El científico sevillano Jacob González Isa tiene 24 años y está realizando su doctorado en la Universidad de Cambridge. Hijo de un camarero y de una técnica en rayos X, este bioquímico hizo toda la enseñanza secundaria y el bachillerato en el Instituto Polígono San ... Pablo, un centro público situado en este popular barrio de Sevilla. Hace algunas semanas recibió el Premio Extraordinario Fin de Carrera de la Universidad de Sevilla y la beca de la Fundación La Caixa que le permite seguir formándose en una de las universidades más prestigiosas del mundo. Se trata de cien becas de posgrado con una importante dotación económica para los mejores universitarios de España.
-La ciencia y las humanidades están muy relacionadas y ganó el premio literario José María Pemán, de ABC y la Fundación Cajasol. ¿Le gusta escribir?
-Mucho pero no dispongo apenas de tiempo libre. Ahora estoy escribiendo una serie de relatos sobre mi experiencia como investigador fuera de España.
-¿Cómo es la vida en la Universidad de Cambridge?
-Es muy distinta a la de cualquier universidad que haya conocido. Es como en las películas de Harry Potter, todo muy tradicional y hasta te ponen una capa a la luz de las velas. Somos jóvenes de muchos países y culturas diferentes a los que nos une la pasión por la ciencia. Estoy aprendiendo mucho.
-¿Es una universidad clasista?
-Lo ha sido siempre pero lo es cada vez menos. Hay gente ultrarrica pero el dinero no te compra la admisión en Cambridge. Pero si no tienes 50.000 euros para pagar la matrícula anual no puedes estudiar aquí. No hay racismo y hay políticas de inclusión, especialmente para los universitarios de primera generación, como es mi caso. La mentalidad es abierta.
-Una vez que se entra allí, ¿esas diferencias sociales tienden a diluirse?
-Sí. Los ingleses cambian mucho respecto al trabajo y, en cuanto entran en un pub, son como los españoles. En la Universidad se dedica mucho tiempo a reflexionar y no le dan tanta importancia a los «papers» como en España. Yo he entrado en el doctorado sin publicar ninguno, algo que seria imposible en mi país. No están obsesionados con publicar cada experimento que se hace.
-¿Qué planes tiene para cuando acabe su doctorado? ¿Le gustaría volver a España?
-Es la eterna pregunta. Me gustaría hacer alguna estancia de dos años en Estados Unidos. Me gustaría mucho el MIT o Harvard pero allí cualquier universidad tiene recursos para investigación. Después me gustaría volver a Andalucía, si se me da la oportunidad.
-En España es complicado obtener un contrato estable de investigación y los que lo logran se quejan de la burocracia con la que deben lidiar para realizar cualquier actividad.
-En Reino Unido la burocracia es nula y se confía más en los investigadores y en los gastos que afrontan. Da miedo tanta burocracia y también las falsas promesas de estabilización. Si vuelvo, será con un contrato Ramón y Cajal o algo así. Por eso necesito prolongar mi formación en el extranjero. Un mínimo de diez años.
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