Las Atarazanas de Sevilla abrirán esta primavera y su entorno será peatonal

El planteamiento desde el que parte el equipo de José Luis Sanz es claro: la inauguración de las Atarazanas -independientemente de cuál sea su uso definitivo, algo que tampoco aclaró ayer la Junta- debe ser un atractivo para miles de visitantes, cuyo flujo habría que ordenador de alguna manera. La transformación de esta zona del Arenal, convirtiéndola en un espacio más amable para los peatones, crearía así un itinerario que conectaría la margen del río con la Catedral de Sevilla. En él se incluirían, además, otros referentes patrimoniales como la Torre del Oro, el Teatro de la Maestranza, la Casa de la Moneda y la Torre de la Plata, el Arco del Postigo o el Archivo de Indias, a los que se podría acceder sin la molestia que ocasionan actualmente los coches.

La idea del actual gobierno municipal no es del todo nueva. Anteriores ejecutivos locales ya tuvieron sobre su mesa este proyecto, aunque finalmente quedó descartado por la falta de concreción en la reforma de las Atarazanas. En los años de Sánchez Monteseirín en la Alcaldía se valoró, por ejemplo, la opción de peatonalizar la calle Dos de Mayo en el marco de la rehabilitación de los viejos astilleros. Igualmente, tanto en el mandato de Juan Ignacio Zoido (PP) como en el de Juan Espadas (PSOE) se trabajó en la definición de este planteamiento, pero por distintas razones tampoco llegó a ejecutarse. Ahora, José Luis Sanz tiene claro que es un proyecto irrenunciable que debe llegar a un buen puerto, a ser posible durante este mandato.

La peatonalización del entorno de las Atarazanas estuvo entre los temas que abordaron ayer el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, y el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, durante la reunión que celebraron en el Ayuntamiento hispalense, en la que fue su primera visita institucional al Consistorio en este nuevo mandato. Ambos coincidieron en la conveniencia de la creación de este gran eje peatonal, una vez que se inaugure el recinto. Precisamente, el encuentro sirvió para anunciar también que la apertura será una realidad la próxima primavera. En concreto, Sanz explicó que las obras «van bien» y que el objetivo es que estén finalizadas «entre los meses de mayo y junio de 2024».

Era la primera vez que las dos administraciones se atrevían a dar una fecha oficial para la conclusión de los trabajos, que recientemente se vieron afectados por varios imprevistos. Entre ellos, la aparición de algunas grietas y desprendimientos en el Hospital de la Caridad que obligaron a instalar una malla para evitar que la caída de cascotes de las yeserías afectara al resto de obras que se conservan en su interior. Con estos problemas solucionados «por completo», aclaró el alcalde, los operarios han podido recuperar el ritmo en la ejecución para mantener el calendario que se fijó al inicio de las obras en febrero de 2022.

A más largo plazo será cuando se concrete la peatonalización de los alrededores de los viejos astilleros que, como aclaró Sanz, «no coincidirá» con el estreno del edificio la próxima primavera. «Es un proyecto que todavía se está estudiando y que no se ha puesto en marcha», explicó, indicando que su gobierno se encuentra trabajando en la definición de cómo sería el cierre al tráfico de las calles afectadas. Lo que no descartó es que el plan final se parezca al que, por ejemplo, se presentó durante el anterior mandato socialista, asegurando que «es posible» que se incorporen algunas de esas ideas.

El proyecto para la zona que esbozó el exalcalde Antonio Muñoz apostaba por crear una conexión peatonal en el entorno de las Atarazanas, muy similar a la que planteó ayer José Luis Sanz. En los planes del gobierno socialista, que no llegaron a concretarse por falta de tiempo y la cercanía de las elecciones, estaba previsto suprimir el tráfico de vehículos de las calles Dos de Mayo, Postigo del Carbón, Santander, Núñez de Balboa y Temprado.

De entre las vías afectadas, la peatonalización de Dos de Mayo era la más importante de todas, puesto que la reforma de las Atarazanas conlleva que se eliminen los muros de la fachada y se sustituyan por una cristalera que deje al aire el interior del monumento. Para ello, es necesario que los coches dejan de transitar por el entorno y que, además, las plazas de aparcamiento desaparezcan para siempre.