La científica confirma el origen de la muerte de Enrique Valdivieso y Carmen Martínez en una regleta sobrecargada

El matrimonio sufrió la conocida como «muerte dulce» que provoca la inhalación de estos gases tóxicos, cuyo principal peligro está en que no transmite sensación de ahogo o asfixia, no siendo conscientes quienes lo inhalan del riesgo que corren. Este triste final de tan ilustre matrimonio pone una vez más de manifiesto el peligro de disponer de instalaciones eléctricas antiguas y/o de sobrecargarlas, siendo la conocida como «muerte dulce» muy habitual en estos casos por una mala combustión o un incendio no propagado.

Los agentes de la Policía Científica regresaron a primera hora de este lunes al domicilio de Enrique Valdivieso y Carmen Martínez tras haber dejado sus ventanas completamente abiertas durante un día para garantizar su propia seguridad durante dicha inspección ocular. Tal y como confirmaron fuentes de la investigación, los análisis finales confirmaron que esta regleta sobrecargada originó unas primeras llamas en una habitación que terminó completamente llena de humo.

Tras realizar los forenses del Instituto de Medicina Legal de Sevilla la autopsia, el matrimonio fue trasladado a primera hora de la tarde de este lunes al tanatorio de la SE-30 de Sevilla donde serán velados hasta que a las diez de esta mañana se celebre la ceremonia de su funeral en la iglesia de la Caridad. Esta tarde ya se celebrará una primera misa por su eterno descanso en dicha iglesia del barrio del Arenal.

Cabe recordar que el historiador Enrique Valdivieso, vallisoletano de nacimiento, estaba muy vinculado a la hermandad de la Santa Caridad tras sus constantes estudios sobre la figura de Valdés Leal, genio de la pintura barroca sevillana que dejó sus grandes obras maestras en la iglesia de San Jorge de la Caridad. El profesor llegó a la capital hispalense en 1976 como agregado de la cátedra de Historia del Arte de la Universidad de Sevilla, donde ejerció durante más de cuarenta años hasta que en 2016 se jubiló. Terminó su carrera impartiendo clases como profesor emérito, obteniendo en 2015 el ‘Premio FAMA’ de la Universidad de Sevilla y la Medalla de la Ciudad en 2017. Durante estos últimos años acrecentó aún más su importante papel dentro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, en la que ingresó en 1996 como académico numerario con el discurso titulado ‘Temas cervantinos en la pintura sevillana decimonónica’.