La Avenida de la Constitución se transforma de vía comercial a hotelera

En estas dos décadas del siglo XXI, con un Centro orientado al turismo y con las franquicias sustituyendo a establecimientos tradicionales, la Avenida de la Constitución ha ido perdiendo tiendas que habían sido característicos de esta arteria comercial, como la que tenía Pickman de cerámica la Cartuja; sedes bancarias del Banco Popular y de Andalucía —hoy el hotel Querencia—, una librería como Beta, copisterias, una aseguradora como Mapfre, la tienda Fnac de tres plantas... En los dos últimos años cerraron las dos zapaterías que quedaban en la calle, Calzados Catedral y Nicolás.

El único establecimiento con historia que queda es la administración de loteríaEl Gato Negro, en un entorno dominado por bares, heladerías con veladores, una cadena de hamburgueserías estadounidense, tiendas de souvenirs y de cambio de moneda, esto es, una Avenida reconvertida y con la vista puesta en el turismo.

De hecho, la que fuera la gran tienda de la cadena francesa Fnac es ahora el Hotel Soho Boutique Catedral, uno de los dos establecimientos hoteleros que han abierto sus puertas en los últimos años en la Avenida. El otro es el Querencia, a los que se sumarán hasta cuatro establecimientos más en la zona, tres en la Constitución y un cuarto en la Plaza Nueva.

Un de ellos es el futuro hotel de cinco estrellas Gran Lujo que va a gestionar Serras Hotel Collection y cuyas obras acaban de empezar. Cuando esté lista la reforma del imnueble, previsiblemente en el primer trimestre de 2026, el establecimiento te ofertará 43 habitaciones de súper lujo, restauración de autor y vistas a la Catedral desde muchas de las habitaciones.

El hotel se asentará en dos edificios racionalistas de Aníbal González y José Espiau, que suman unos 875 metros cuadrados, en los que estaba el Banco Popular y que ahora son propiedad del Santander. De la reforma se encargará el arquitecto sevillano José María de Cárdenas del estudio Eddea Arquitectura y Urbanismo, que acometerá el diseño de estos dos ejemplos de arquitectura regionalista, realizados por González para el marques de Villamarta y Espiau para Juan Bautista Calvi, de los que solo se conservan las fachadas originales.

Otro establecimiento que abrirá en un futuro sus puertas será el hotel de cuatro estrellas que se ubicará en el edifico de la Unión y el Fénix, que albergará 120 habitaciones en sus seis plantas. El edificio, de más de 6.000 metros cuadrados, se proyectó a principios de la Guerra Civil y se terminó de construir en 1940.

Es obra del arquitecto Fernando Cánovas del Castillo, quien afrontó una enorme dificultad por lo irregular que era el solar, que hace esquina en la confluencia con la calle Joaquín Guichot. Desde entonces, el edificio ha sufrido numerosas modificaciones, aunque desde 2000 apenas ha cambiado su fisonomía como edificio de oficinas. El proyecto de reforma cuenta ya con el aval de la Comisión Provincial de Patrimonio Histórico.

De cuatro estrellas y 150 habitaciones será el hotel que se ubique en el edificio que construyó para Telefónica entre 1926 y 1928 el arquitecto Juan Talavera, uno de los mejores exponentes del regionalismo neobarroco sevillano. En este edificio, concebido como la sede de la compañía en Sevilla. Su diseño, ricamente ornamentado, está inspirado en monumentos sevillanos como la iglesia de San Luis de los Franceses o el Palacio de San Telmo.

El último de los futuros hoteles se asengará en el edificio Generali, donde se ubicaban la sastrería O'Kean, la relojería Durán y la tienda Tous. El proyecto, promovido por el fondo británico Sahftesbury Asset Management, cuenta ya con licencia de obras de la Gerencia de Urbanismo para la construcción de un hotel de cuatro estrellas, 115 habitaciones y que incluye piscina.

El edificio, construido en los años 40 del pasado siglo, tiene nivel de protección C y cinco plantas que suman unos 4.500 metros cuadrados. Además, por estar en el entorno del Ayuntamiento, está catalogado como edificio singular, por lo que obliga a proteger las fachadas, las primeras crujías y el tipo de cubierta. Otro ejemplo, uno más, de un edificio que tuvo un uso comercial y que se convertirá en hotelero.