El Alcázar hará un inventario de pavos reales y patos y actuará contra la fauna invasiva

El pliego de condiciones recoge que el ámbito de actuación se extiende tanto a la fauna introducida (pavos reales y patos), como a la natural y la exótica o invasora (cotorras, palomas, tórtolas y otras aves columbiformes), presente tanto en los jardines como en las edificaciones del conjunto histórico. Asimismo, incluye los ecosistemas acuáticos. En este sentido, la reciente restauración del Estanque del Mercurio constituye un buen ejemplo de cómo hay que preservar también los pequeños habitantes de las múltiples albercas del Alcázar.

Si hay que cuidar a los animales y atender a las cuestiones necesarias para promover las poblaciones beneficiosas para el entorno, también, y sobre todo, es preciso controlar los daños que pudieran provocar tanto a personas como elementos arquitectónicos. El pliego habla también de los problemas de salud que pudieran derivar del descontrol de estas especies, lo que se conoce como zoonosis.

La empresa contratada realizará un programa anual de gestión. En el primer mes se deberá realizar un inventario de los ejemplos de la fauna introducida que deben ser alimentados y controlados sanitariamente, al ser, indica el pliego, «el grupo que está en mayor contacto con visitantes y trabajadores». Se trata de los pavos reales y patos que conviven en los jardines del palacio. Tras la creación de este 'censo', se realizará un análisis de su hábitat y se elaborará un plan de gestión que incorporará además un protocolo de actuación para la retirada de ejemplares sobrantes, enfermos o muertos. En el caso de los primeros, se trasladarán a otros jardines y parques públicos. También se estudiará la posibilidad de reposición de ejemplares.

De forma muy similar se actuará sobre la fauna silvestre autóctona (principalmente aves insectívoras), con medidas encaminadas al conteo de poblaciones, seguimiento biológico y, en caso necesario, colocación de cajas de anidamiento, comederos y otros elementos siempre que no sean de obras.

El estudio de la fauna exótica cuenta con los seis primeros meses del contrato para su elaboración. Este grupo al que pertenecen las cotorras, que tienen a maltraer a la ciudad, ya contó con un plan municipal para su control. Y es que, según unos estudios recientes efectuados en el área urbana de Sevilla, las poblaciones de cotorras de Kramer y de cotorras argentinas se multiplican por 1,21 cada año, una expansión que afecta a la biodiversidad y está poniendo al borde de la desaparición en las áreas que han colonizado a especies protegidas como el nóctulo mayor (murciélago) y el cernícalo primilla.

El pliego recoge, además del presupuesto detallado para cada epígrafe del contrato en el que la mayor parte se lleva el inventario inicial y anillamiento (3.500 euros), que la empresa contratada aportará los equipos especializadso y los consultores necesarios para los estudios, así como la maquinaria y la mano de obra.