Álvaro Martín, presidente de la Audiencia de Sevilla: «La neutralidad no puede confundirse con una abstención social porque todo juez es garante de la Constitución»
El presidente del TSJA, Lorenzo del Río, ha presidido el solemne acto de jura del cargo, al que han asistido el alcalde, el consejero de Justicia, el subdelegado del Gobierno o el arzobispo, entre otras autoridades
Álvaro Martín ha jurado este viernes su cargo como presidente de la Audiencia de Sevilla
El magistrado Álvaro Martín ha jurado al mediodía de este viernes su cargo como presidente de la Audiencia Provincial de Sevilla y, por ende, como miembro nato de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía. En un discurso de altura, ... como ha sido el sentir mayoritario de todos los compañeros de la Carrera Judicial, de la Carrera Fiscal o de la Abogacía lo han acompañado, ha realizado una radiografía de la situación de la Administración de Justicia en Sevilla con sus retos y sus déficits, pero también ha analizado la situación de la Justicia a nivel nacional haciendo un llamamiento a sus compañeros de toga: «La neutralidad política no puede confundirse con una abstención social porque, en última instancia, todo juez es garante de la Constitución y del resto del ordenamiento jurídico».
El acto solemne en la Audiencia de Sevilla ha estado presidido por el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, Lorenzo del Río, y al mismo han asistido, entre otras autoridades, el alcalde de Sevilla, José Luis Sanz, el consejero de Justicia, José Antonio Nieto, el subdelegado del Gobierno en Sevilla, Francisco Toscano, el teniente general Carlos Melero Claudio, jefe de la Fuerza Terrestre, el arzobispo de Sevilla, monseñor Saiz Meneses, el fiscal jefe de Sevilla, Luis Fernández Arévalo, la juez decana, Reyes Vila, representantes de los colegios de abogados, procuradores y graduados sociales, así como de las facultades de Derecho de la ciudad, además de otras autoridades militares y judiciales.
Arropado por muchos compañeros de la Carrera Judicial, entre ellos su padre, quien fuera juez de la Sala de lo Social del TSJA Víctor Martín, el nuevo presidente de la Audiencia de Sevilla ha jurado su cargo con presencia del crucifijo y dejando claro en su intervención, que ha pronunciado por momentos emocionado, la importancia de la fe en su trayectoria personal y profesional.
Tras la jura ha tomado la palabra José Antonio Montero, vocal del Poder Judicial y magistrado del Tribunal Supremo, quien ha mostrado su respaldo a Álvaro Martín, quien fue seleccionado en una carrera con otros cinco candidatos a presidir la Audiencia tras años de provisionalidad con la salida de Damián Álvarez, quien ha ejercido de padrino de su sucesor.
La defensa de la independencia judicial y el valor del trabajo de la Judicatura ha salpicado las intervenciones de Montero, Lorenzo del Río y Álvaro Martín, si bien éste ha empezado admitiendo que con este cargo institucional asume «el mayor reto profesional» de su carrera.
Ha hecho un llamamiento a los compañeros para entre todos llegar a atender las necesidades que presentan esta Audiencia y los juzgados vinculados a ella. Es «una misión compartida» por todos, desde el diálogo y el acercamiento.
En ese momento ha ido saltando por los retos a los que se enfrenta la Justicia, como la implantación de la Ley Orgánica 1/25 de eficiencia del Servicio Público de Justicia, que en la provincia de Sevilla se están traduciendo en la constitución de quince Tribunales de Instancia, que vienen a sustituir a los 152 órganos actuales. Ante este escenario aboga por dar flexibilidad a la plantilla judicial, «superando problemas que hasta ahora se venían presentando como de muy difícil respuesta».
Palmas Altas
«Hay que considerar este paso como una ocasión y no como un nuevo inconveniente», ha insistido el nuevo presidente de la Audiencia de Sevilla, en cuya Sección Cuarta (Penal) ejercía su plaza. No ha pasado por alto el que quizás sea el principal reto de la Justicia en Sevilla, el traslado a Palmas Altas, por lo que «es preciso prestar la máxima atención a su correcto desarrollo, para lograr que culmine con unas instalaciones plenamente satisfactorias».
«Constituyen un complejo de extraordinaria calidad y amplitud, pero nacido para fines distintos a los de ser sede judicial, y enclavados en zona con comunicaciones limitadas. En estas condiciones será necesario un esfuerzo sostenido en el tiempo para que la adaptación del edificio se adecúe a las necesidades reales de la Administración de Justicia, así como para que las administraciones local y autonómica la doten de suficientes accesos y medios de transporte público», ha manifestado en presencia del consejero y del alcalde.
Pero si la Ciudad de la Justicia debe ser ocasión para superar la situación de atraso de las instalaciones de la capital, la reclamación de mejoras en los restantes partidos, para el presidente de la Audiencia, «ha de ser una constante, pues sus sedes presentan un muy dispar estado, de modo que en algunos de ellos resulta precisa una intervención».
Álvaro Martín también se ha detenido en una singularidad que viene lastrando a los juzgados de Sevilla, las macrocausas de corrupción, que tienen una relación inmediata con la excesiva carga de trabajo que pende sobre la gran mayoría de ellos. «Ahora toca la adopción de medidas que rectifiquen el déficit de la planta judicial» tras un enorme esfuerzo a todo el sistema y que se ha venido desenvolviendo gracias a la dedicación de todos los implicados en ellos, desde los letrados defensores, los fiscales, los funcionarios de juzgados y Audiencia, y los magistrados de los distintos órganos instructores y de enjuiciamiento. «Debemos sentirnos orgullosos de la respuesta que venimos dando a estos casos como sistema judicial de garantías, al tiempo que también creo que es preciso concluir este esfuerzo con un enjuiciamiento lo más pronto posible, para lo cual debemos incrementar nuestra cooperación entre secciones, gestionar los recursos de que disponemos y estructurar los refuerzos que sean precisos para alcanzar este resultado».
En este punto del discurso se ha comprometido a dar lo mejor de sí, su experiencia, y sus principios y valores. «Creo en un juez técnicamente preparado, políticamente neutral, socialmente comprometido con los valores constitucionales, que es conocedor de la relevancia constitucional de su función y de la necesidad de salvaguardar ésta de cualquier clase de interferencia», ha detallado, al tiempo que ha defendido, frente al intento del Gobierno de cambiar las reglas de acceso a la Carrera Judicial, que los jueces «han ser seleccionado de manera objetiva, atendiendo a los principios de igualdad, mérito y capacidad, a través de un sistema que garantice su capacidad de trabajo y sacrificio, su valía intelectual, la templanza que ha de regir su quehacer diario, y sus conocimientos científicos».
Para el presidente de la Audiencia este sistema de selección objetivo garantiza al juez la conciencia de que «nada le debe a nadie más que a la sociedad en su conjunto y puede trasladar a la sociedad la certeza de su absoluta independencia».
La instrumentalización
Pero también ha dejado un mensaje para sus compañeros. «Es preciso que todos nosotros, al impartir justicia, nos apartemos de cualquier veleidad de instrumentalización, para generar así en la sociedad la certeza y confianza en el recto proceder de los tribunales y la seguridad de que la decisión judicial se basa tan sólo en el Imperio de la Ley».
«Esa neutralidad política no puede confundirse con una abstención social porque, en última instancia, todo juez es garante de la constitución y del resto del ordenamiento jurídico. Una Constitución que ha dotado a nuestra Nación del periodo de paz y prosperidad más largo de su historia y que, por tanto, se convierte en un referente a proteger y a hacer cumplir, de manera apolítica pero constante y firme», ha rematado este apartado de su discurso, culminado con una máxima ineludible: «Buscar lo justo dentro del marco natural de la norma, sin realizar interpretaciones ajenas un encuadre lógico, por más que la respuesta aportada por el ordenamiento pueda resultar extraña a la visión propia del juez», lo que ofrecerá una visión de completa independencia.
Ha recordado que el juez, como miembro de un poder del Estado, está a disposición del ciudadano al que ha de impartir justicia tratando de lograr no sólo la solución técnicamente correcta, sino procurando que ésta sea comprensible para el justiciable e impartida en un tiempo razonable que la haga, si cabe, más justa.
«Con estos principios y estas convicciones me propongo realizar la labor del cargo de presidente de la Audiencia Provincial de Sevilla, con vocación de diálogo constante con todos, a los que desde este momento me ofrezco para conocer su punto de vista, para coordinar nuestra respuesta y para mejorar el sistema».
La última parte de su intervención ha sido para los agradecimientos: vocales del Consejo General del Poder Judicial, a la ciudad de Sevilla, a la que llegó a los tres años y donde recibió la educación de los jesuitas del Portaceli; a la Universidad de Sevilla y su preparador Antonio Ocaña, a sus compañeros de la Sección Cuarta, a la Sala de Gobierno del TSJA, y a su familia, su mujer, sus cuatro hijas, sus hermanos y sus padres. Con su padre, el magistrado Víctor Martín, conocí el Derecho. «Con unos cinco años, leía un cuento en el que uno de los personajes le decía al otro que el vecino le quería hurtar la vaca, yo no sabía qué era hurtar y se lo pregunté a mi padre, tengo en mi mente su sonrisa al explicármelo y tengo la seguridad de que ése fue el primer concepto jurídico que aprendí en mi vida», ha recordado, así como el primer juicio que vio de su padre, el despido de un maquinista de Renfe. «En él he encontrado la certeza de que para ser buen juez es preciso saber encontrar lo justo en el marco de la ley, ser capaz de explicarlo, tener una honradez absoluta y un profundo amor a la justicia».
Por último, ha confesado que ha jurado su cargo porque así le compromete su fe, que es «el valor más importante de los que he recibido de mis mayores».
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