balance final
La Cartuja se desalojó en tiempo y forma: el C2, la parada del 2 y la SE-20 fueron las únicas aristas
El alcalde destaca el buen funcionamiento del dispositivo del primer partido del Betis en el Olímpico y dice que seguirá «perfeccionando» el plan de movilidad
Los trenes de Cercanías se llenaron y es necesario que Renfe amplíe el número de trenes o vagones y mayor frecuencia
La Cartuja supera la prueba en el primer partido del Betis
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Iniciar sesiónFuncionó. Al menos esa es la impresión general de la mayoría de los 54.646 aficionados que acudieron al estadio de la Cartuja en el primer partido en el exilio por las obras del Villamarín. Tanto la llegada como la salida superaron las expectativas que, ... teniendo en cuenta los nefastos precedentes anteriores, con el colapso total de la isla y sus accesos en días de grandes eventos, se logró que apenas hubiera desplazamientos de más de media hora para ir y volver.
Hubo aristas, y quejas de aficionados, por el atasco en Américo Vespuccio hasta la Torre Sevilla al concluir el partido, al cortar la Policía Local el sentido Triana de la avenida Carlos III. Esto provocó que quienes viajaban en el C2 tardaran más de lo adecuado, con abonados que tardaron unos 55 minutos en volver a la zona sur de la ciudad. También se trasladaron sugerencias para que la parada de la línea 2 estuviera, como la del resto, más próxima al estadio. Ésta se encontraba junto al Hotel Renacimiento, lo cual obliga a un desplazamiento a pie más largo.
Más allá de estos problemas, también se registraron algunos atascos en la SE-20, sobre todo en las horas previas al partido, teniendo en cuenta que es el único acceso al estadio viniendo desde el norte de la ciudad. No obstante, la congestión de tráfico en esta zona no fue constante, y hubo momentos de fluidez. Ésta, precisamente, fue la nota predominante en la Barqueta, otro de los puntos sensibles de la salida y llegada de aficionados en vehículo privado.
Asimismo, en cuanto al Cercanías, el hecho de que los dos trenes de doble composición (ida y vuelta) fueran llenos invita a pensar por qué Renfe no amplía la frecuencia aumentando la oferta, bien con trenes o vagones, que ayudaría a desalojar aún más rápido el campo.
De esta forma, el dispositivo municipal de este primer partido del Betis funcionó correctamente, algo que ha destacado este sábado el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, que anunció igualmente que seguirá «perfeccionándose» y para solventar estas aristas.
Gracias a todos los servicios municipales y cuerpos de seguridad, trabajador por trabajador, por sus esfuerzos para el buen funcionamiento del dispositivo del primer partido del @RealBetis en el @EstadioCartuja
— José Luis Sanz (@jlsanzalcalde) August 23, 2025
Plan que seguiremos perfeccionando y trabajando a conciencia. https://t.co/0cNTOdP71k pic.twitter.com/giXJyBkeG4
Un tuit de la cuenta de Emergencias Sevilla de la Policía Local certificaba a la una de la madrugada que el estadio quedaba completamente desalojado y se daba por concluido el dispositivo. Esto es, apenas hora y media después del partido. Hay que tener en cuenta que éste es el tiempo medio de desalojo del Benito Villamarín y que el objetivo tanto del club como del Ayuntamiento era rondar esos tiempos.
No obstante, hay una serie de casuísticas que se dieron este viernes 22 de agosto diferentes a las que pueden suceder en otras fechas y también en cuanto a la ubicación. La primera es que no existía rutina de acceso y salida por parte de los aficionados, acostumbrados a acudir al Villamarín, un estadio que tiene incluso menos bolsas de aparcamientos e infraestructuras de transporte que la propia Cartuja. Esto hizo, junto con las advertencias del Ayuntamiento y del propio club, que buena parte de los asistentes adelantaran su llegada al Olímpico, a sabiendas de los problemas de acceso de los que siempre ha adolecido. Esto se pudo lograr también gracias a que en pleno mes de agosto, y aunque fuera un día entre semana, hay muchos sevillanos aún de vacaciones, y pudieron planificar su regreso de las playas o su traslado por el interior de la ciudad con mucho más margen.
También hay que tener en cuenta que el número de personas que acudieron, 54.646, son más de la media de lo que solían acudir al Villamarín (el club ha pasado de tener unos 52.000 abonados a los 57.000 de tope), y que a su vez son menos de los que habrá en otros partidos, sobre todo los que suelen acudir una mayor cantidad de público.
Esto hace necesario evaluar el funcionamiento del plan de movilidad ya a partir de septiembre, sobre todo en partidos entre semana en los que coincidan en hora punta la salida de los trabajos y universidades, y el hecho de que el público no pueda llegar a la Cartuja con tanta antelación como en el encuentro con el Alavés. Y, en este caso, hay que tener en cuenta que el Benito Villamarín tiene también serios problemas de desalojo y acceso, con la Palmera y Las Razas colapsadas, y sin más transporte público de Tussam. A su favor, eso sí, juega la rutina de los aficionados, que la tienen asumida y en la Cartuja aún no.
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