«Pensamos que no podía haber nadie vivo tras el accidente del A400M»

Cuando llegaron se encontraron con un escenario en llamas, «con explosiones, mucho humo y salimos corriendo para ver qué había pasado... pensamos que no podía haber nadie vivo». Al mismo tiempo que ellos tres se aproximaban también lo hicieron otras personas de terrenos colindantes.

«En realidad, nosotros no ayudamos a salir del avión a ninguno de los dos heridos, porque cuando llegamos estaban fuera, a uno de ellos lo vimos salir por una ventanilla... Lo que hicimos fue retirarles de allí como pudimos, porque no se podían mover». No se lo pensaron ni un minuto e intentaron auxiliar a los dos heridos ayudados de otras personas que allí se encontraban, como Francisco Miranda, guarda de un coto próximo.

Mientras que Fernando y Francisco ayudaron a sacar de la zona siniestrada a Joaquín Muñoz, el mecánico que iba en el avión, Manuel y Custodio hicieron lo propio con José Luis de Augusto, el ingeniero también herido. «Para mí fue algo impresionante, porque estuve 45 minutos con él, hasta que llegó la ambulancia, agarrándole la mano, que no me la quería soltar... yo lo vi muy grave, tenía las piernas destrozadas», recuerda Custodio Álvarez que, al igual que sus otros compañeros, afirma que en aquellos momentos no sintieron miedo. «No te planteas nada, ni lo que te hubiera podido pasar, aunque lo podía haber hecho cualquiera», tercia Manuel Iglesias, uno de los héroes de la jornada, que recibió felicitaciones del propio Mariano Rajoy —con quien sale en una fotografía del perfil de Twitter del presidente del Gobierno— , Susana Díaz o Juan Ignacio Zoido. «Estamos contentos por haber ayudado a salvar dos vidas —dice Fernando—, pero no somos héroes».