Un juzgado ordena el desahucio del restaurante Los Monos por impago

Según José María Carnero, letrado de Patrocinio y Pedro Torres Calvi, propietarios del 50% del local en cuestión, el restaurante pagaba unos 1.600 euros de alquiler por 2.200 metros cuadrados en la avenida de la Palmera. «Sin embargo, a raíz de la muerte de la abuela dejaron de pagarse las rentas, razón por la que mis clientes pidieron que se declarara resuelto el contrato de arrendamiento, fijándose como día de lanzamiento el 17 de junio próximo», añadió Carnero. Como la sentencia puede ser recurrida en el plazo de 20 días, período que expira a finales de junio, los propietarios pedirán una nueva orden de lanzamiento del restaurante Los Monos para el próximo mes de julio.

Este abogado añadió que además no procede la subrogación del contrato de arrendamiento de renta antigua por parte de José María Juliá en calidad de heredero, «entre otras cosas porque él renunció a la herencia por escrito el 23 de enero de 2015. ¿Cómo puede pretender subrogarse un contrato como heredero y al mismo tiempo renunciar a todos sus bienes y derechos como heredero». A su juicio, «dicha renuncia es bastante para dar por resuelto el contrato, pero no ha sido necesario ni valorar tal actuación porque la falta de pago de las rentas ha sido argumento suficiente para decretar el desahucio el Juzgado de Primera Instancia».

Por su parte, José María Juliá, nieto de la fundadora, explicó que aún no ha decidido si recurrirá la sentencia y que entiende que si no lo hace tendrán que dejar el local en las próximas semanas. Juliá mantiene que él intentó pagar el alquiler depositando el dinero en el juzgado, «aunque eso no ha sido tenido en cuenta por el Juzgado de Primera Instancia». Asimismo, indicó que la subrogación del contrato de arrendamiento fue firmado por el 50% de los propietarios, no así por el otro 50%, que finalmente denunció los impagos. Fuentes de la familia Juliá indicaron que si José María dejó de pagar algunos alquileres fue por abonar los salarios a la plantilla, con 16 trabajadores, algunos con más de 40 años de antigüedad. «Fue el único de la familia que quiso asumir el riesgo de intentar reflotar el negocio cuando murió la abuela y eso hay que reconocérselo», señalaron las mismas fuentes, que indicaron que «cuando él cogió el negocio en 2013 el restaurante Los Monos llevaba años perdiendo hasta 200.000 euros anuales».