Episodios locales
El cardenal Bueno y el Papa bueno
Juan XXIII desveló al arzobispo hispalense una visita privada a Sevilla en 1950 cuando monseñor Bueno Monreal acudió a Roma para recibir el capelo cardenalicio hace ahora 65 años
Monseñor José María Bueno Monreal había llegado a Sevilla a finales de octubre de 1954 como arzobispo coadjutor del indomable Pedro Segura. El Vaticano lo había respaldado como contrapeso del irrefrenable cardenal Segura y el recién elegido Papa Juan XIII lo incluyó en su primer ... consistorio para elevarlo a la púrpura cardenalicia en noviembre de 1958 junto con otros 22 monseñores entre los que figuraba el secretario de Estado Tardini y Giovanni Montini, arzobispo de Milán, más tarde Pablo VI.
El 15 de diciembre de 1958 fue creado cardenal. Pero Bueno Monreal no había recibido de manos del Sumo Pontífice la birreta roja que lo señalaba como príncipe de la Iglesia en virtud del privilegio que ejercía Franco como jefe del Estado para investir a los cardenales de nacionalidad española.
Así que la visita del doctor Bueno Monreal, como lo nombraban las crónicas de entonces, se aplazó hasta marzo de 1959, ni dos meses después de que el Papa Roncalli hubiera dejado estupefacto al orbe católico con la convocatoria el día de la conversión de San Pablo (25 de enero) de un concilio ecuménico.
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La entrevista personal entre el Papa bueno –con ese sobrenombre lo conoció la prensa italiana– y el cardenal Bueno tuvo lugar el 9 de marzo, tres días antes del consistorio ex profeso para imponerle el capelo cardenalicio al arzobispo de Sevilla y a los monseñores Cento y Fietta, portugués e italiano, respectivamente.
La audiencia privada de Juan XXIII al cardenal Bueno Monreal duró tres cuartos de hora en los que intercambiaron palabras de salutación y parabienes y en los que el Papa le participó que había visitado Sevilla en 1950 (siendo nuncio apostólico en Francia) como un turista más alojado en un céntrico hotel desde el que visitó la Catedral, el Alcázar y otros monumentos de la ciudad.
Cardenal de Sevilla
La birreta se la había impuesto Franco en diciembre de 1958 en virtud del privilegio que ostentaba España
La estancia del cardenal Bueno en Roma se prolongó diez días, del 9 al 19 de marzo. Además de la audiencia con el Papa, recibió un homenaje en el Colegio Español donde se hospedaba, recibió las visitas obligadas de los cardenales radicados en Roma, del cuerpo diplomático de la Santa Sede y de los monseñores de la Curia y despachó distintos asuntos con las congregaciones pontificias.
La entrega del galero (sinónimo de capelo, el sombrero cardenalicio) tuvo lugar el jueves 12 de marzo en el propi Colegio de España. Pero no fue el Papa quien se lo impuso sino monseñor Tacoli, camarero secreto de servicio de Su Santidad. Por parte hispalense, lo acompañaban el maestro de capilla de la Catedral hispalense, Ángel Urcelay, y su fámulo, Manuel Pabón.
En su discurso, Bueno Monreal vino a decir que «la religión de los españoles no es aburguesada ni acomodaticia sino que la entendemos a la jineta», una forma de montar la cabalgadura muy exigente. Probablemente, no se figuraba monseñor Bueno la profecía implícita que llevaban sus palabras 65 años después de pronunciarlas.
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