El extraño 'boom' de las residencias universitarias en Sevilla: más camas que alumnos

Porque cada vez son más. En Sevilla las hay que dependen directamente de las universidades públicas como es el caso de las de la Hispalense -la Ramón Carande, el colegio mayor Hernando Colón o la Rector Estanislao del Campo- o las de la Pablo de Olavide -Celestino Mutis, Rosario Valpuesta y Flora Tristán- a las que se suman otras pocas en manos de instituciones religiosas. Las nuevas, las que se se están creando en los últimos tiempos, algunas de ellas aún en pleno proceso de edificación, están la mayoría en manos de sociedades privadas.

Con todo, actualmente hay en Sevilla, según los cálculos hechos por Jones Lang LaSalle Incorporated, J.L.L., una empresa global de servicios inmobiliarios comerciales, un total de 7.508 plazas repartidas en unas 37 residencias. Y a ellas se suman las 1.519 que empezarán a funcionar una vez que se completen las cinco que ahora están en construcción. Eso significa que, una vez que comiencen a funcionar todas ellas, serán más de 9.000 las plazas residenciales para una ciudad en la que el grueso de los estudiantes reside en Sevilla.

Es una cifra muy elevada si se tiene en cuenta que en la Universidad de Sevilla, la más numerosa de las instituciones académicas sevillanas, el 75 por ciento de los estudiantes son de la provincia, lo que significa que no tienen necesidad de estas infraestructuras ya que la mayoría vive cerca. Y sólo hay algo más de 10.800 que proceden de fuera de la provincia. En la Pablo de Olavide, la otra pública y de menor tamaño, la presencia de estudiantes de fuera es aún menor. De hecho los estudiantes procedentes de movilidad internacional son poco más de 500. En la Loyola, la universidad privada, este año han llegado al campus de Dos Hermanas, poco más de 200 extranjeros.

El fenómeno de estas residencias es tal que ya se ha convertido en una cuestión digna de análisis por algunas inmobiliarias. Así, según el estudio realizado por J.L.L, aproximadamente el 26 por ciento de las camas existentes en el mercado se ofertan en colegios mayores, mientras que el 74 por ciento restante son camas en residencias de estudiantes. ¿Qué significa eso? Que la gran mayoría del nuevo producto que se desarrollará en los próximos años estará en manos de gestores privados, por lo que su presencia será cada vez mayor en detrimento de los operadores públicos y órdenes religiosas, que tradicionalmente operan los colegios mayores y que siguen estables pero sin experimentar el crecimiento del otro modelo.

En cuanto a las nuevas residencias, el 80 por ciento de estas camas se ubican en la propia Sevilla, mientras que los municipios de Bormujos y Montequinto concentran el 15 por ciento de la oferta total. Más del 80 por ciento de las residencias son de carácter mixto y el resto son femeninas o masculinas.

Es un fenómeno, el de este crecimiento, que ha sido consentido por el Ayuntamiento de Sevilla que ha concedido en los últimos años hasta quince autorizaciones para edificar otras tantas residencias que además han generado una gran polémica en la ciudad.

Se trata de construcciones repartidas por toda Sevilla, algunas de ellas muy cercanas al campus Ramón y Cajal o al de Reina Mercedes, donde se ubican numerosas facultades.

Están en manos de distintas empresas, la mayoría de las cuales tienen un negocio que ha ido creciendo y poseen otras similares en Madrid, Barcelona y otras ciudades de gran tradición universitaria como Granada o Santiago de Compostela.

En Sevilla en los últimos tiempos se han autorizado en Leonardo Da Vinci o en la parcela del Pabellón de la ONU (en la Cartuja donde se ubican varias facultades además de la Escuela de Ingeniería) pero también hay muchas en el entorno del campus de Reina Mercedes y en la avenida de La Palmera. Es el caso de la de Páez de Rivera 1, Palmera 17 o Palmera 38.

En la zona del Porvenir también se han otorgado algunas como la de la calle Isabela 1-3, Ramón Carande (en las antiguas cocheras de Tussam), Genaro Parladé (en el antiguo club Antares) o Avenida Manuel Siurot. Muy cerca de esas se ubica otra en la esquina de la calle Camilo José Cela con la calle Barrau, una enorme construcción que llama la atención y que ha sido edificada en terrenos que pertenecían al colegio Portaceli. También se han otorgado en el barrio de Los Bermejales en una parcela entre las calles Elche y Ali-Al-Gomari, la Plaza de la Marina Española. Así hasta un total de quince.

La mayoría de esas residencias de uso mixto están gestionadas por operadores privados mientras que las masculinas y femeninas por órdenes religiosas. Las previsiones apuntan a que entren al mercado, aproximadamente, 3.900 nuevas camas hasta 2023, un 14 por ciento más que en el curso 2019-2020. Con estos datos, el número de camas aumentará un 107 por ciento hasta 2023 con la nueva oferta y se pasará de una cama por cada veinte estudiantes universitarios a una por cada diez sólo en la capital.

El dato también es llamativo si se compara con el número de plazas hoteleras que hay en la capital hispalense ya que actualmente, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas existen unos 222 hoteles que ofrecen unas 24.139 plazas.