Carmina Barrios: «Los hombres me dan mucha pena todavía, los veo más débiles»
La actriz sevillana ha hablado sin filtros sobre cómo vive el feminismo, y las contradicciones que encuentra en su día a día como mujer que ha crecido en 'otro tiempo'
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Carmina Barrios y Henar Álvarez en plena charla durante la emisión de 'Al cielo con ella'
El feminismo, en cierta manera, ha transformado las relaciones entre hombres y mujeres. Lo que antes se asumía como natural —que las mujeres cuidaran, sirvieran y se desvivieran por los demás sin importar otra cosa— hoy se revisa, se cuestiona y se resignifica. ... Sin embargo, los cambios culturales no son inmediatos ni lineales. Las mujeres de generaciones anteriores, aunque muchas se identifican como feministas, conviven con lógicas del pasado que, sin querer, aún marcan sus formas de actuar.
Este cruce entre lo aprendido y lo que se quiere desaprender fue el centro de la conversación que mantuvieron Carmina Barrios y Henar Álvarez en el late night show de RTVE 'Al cielo con ella', un espacio ya conocido por su humor transgresor.
Carmina, actriz y madre de los también artistas Paco y María León, se presentó como siempre: sin filtros y con el corazón por delante. «Yo defiendo mucho el feminismo, sí. Soy feminista, quiero la igualdad. Pero después yo me he dado cuenta que también tengo un ramalazo todavía de machista, eso no se me quita a mí, niña», confesó ante una Henar divertida pero atenta.
Y puso un ejemplo claro: «Todavía a mi marido le tengo que hacer la comida. Antes de venirme aquí yo he tenido que dejar planteado todo». Con una mezcla de ironía y autocrítica, añadió: «Y después yo misma digo: 'Ay Carmina, que tú tienes... porque los hombres me dan pena todavía a mí'». La risa de Henar no se hizo esperar: «Fíjate...».
Pero la reflexión no se quedó ahí. Carmina ahondó en esa ternura ambigua con la que mira a los hombres: «Me dan pena. Los veo más débiles. Yo los quiero mucho y los defiendo. Pero también te voy a decir una cosa: que son muy chulos cuando están ellos empoderados, pero después, a la hora de la verdad, como les venga un problema, ¡se acojonan!». Y sentenció, como si hablara de la vida misma: «Tienes que ser tú la que diga: 'Que no pasa nada, ¡p'alante!'».
El cuidado, históricamente de la mano de las mujeres
La charla también giró en torno al cuidado, una carga histórica que recae sobre las mujeres, muchas veces sin cuestionamiento. Henar recordó cómo Paco León contaba que tenía que frenar a su madre por llevar tuppers a las grabaciones: «¿No decía que te tenía que decir: 'Mamá, cariño, que hay un catering aquí'?».
A lo que Carmina, riéndose, respondió: «Bueno, ¿y qué? Los catering te ponen 300 cosas pero… una buena tortilla, unos filetes empanados, un gazpacho… eso no lo tienen». Y remató con su característico desparpajo: «Ellos, muchos restaurantes de pitiminí… ¡y luego están 'esmayaos'!».
La intervención de Carmina fue mucho más que un momento gracioso. Fue una radiografía sincera de cómo se vive el feminismo cuando se ha crecido en otro tiempo. De cómo el amor, el cuidado y la responsabilidad pueden ir de la mano con una lucha por la igualdad que, aunque se asume con firmeza, no siempre es fácil de llevar a la práctica.
«La revolución será feminista o no será», se repite. Pero también será intergeneracional, contradictoria y, sin duda, profundamente humana.
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