Compañías líricas crearán un asilo-auditorio para músicos callejeros en Sevilla
Se ofrecerá alojamiento, alimentación y atención médica al mismo tiempo que se fomenta la expresión artística
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Iniciar sesiónPasear por Sevilla es encontrarse, casi sin querer, con música por diferentes rincones de la capital, sobre todo los más transitados. Para los peatones, es llamativo ver a las mujeres que bailan flamenco en tablaos improvisados tan peculiares como la Plaza de España o ... la Puerta de Jerez, al flautista de Puente y Pellón, músicos con guitarra y a veces micrófono que cantan versiones conocidas en Las Setas, los que prefieren ir de velador en velador, o los que se decantan por poner banda sonora a las calles de Triana y Los Remedios.
A pesar de ser un componente llamativo del paisaje cotidiano y de aportar valor cultural a la capital hispalense, la música callejera en Sevilla sigue sin contar con una ordenanza específica que regule su práctica. Aunque el pasado mes de abril el ayuntamiento aprobó la elaboración de una normativa para organizar espacios y horarios, aún no se ha concretado nada. Mientras tanto, los artistas se enfrentan a la incertidumbre: pueden ser aplaudidos por el público o desalojados por la policía, dependiendo del lugar, la hora o las quejas vecinales.
Más allá de no saber si esa tarde los echarán de un rincón, si les requisarán los instrumentos o les prohibirán continuar con el espectáculo, los músicos callejeros se enfrentan a una realidad mucho más dura: la mayoría deja de cotizar, lo que pone en riesgo su derecho a una jubilación digna. Las propinas que reciben, muchas veces, no alcanzan ni para pagar un piso, y en muchos casos, ni siquiera bastan para llegar a fin de mes. En este contexto, nace 'Un Techo Bajo el Pentagrama', una iniciativa cultural y social cuyo objetivo es crear un asilo‑uditorio para músicos callejeros retirados, donde se ofrecerá alojamiento, alimentación y atención médica al mismo tiempo que se fomenta la expresión artística.
Un acto de justicia
Según explica Vicente Javier Pérez Benavente, responsable del proyecto y uno de sus promotores junto con Lourdes de San Miguel, «esto nace como un acto de justicia», y «será un espacio vivo donde quienes han dedicado su vida al arte en la calle puedan envejecer con acompañamiento, reconocimiento y posibilidades de seguir compartiendo su talento». Además, «muchos de ellos nunca han pisado un teatro, por lo que este espacio será también una forma de cumplir ese sueño».
Por otro lado, Vicente insiste en que «queremos que sirva como estudio sociológico, que se estudie por qué alguien acaba tocando en la calle. Hay buenos músicos ahí fuera, con talento y formación. No todos llegan por necesidad económica. Hay muchas historias que deben conocerse, comprenderse y documentarse». Por ello, otra de las propuestas es crear una biblioteca musical que reúna testimonios, grabaciones y material de archivo para preservar y visibilizar el legado de los músicos callejeros.
El arranque del proyecto tendrá lugar este octubre con una serie de conciertos solidarios organizados por La Sagra Ópera y la Compañía Lírica y Ópera de Sevilla (CLOS): en octubre, interpretarán 'La Traviata' el día 11 en el Teatro Auditorio Riberas Del Guadaíra y el 17 en el Teatro España; en noviembre, la obra escogida será la zarzuela 'La Dolorosa', y tendrá lugar el día 14 en el Teatro Auditorio Riberas Del Guadaíra y el 15 en el Teatro España. El dinero recaudado irá destinado a levantar las primeras bases de la iniciativa.
En cuanto a la financiación, el responsable del proyecto lo resume así: «Queremos que no sea subvencionado, sino que el público, con su presencia, lo haga posible. Si alguien quiere ayudar, lo mejor es que venga al concierto, que participe de la cultura». Asimismo, se pretende que este «pequeño distrito», según lo llama Vicente, «sirva para sostener económicamente el proyecto».
Aunque se trata de un proyecto pionero en España, 'Un Techo Bajo el Pentagrama' bebe de referentes internacionales como la 'Maison des Artistes Retraités' en Francia, el 'Actors' Fund Home' en Estados Unidos o la 'Fundación Hogar del Músico' en México. Todos ellos, comparten una misma visión: reconocer a quienes dedicaron su vida a la música, incluso en contextos de precariedad, y ofrecerles un espacio donde envejecer con dignidad, sin renunciar a su identidad artística.
En esa misma línea, se apuesta por un impacto real en tres dimensiones: desde lo social, busca cuidar a artistas marginados y reivindicar el valor humano del músico callejero; desde lo cultural, propone conservar su legado; y desde lo comunitario, pretende acercar a la ciudadanía a sus artistas y convertirse en un modelo replicable en otros territorios. «Queremos que quienes han decidido vivir de la música callejera tengan un sitio digno. Personas que han hecho sacrificios y que muchas veces nos han alegrado el día tocando en la calle. Es una forma de devolverles algo».
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