DE LA MISA LA MEDIA
Acortando distancias
«Uno no sabe cuántos turistas entrarán en la parroquia del distrito XVI parisino pero seguro que son menos de los que entran en Santa Ana»
Sevilla
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónMisa en la Real Parroquia de Santa Ana (Sevilla)
-
Fecha: 23 de septiembre
-
Hora: 20.30 horas
-
Asistencia: 70-80 personas
-
Preside: Manuel Soria
-
Exorno: sin flores
-
Música: grabada en el ofertorio y la comunión
Septiembre es mes de estrenos en las parroquias en las que se producen relevos, como ha sido el caso de Santa Ana, donde el capellán real Manuel Soria ejerce de nuevo párroco. Por eso, se disculpa antes de comenzar la misa vespertina de que todavía ... no conozca a sus feligreses ni sea capaz de ponerles cara.
El párroco tiene que hacerse a su comunidad y la grey tiene que acostumbrarse a su pastor. Por ejemplo, a rezar la salve cada sábado a la Virgen que acompaña a Santa Ana en el retablo de las soberbias pinturas de Pedro de Campaña. Dice el nuevo párroco que ha adoptado esa devoción particular porque todos los rezos de los devotos se los lleva la abuela del Niño y a la madre virginal la tienen «marginada». Que cunda la idea, que no es mala.
Como tampoco lo es bajar del presbiterio para pronunciar la homilía. Justa de tiempo y de explicación, empezando por los destinatarios de la parábola de la viña. En nueve minutos (como manda el Papa) le da tiempo para citar a Karl Rahner con su idea de los cristianos anónimos que no confiesan a Cristo con los labios pero sí con su vida. Tal vez se echó en falta una llamada más explícita a evangelizar en esos corazones con sed de trascendencia.
El párroco salva la distancia temporal entre aquella primera comunidad de judíos y gentiles a la que habla el evangelista Mateo para traer la cuestión a nuestros días: el recelo con que la «gente de toda la vida de Iglesia» (citó a cicerones de la parroquia, catequistas, de Cáritas o padres de familia) mira por encima del hombro a los conversos de ayer por la mañana. No hay distancia para la soberbia espiritual, desde luego.
Ni para la física. Son seis o siete escalones de mármol, pero el desnivel es de más de dos metros de altura. Y las barandillas, que quedan muy bien para las bodas, pero entorpecen el movimiento natural de la procesión de comunión. Hace bien el nuevo párroco en acortar las distancias. En París hay una iglesia (Saint François de Molitor) dispuesta según las recomendaciones del Concilio: el pueblo rodea al altar como apiñado en la barca de la Iglesia y el ambón está delante de un gran ventanal orientado, lógicamente, a Levante. Pero en esta joya trianera del siglo XIII más vale no inventar nada que hay ejemplos muy cercanos que mejor olvidar.
Uno no sabe cuántos turistas entrarán en la parroquia del distrito XVI parisino pero seguro que son menos de los que entran en Santa Ana: Dios mío, ni en el momento de alzar dejan de entrar, curioseando medio desnortados mientras le deben de estar preparando la mesa en la plazuela. ¿No les da reparo pasearse mientras la asamblea está arrodillada? No les da. Bueno, los parroquianos también tienen que hacer un esfuerzo por ahondar en la comunión de gestos, que el prefacio invita a que levantemos el corazón, no el trasero del banco.
La mayoría ha dejado ya atrás las seis primeras décadas de vida y salvo una familia con un bebé al que el párroco insiste en signarlo cuando su padre acude a comulgar con el crío en brazos, las canas (aunque fueran teñidas) ganaban por goleada. Desgraciadamente, el libro de Santa Ana anotará más defunciones que bautismos.
Límite de sesiones alcanzadas
- El acceso al contenido Premium está abierto por cortesía del establecimiento donde te encuentras, pero ahora mismo hay demasiados usuarios conectados a la vez. Por favor, inténtalo pasados unos minutos.
Has superado el límite de sesiones
- Sólo puedes tener tres sesiones iniciadas a la vez. Hemos cerrado la sesión más antigua para que sigas navegando sin límites en el resto.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete