Un piloto se encierra en la cabina del avión en pleno vuelo. La tripulación comienza a aporrear la puerta, cerrada por dentro, al advertir que el aparato comienza a descender. El piloto hace oidos sordos a los ruegos y, ante la evidencia de que el ... piloto planea estrellar el aparato, la tripulación intenta derribar inútilmente la puerta de la cabina. El avión se estrella finalmente contra el suelo repleto de pasajeros.
No es la narración del accidente del pasado martes en los Alpes, sino el argumento del primer episodio de la película «Relatos salvajes», dirigidas por el argentino Damián Szifron y que optó al Oscar a la mejor película extranjera en la reciente gala celebrada en Los Angeles.
En la película, de gran éxito en toda Europa, un piloto que ha sufrido burlas y acoso durante toda su vida logra reunir en un mismo vuelo a diferentes personas que se habían reido de él y estrella el avión contra la casa de sus padres, responsables de los traumas infantiles que le atormentaban. La situación que se vive en el avión durante la película recrea de forma estremecedora la que se debió vivir en el vuelo del Airbus 320 estrellado en Francia.
¿Pudo ver el copiloto del vuelo responsable del accidente la película y decidió reproducir el argumento? Eso es algo que probablemente nunca se pueda comprobar.
La película que «anticipó» el accidente del avión de Germanwings
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