Esa es la principal conclusión preliminar que baraja la investigación que están llevando a cabo efectivos de la Policía Científica, que redactará un extenso informe en el que ofrecerá más detalles sobre cómo se produjo un incendio que se declaró en la madrugada del pasado 12 de junio y que se saldó con dos heridos.
La hipótesis del incendio fotuito en un coche híbrido confirmaría en parte las sospechas que los propios vecinos hicieron públicas en las redes sociales, cuando apuntaban a un fuego en un vehículo eléctrico, que había afectado a otros situados junto a él.
De lo aparatoso del incendio, donde afortunadamente no hubo que lamentar víctimas, da una idea el hecho de que participaron en su extinción hasta diez dotaciones de bomberos, con más de cuarenta efectivos.
Tras el incendio, el Ayuntamiento mantuvo un dispositivo policial en el exterior de las fincas desalojadas, de unas sesenta familias, pero tras los primeros días, los efectivos se marcharon. Por ese motivo, las familias afectadas tuvieron que recurrir a la seguridad privada a la espera de la compañía de seguros asumiera ese coste.
Hay unas sesenta familias que viven fuera de sus hogares, la mayoría ha podido recurrir a familiares, amigos o vecinos que los han acogido temporalmente. Otro grupo, que estaba en situación más desfavorable como ancianos de escasos recursos, han sido atendidos por los Servicios Sociales. Muchos de los habitantes de ese bloque han perdido sus vehículos.
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