La campaña de Sevilla entra en la prórroga a la búsqueda del gol de oro del indeciso

El día comenzó con una entrevista a José Luis Sanz en la Cope pidiendo el voto útil para evitar gobernar con «los extremos» e insistió en la desvinculación que su rival, Antonio Muñoz, lleva pretendiendo hacer respecto de Pedro Sánchez durante la campaña. Luego, acudió a la Macarena, donde sentó en su banco electoral a vecinos para anunciar allí su «decálogo para cambiar y mejorar» el barrio.

Por un lado, los «graves problemas de seguridad y suciedad», a lo que se le suma la «falta de aparcamientos, el mal estado de los parques y el déficit de equipamientos». Los vecinos le explicaron que están desesperados por los conflictos entre las personas sin hogar y que, cuando llaman a la Policía, ésta no acude. El compromiso prioritario del candidato es la desconcentración de los albergues.

Por su parte, Antonio Muñoz está apurando lo que queda de campaña para movilizar el voto en las barriadas que tradicionalmente son feudos socialistas. Por eso, visitó El Trébol, Los Pajaritos y el Polígono de San Pablo. En el Cerro-Amate puso sobre la mesa un compromiso de inversión de 32 millones para la rehabilitación de estas barriadas degradadas y la conversión de Hytasa en un nuevo barrio incluyendo una parte productiva y otra residencial, grandes reurbanizaciones, generación de zonas verdes y un refuerzo de los equipamientos públicos. Sus propuestas incluyen un parque auxiliar de Lipasam, un centro cívico y un pulmón verde en torno al canal de Ranilla.

En su visita al Barrio D del Polígono de San Pablo, el alcalde se comprometió a mejorar la movilidad y a impulsar nuevas zonas verdes, así como llevar a cabo reurbanizaciones y mejoras en las principales plazas y espacios públicos. Muñoz anunció allí una 'Ciudad del Agua' en el Centro Deportivo San Pablo.

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La campaña electoral tuvo impacto más allá de la agenda de los candidatos de la capital. La ministra de Igualdad, Irene Montero, convocó a los medios de comunicación en El Coronil, por cuyas calles se paseó junto al sindicalista Diego Cañamero y donde ofreció una rueda de prensa en clave nacional. Hasta la localidad jornalera se desplazó para lanzar su visión sobre el caso Vinícius Jr. y los insultos racistas que le profirieron en el estadio valencianista de Mestalla. Se alineó con el presidente brasileño Lula da Silva en su calificativo de España como país racista, y pidió una ley específica para frenarlo. Por otro lado, exigió a las comunidades autónomas que garantizaran el «aborto libre» en todos los hospitales públicos.