El Ayuntamiento de Sevilla baraja dos alternativas para recuperar el uso del auditorio de la Cartuja
El gobierno de José Luis Saz valora si adjudica el proyecto a una nueva concesionaria o si lo explota a través de una gestión directa
Cinco meses después del incendio que afectó a este edificio, se encuentra está totalmente abandonado y muestra indicios evidentes de dejadez
El auditorio de la Cartuja: cronología del abandono
Sevilla
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Iniciar sesiónLa noche del 30 de noviembre de 2024, sólo unos minutos después de que la ciudad encendiera oficialmente su alumbrado navideño, una gran columna de humo alertaba de un incendio en la Isla de la Cartuja. Las llamas de entre cinco y seis ... metros de altura afectaban en esos momentos a una parte de la edificio del auditorio Rocío Jurado, clausurado y sin uso desde el verano del año 2022 cuando un conflicto económico entre la empresa concesionaria y el Ayuntamiento de Sevilla motivó el cierre provisional del espacio cultural. El fuego, que no provocó daños de consideración en la estructura, fue la punta del iceberg de una situación de abandono que venía produciéndose desde hacía algún tiempo y a la que ninguno de los gobiernos municipales había sido capaz de encontrar una solución. Cinco meses después de aquel incidente, el gobierno de José Luis Sanz trabaja ahora en un proyecto que permita su puesta en valor y desemboque en su reapertura definitiva.
Concretamente, la Gerencia de Urbanismo tiene dos opciones encima de la mesa en estos momentos. Ninguna de ellas, eso sí, ha llegado a descartarse por los responsables de este área municipal, que se encuentran sopesando cuáles son los pros y los contras de cada una. Lo que sí tienen claro es que quieren evitar por encima de todo que se repita el controvertido caso que tuvieron que afrontar hace casi tres años con la empresa TCM Visión, con la que el Ayuntamiento pleiteó hasta rescatar la concesión en noviembre de 2024, después de que hubiera quebrado y de que el Consistorio le reclamara una deuda pendiente de 1.471.257,16 euros por las rentas e IBI repercutidos de los años 2016 a 2020. La concesionaria, por su parte, aseguró allá por el año 2020 que era el gobierno local el que tenía una deuda con ella, cifrada en aquellos momentos en unos 2,2 millones de euros, anunciando incluso que recurriría a la Justicia si era necesario para cobrarla.
La realidad es que el Ayuntamiento no quiere repetir ese mismo error que lastró entonces la actividad del auditorio de la Cartuja y que prolongó hasta cuatro años los trámites judiciales para recuperar el control municipal de esta gran infraestructura. Sin embargo, una de las alternativas que afronta de cara al futuro más próximo es volver a licitar un concurso público que permita que otra empresa interesada asuma las riendas del edificio. Eso sí, en unas condiciones que nos comprometan tanto los intereses de la ciudad. Además, es evidente que esta opción sería la más viable económicamente de todas, pues en este caso el Consistorio apenas tendría que hacer un mínimo desembolso de las arcas públicas para poner en carga la infraestructura y sería la adjudicataria la encargada de explotarla y, por ende, de mantenerla una vez que se reinicie la actividad. Urbanismo tiene sobre la mesa el proyecto de cómo se llevaría a cabo, aunque fuentes consultadas por este periódico insisten en que la decisión está todavía por tomar.
Pero no es la única alternativa que se maneja en el seno del gobierno de José Luis Sanz. La Gerencia también estudia en estos momentos la viabilidad de que sea el propio Ayuntamiento de Sevilla el que gestione directamente el auditorio Rocío Jurado con fondos propios, en un modelo similar al que ya se aplica en otras infraestructuras culturales como puede ser el caso del teatro Lope de Vega (actualmente cerrado a la espera de que se concreten las obras de reforma del edificio) o del Espacio Turina en la calle Laraña, ambos en manos del Instituto de la Cultura y las Artes de Sevilla (ICAS). Fuentes municipales consultadas por ABC de Sevilla aseguraron a este periódico que esta opción también se está barajando, aunque también reconocen que sería la que conllevara un mayor desembolso por parte del Consistorio, que tendría que asumir todos los costes que supone poner en carga una infraestructura como esta. En la práctica, sería Cultura el área que se encargara también de explotarlo y de definir su programación. Por ahora, ninguna de las opciones está clara y en la Plaza Nueva se dan un margen de tiempo para decantarse definitivamente por una de ellas.
Un edificio abandonado
Mientras el Ayuntamiento de Sevilla termina de decidirse por un modelo u otro, la realidad del auditorio Rocío Jurado es la de un edificio que está a punto de cumplir su tercer aniversario cerrado a cal y canto. Esta falta de actividad ha desembocado en una situación de abandono del conjunto de las instalaciones que es más que evidente y que salta a la vista con sólo pasear por los alrededores del vallado que cierra el perímetro de la parcela. El síntoma más evidente de esta decadencia es que, más de cinco meses después del incendio que afectó a la zona de las oficinas, los restos del hollín del fuego todavía permanecen en el revestimiento exterior del edificio, sin que se haya actuado para retirar estos testigos del incidente ocurrido. No es el único mal que afecta a los terrenos, pues en las zonas por las que accedía el público han crecido los matorrales y las malas hierbas, que en algunos casos supera hasta los dos metros de altura. Una vegetación que en este tiempo primaveral ha ido a más y se ha convertido en refugio para insectos y otras especies de animales como los roedores.
Hay más indicios que evidencian este escenario de falta de mantenimiento y que es consecuencia directa de la ausencia de uso de las instalaciones. Desde el exterior se puede comprobar cómo los hierros de las barandillas están totalmente oxidados y que han perdido la pátina protectora que se les aplicó en las épocas en las que se usaban frecuentemente. Además, hay otros elementos del mobiliario que se encuentran destrozados, como por ejemplo los portalámparas de las farolas del alumbrado público. Gran parte de estas carencias son consecuencia de la escasa vigilancia que existió en el recinto hasta hace pocos meses. De hecho, cuando se produjo el incendio, el Ayuntamiento estaba a punto de adjudicar el contrato a la empresa de seguridad que se encargaría de controlar el espacio. Un expediente que se firmó definitivamente a finales de 2024 con la empresa Seleco, con un presupuesto de más de 255.000 euros (IVA incluido) para todo el 2025.
Fuentes municipales han confirmado a este periódico que este dispositivo de seguridad se encuentra vigilando el recinto del auditorio durante las 24 horas del día, realizando patrullas por la zona en un vehículo propio. Esto ha permitido que no se haya producido ningún incidente en estos más de cuatro meses tras la adjudicación del contrato. Es más, al parecer, ante el más mínimo indicio, los vigilantes han puesto en conocimiento de la Policía Local la situación, desplazándose un par de agentes a la zona para comprobar que todo estaba dentro de la normalidad. Sin embargo, lo que no se ha podido evitar ha sido el deterioro de todo el entorno, el mismo que ahora el Ayuntamiento de Sevilla pretende revertir con la búsqueda de una alternativa para volver a explotar, casi tres años después de su cierre, el auditorio Rocío Jurado.
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