CLH pide más suelo en el Puerto y hunde el sueño de Sevilla Park

Este espacio se encuentra «en el extremo suroeste de sus instalaciones, en la margen derecha del Canal de Alfonso XIII, que es una zona de servicio del Puerto en la que se ubican tres tanques de almacenamiento para productos petrolíferos», tal como recoge el anuncio publicado ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Si bien se trata sólo de una renovación de equipamientos que ya venía utilizando la empresa, da muestras de que no hay ningún tipo de plan en marcha para el traslado de la compañía, lo que permitiría liberar ese suelo, que ya tiene autorizado el cambio de uso de industrial a terciario en el PGOU, para albergar algún proyecto de ciudad. Con ello se echa más tierra sobre el antiguo auditorio Sevilla Park al que la construcción del centro comercial Lagoh asestó el golpe definitivo.

Siete años tardaron los promotores en ver cumplido el trámite administrativo para levantar un complejo comercial, deportivo y de espectáculos en el Batán, muy cercano al puente de las Delicias. Aquel fue un proyecto que se presentó durante el mandato de Juan Ignacio Zoido y se terminó de gestionar en el segundo de Juan Espadas. Una vez concluido todo el procedimiento, que tardó nada menos que siete años, las reglas del juego habían cambiado. Operando estaba ya a pocos minutos un nuevo espacio comercial que no tiene competencia y la pandemia hizo el resto.

Fue en 2021 cuando la Autoridad Portuaria recibió todas las bendiciones para ofrecer garantías a unos inversores que ya para entonces habían perdido todo interés. La operación de Sevilla Park –valorada en 400 millones de euros– o de cualquier proyecto que se plantee sobre el terreno lleva aparejada la compra de la parcela de CLH que tiene en propiedad y en la que se encuentran los depósitos de hidrocarburos. Sólo eso conlleva un desembolso de unos 30 millones de euros para adquirir la propiedad y limpiar el suelo. El resto del espacio habría que ocuparlo mediante la fórmula de la concesión administrativa por un plazo máximo de 35 años.

Este es uno de los espacios que la Autoridad Portuaria tiene reservado para las relaciones puerto-ciudad, por utilizar la misma terminología que recoge su plan maestro. Eso es para hacer un uso ciudadano del suelo ocioso. En esta hoja de ruta se ha señalado ese espacio y el que se encuentra justo enfrente, que es el del muelle de Tablada, donde se creará el futuro distrito portuario.

Ambos son vías de crecimiento de la capital que no tiene precisamente suelo de sobra. El auditorio de Sevilla Park venía a meter a la ciudad en el circuito internacional de grandes conciertos, pero incluso a ese negocio le ha salido duros competidores, que son el estadio de la Cartuja y el nuevo Benito Villamarín, que también dispondrá de la capacidad necesaria para acoger actuaciones multitudinarias.

Noticia Relacionada

La Sevilla prometida

Elena Martos

La burocracia se llevó por delante este proyecto con una tardanza inusual en contraste con otros que se han completado en tiempo récord como es el caso de la antigua fábrica de tabacos de Altadis, que también precisó de un cambio de PGOU para que los suelos pasaran de uso industrial a terciario. Curiosamente ese procedimiento comenzó a la par del de los solares de la avenida de Las Razas que son propiedad del Puerto y que se quieren poner a la venta para levantar viviendas. Ahí es necesario incluir el uso residencial. Sin embargo, estos últimos todavía están a la espera de una aprobación parcial en el Pleno municipal para que sean considerados como suelos finalistas.

Hasta el momento la Autoridad Portuaria no ha recibido ninguna otra propuesta en firme para sustituir al gran auditorio a orillas del río, donde están proyectados además una marina para grandes yates y un mirador.