La Historia del Estadio Olímpico
Alejandro Rojas-Marcos: «Lopera me dijo que las criaturitas que salían de permiso los fines de semana sabían dónde vivía mi familia»
El exalcalde de Sevilla y expresidente del Estadio Olímpico desgrana cómo fueron las negociaciones para que los clubes sevillanos se mudaran a la Cartuja y cómo sufrió la presión del PP y, sobre todo, de Lopera para que se lo quedara el Betis y el Sevilla estuviera fuera del acuerdo
Rojas-Marcos: «El Estadio Olímpico murió de la mano del PSOE, hay hasta un informe proponiendo la demolición»
Alejandro Rojas-Marcos: «Yo sabía que no podíamos ser sede de los Juegos Olímpicos»
Sevilla
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Iniciar sesiónHay fechas que quedan marcadas en la memoria de personas, sociedades y ciudades por diferentes aspectos. Y eso es lo que ocurre con el 5 de mayo de 1999. Fue ese día cuando, por fin, se estrenó el entonces llamado Estadio Olímpico, que meses ... más tarde acogería el Mundial de Atletismo en el que Abel Antón ganó la medalla de oro de Maratón. Pero para llegar a ese momento, y a bastantes posteriores, hay que echar la vista atrás para recopilar datos. Y nadie mejor que Alejandro Rojas-Marcos para ello. El entonces alcalde de Sevilla y presidente del propio estadio dice que lleva escuchando mentiras más de 25 años. Y hoy, desde ABC, cuenta «la única verdad».
-Aquí está sentado 26 años después.
-Me entran ganas de llorar, es emocionante. Cuando inauguramos esto, en el año 1999, hicimos una maqueta, que acabo de ver, en la que se veía el primer momento del estadio para cumplir con el Mundial de Atletismo pero también el futuro del mismo, que era el actual. En aquel momento dijimos que se iba a hacer, y ahora se ha hecho.
-Empiezo a decirle frases escuchadas hasta la saciedad: este estadio se hizo para los Juegos Olímpicos.
-Este es un estadio que se hizo para los Juegos Olímpicos y para el Mundial de Atletismo, porque había un alcalde que se volvió loco, que además era megalómano, y costó una millonada de dinero público que no teníamos y que se tenía que haber gastado en otras cosas. Sevilla lo que tiene que hacer es tirarlo y al alcalde este, echarlo del mundo. ¿Le suena algo?
-Todo eso se ha escuchado, tiene razón, pero dejemos la ironía a un lado. ¿Por qué y para qué se hizo?
-Se hizo, y yo soy el culpable y responsable, porque cuando llegué a la Alcaldía tuve la idea, al haber viajado y haberlo visto por Europa y América, de hacer un estadio único para que los clubes de la ciudad pudieran disfrutar de él. Yo, soñando con una Sevilla que vuela alto y no a ras de tierra, pensé que hubiera sido una maravilla liberar los espacios que tienen el Sevilla y el Betis, se recalificaran para que la ciudad los recuperara, y ambos estuvieran en un estadio único increíble y maravilloso.
-¿Con la aprobación de quién contó?
-Ese sueño lo aprobó Felipe González. Luego llegó Aznar y también lo aprobó. También la Junta de Andalucía, en manos socialistas con el presidente Chaves. También el presidente de la Diputación, del PSOE, Miguel Ángel Pino. Ese sueño lo aprobó el Sevilla, su presidente lo vio bien, aunque luego habría que contar con la afición. Y lo aprobó el presidente del Betis, que era León.
-¿Cuál era su 'oferta'?
-La primera reunión en la que hubo acuerdo fue en San Telmo y estaban Chaves, Miguel Ángel Pino, el secretario de Deportes del PSOE y yo. Y se decidió que las administraciones le ofrecerían todo a los clubes para que se vinieran y que no se les daría nada si no se venían. Era algo que interesaba a Sevilla y a Andalucía, por lo que se les ofrecería lo máximo pero también se les negaría lo mínimo si decían que no. Se empezó a andar y las reuniones se celebraban de madrugada a puerta cerrada en el Ayuntamiento. Llegaba Lopera, llegaba Cuervas, llegaba León, llegaba Martín Delgado… Y de repente eso hizo crisis. ¿Por qué? Álvarez-Cascos, vicepresidente del Gobierno con Aznar, tenía unos problemas relacionados con la plataforma digital y el Grupo Zeta. Había un problema de dinero, se necesitaba dinero contante y sonante. Entonces José María García le dijo a Álvarez-Cascos que conocía a la persona que podría resolver este problema financiero, y dio el nombre de Lopera. Pero éste le dijo que él se quedaría con el estadio. Álvarez-Cascos, al que Sevilla le pillaba un poco lejos, vio solucionado el problema. Entonces yo recibo una llamada del Secretario de Deportes diciéndome que el Gobierno cree que lo mejor es que el estadio se lo quede el Betis. Las administraciones públicas, con dinero público, haciendo un estadio para un club. ¿Pero esto qué es? Y dije que por encima de mi cadáver, ni loco. Yo era el presidente del Estadio Olímpico.
-Siempre ha existido la leyenda de que Lopera dinamitó el acuerdo y no precisamente de buenas maneras…
-A raíz de eso me llama Lopera y me dice que en el Estadio Olímpico quién manda, a lo que le contesto que todos los que están en la sociedad. Y me pregunta que quién soy yo, así que le aclaro que el presidente. Y entonces me dice que ha estado con Álvarez-Cascos, con Javier Arenas, con Soledad Becerril…y todos están de acuerdo en que el estadio sea para él. Y yo le dije que ni muerto, que era para la ciudad y para el fútbol, para los clubes. Me contestó que el Sevilla iba a desaparecer, y le expliqué que entonces sería para el Betis, pero que también podría ser para un nuevo equipo que surgiera mañana. Le insisto en que era para la ciudad, para conciertos, para grandes eventos y para los clubes.
-¿Y qué pasó entonces?
-Me dijo: «Me vas a meter en un lío porque las criaturitas que salen de permiso los fines de semana saben dónde vive tu familia… y es que va a ocurrir un disparate». Y yo le dije «Manuel, hasta aquí hemos llegado». Y colgué. A partir de ahí ya se enturbió todo.
-Contando con el apoyo del Rey, Felipe González, Aznar, Chaves, los clubes, la Diputación y el Ayuntamiento, ¿cómo no sale adelante el estadio para la ciudad?
-La idea la ven bien los dos clubes y las cuatro administraciones. Todos nos ponemos a funcionar, pero primero fallan las administraciones. Primero falla el PP, que quiere que esto sea para Lopera, más que para el Betis, porque me decían que él lo iba a pagar. Y yo decía «¿pero Lopera ha pagado alguna vez algo, qué broma es esta?». Y a partir de ahí llega el fallo de los clubes, el PSOE podría haberlo puesto en valor pero no le interesa porque no era una idea suya, etc. Al final el presidente Juanma lo ha visto, lo ha puesto en valor y esto va a ser para lo que se creó: una catedral lúdica y deportiva de la ciudad de Sevilla. ¿Ahora le va a servir al Betis? Me alegro muchísimo, ojalá algún día le sirva también al Sevilla. ¿Que quieren venirse, que es para lo que nació? Bien.
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