De la misa la media
Más capilla del Patrocinio que nunca
Iglesia en Sevilla
Estos días la Virgen titular preside -en una imagen inédita- el altar de la basílica

Misa en la basílica del Cachorro
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Templo: basílica menor del Cristo de la Expiración
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Fecha: 12 de mayo
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Hora: 20.00 h.
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Asistencia: casi treinta personas
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Presidencia: Manuel García Valero
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Ornato: cuatro jarras con flores blancas y 24 cirios de la candelería del palio
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Música: ninguna
La basílica menor del Cristo de la Expiración empezó a levantarse en los años 40 del pasado siglo paredaña a la antigua capilla del Patrocinio para dignificar el culto al Cachorro, cumbre de la imaginería barroca sevillana. Pero estos días la Virgen ... titular preside -en una imagen inédita- el altar de la basílica, más capilla del Patrocinio que nunca con el Cachorro viajando por carretera (ese lunes) a Roma para la procesión de este sábado.
A ello contribuyó también el oficiante, párroco de la Ascensión del Señor en Sevilla Este, que eligió del misal el común de la Bienaventurada Virgen María en tiempo pascual para celebrar la memoria de la Virgen en su advocación del Patrocinio. Traducido: las oraciones propias (colecta, sobre las ofrendas y de poscomunión) y las dos antífonas tenían neto sabor mariano. Para que después digan que todas las misas son iguales…
Esta no lo era y no sólo porque estuviera la Virgen del Patrocinio enmarcada entre tres parejas de varales y la bambalina delantera de su paso de salida. También el celebrante arrancó su homilía con la «costumbre de la Iglesia de felicitar a la Virgen por la Resurrección del Señor». En este sentido, hilvanó con acierto la memoria litúrgica que se celebraba con el Evangelio de la jornada, continuación del domingo del Buen Pastor: «María nos invita a pasar por la puerta, que es su Hijo, y a escuchar su voz y seguirle para obedecerle, como ovejas que se sienten seguras».
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Fue una prédica cortita, pero que le dio al celebrante para refrescar una peregrinación del sacerdote a Tierra Santa, a la iglesia de San Pedro en Jaffa, en la costa, donde en una vidriera del lado del Evangelio figura el rey San Fernando por el patronazgo regio español sobre aquel templo, construido en el lugar donde el primer Papa tuvo la visión de los animales dignos para comer que expresa «la universalidad de la Iglesia» al levantar las prescripciones alimentarias judías.
Fue una ceremonia fluida, de las 'de diario', con el lector (voz rotunda y bien proyectada) algo trabucado en el salmo y un despiste del servidor del altar que tardó más de la cuenta en traer el misal para la oración sobre las ofrendas y dio lugar a un incómodo parón con toda la asamblea puesta en pie aguardando. También se hizo largo el trayecto del sacerdote hasta el sagrario, en la capilla sacramental aneja, para tomar la reserva que se distribuyó a los comulgantes.
La misa concluyó con el rezo del 'Regina Coeli', la salutación pascual a la Virgen, de la que se omitió una estrofa, tal vez por otro despiste, para rematar la faena. Tras la bendición final, la treintena de fieles que celebraron se vio multiplicada con la entrada de un numeroso grupo de jóvenes que accedieron a las dependencias interiores, probablemente para preparar el viaje a Roma. Con media hora más de dedicación a la hermandad aquella tarde, hubieran honrado a la Virgen del Patrocinio con su presencia en misa. Qué se le va a hacer.
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