El arzobispo oficia el funeral en Sevilla por las víctimas del A400M

Durante la ceremonia por las cuatro víctimas mortales, Asenjo ha subrayado «la pena honda» y el «dolor personal y colectivo» que se extendieron desde Sevilla a España entera y a Europa, donde «todos se suman al llanto de sus familiares y compañeros por la muerte en acto de servicio de cuatro profesionales».

A la celebración religiosa, que se ha desarrollado en la nave de crucero presidida por el altar del Jubileo del templo, han asistido el ministro de Defensa, Pedro Morenés; la presidenta de la Junta, Susana Díaz; el delegado del Gobierno en Andalucía, Antonio Sanz, y los embajadores de Francia, Alemania y Reino Unido, además de la corporación municipal, entre otras autoridades.

El presidente de Airbus España, Fernando Alonso, ha encabezado la representación de la compañía en el servicio religioso, al que han asistido otros directivos de la empresa aeronáutica, así como compañeros y familiares del piloto, el copiloto y los dos ingenieros fallecidos.

A las siete de la tarde hacían su entrada en la Catedral por la puerta del Príncipe los féretros con los restos mortales de Jaime Gandarillas, Manuel Regueiro, Jesualdo Martínez y Gabriel García, que han sido colocados en el altar rodeados por coronas de flores y cubiertos con la bandera de España.

En su homilía, el arzobispo ha pedido por el restablecimiento de las dos personas que resultaron heridas graves y que permanecen ingresadas en los hospitales Virgen Macarena y Virgen del Rocío de Sevilla, así como por que «la investigación abierta evite futuros accidentes» y por que «se procure la estabilidad laboral de los empleados de Airbus».

Asenjo ha recordado que «si la muerte es siempre dolorosa y provoca innumerables interrogantes como máximo enigma que es de la vida humana, es mucho más dolorosa todavía la muerte inesperada de cuatro personas en la plenitud de su existencia», para añadir que la palabra de Dios «responde a los enigmas y conforta los corazones».

Dirigiéndose especialmente a las esposas e hijos de los fallecidos, el arzobispo les ha ofrecido «la condolencia más sincera» de la Iglesia de Sevilla.

«Contad con nuestra solidaridad, la comunión con vuestro dolor y, sobre todo, con nuestra oración ferviente que mitigue vuestro sufrimiento», ha dicho Asenjo a los familiares, que han asistido a la ceremonia en los primeros bancos situados al lado de las autoridades, en una Catedral en la que se han habilitado 3.000 sillas para los asistentes al servicio religioso.

Al término del funeral, que ha durado más de una hora, el arzobispo ha purificado los féretros con incienso y agua bendita, antes de saludar uno por uno a familiares y autoridades, que han despedido a las víctimas con una ovación al final de la ceremonia.