La Agencia Espacial Española despega en Sevilla con la visita de Pablo Álvarez, el primer astronauta español en 30 años

En su intervención ha explicado el proceso de entrenamiento al que se está sometiendo desde que fuera elegido -junto a los otros cuatro astronautas- de entre los 23.500 aspirantes en 2022. Llevará a cabo hasta 200 experimentos en los 6 meses que está previsto que pase en el espacio antes de que la Estación Espacial Europea salga de la órbita en cinco años.

Dos años después de que la Agencia llegara al edificio CREA del barrio de San Jerónimo en la capital hispalense, su director, Juan Carlos Cortés, ha asegurado que «la plantilla está ya al 99% y nos han concedido 20 plazas más que cubriremos en breves«.

Álvarez estudió Ingeniería Aeroespacial en la Universidad de León y ha desarrollado la mayoría de su trayectoria profesional en Airbus. Desde que fuera seleccionado está inmerso en el entrenamiento para su misión espacial. Durante el primer año recibieron un entrenamiento básico todos para obtener un mismo nivel de formación desde astrofísica, ingeniería o mecánica orbital. No obstante entre sus compañeros, cada uno tiene un perfil profesional diferente aportando cada uno de ellos algo diferente «hay ingenieros, astrofísicos e incluso médicos». Él en estos momentos se encuentra en la fase previa a que se le asigne una misión específica, para la que tendrá que prepararse durante dos años. Dos de sus compañeros ya tienen sus respectivas misiones.

Destaca de su preparación el tiempo en la centrifugadora, en la que pasan entre 12 y 13 minutos. «La sensación más rara no es acelerar aún sintiendo una sensación fuerte en el pecho, dificultad al respirar y dolor en las articulaciones; es cuando deceleras. Tu equilibrio se vuelve loco y sientes que estás dando volteretas» declara el ingeniero. Entre las formaciones a nivel físico y de supervivencia, los astronautas realizan entrenamientos de micro gravedad además de introducirse en cámaras hipóxicas donde se preparan para la falta de oxígeno. Ha participado en labores de rescate similares a las de bomberos o cursos de reanimación cardiopulmonar sin gravedad. «El objetivo es que cuando surja cualquier tipo de contratiempo en el espacio, sepas reaccionar a ello» ha apuntado el astronauta en su visita a Sevilla. También se ha sometido a entrenamientos tanto en agua como en la nieve ya que «cuando te lanzan desde el espacio no sabes donde vas a caer» ha explicado Álvarez. En ese sentido existe la posibilidad de aterrizar a 500 kilómetros de donde estaba previsto y eso puede ser en medio del mar o en una montaña.

De hecho, ha explicado que en el espacio realiza dos horas de ejercicio diario. «Es la única forma de contrarrestar la pérdida de masa muscular y mas ósea que llega hasta el 25%».

El mayor desafío al que dice ha estado expuesto es la preparación para misiones extra orbitales. «El espacio es lo más peligroso, pero lo que todos queremos hacer» ha admitido Pablo Álvarez. En Houston recibió la formación para llevar el traje espacial, que consiste en una inmersión en el agua con él puesto durante 6 horas. El traje espacial pesa 150 kilos y tiene siete capas de diferentes materiales. «Dentro del traje se sufren todos los efectos de la gravedad. Hay a compañeros que les ha provocado moratones o incluso que se le caigan las uñas». Asimismo, ha destacado lo «metódico» que se debe ser aún llevando el traje durante tanto tiempo. Al ser preguntado por los problemas que puedan surgir durante su tiempo en el espacio, como los astronautas americanos que llevan meses atrapados en la Agencia Espacial Internacional -su misión era supuestamente de diez días-, el español ha admitido que en «su mundo» saben que es muy fácil que «algo así suceda» y que él lo vería como «una oportunidad» ya que califica su trabajo como algo «único».