comercialmente para nosotros«, concluye Ferrer.