El Antiquarium de las «Setas» cierra por «problemas de construcción»

Los informes técnicos certifican que esa puerta pasó la inspección correspondiente el pasado verano y que en la revisión diaria que llevan a cabo los responsables del edificio y el vigilante de seguridad no se detectó ningún problema con las bisagras. Sin embargo, la puerta cayó a plomo y sin obstáculos sobre tres mujeres que han sufrido diferentes traumatismos —en un caso incluso la rotura de varias vértebras—, por los que el Ayuntamiento las tendrá que indemnizar a través de su «seguro de actividad».

Los técnicos de Urbanismo y de Edificios Municipales inspeccionaron el lugar ese mismo día —el viernes de la semana pasada— para determinar las razones de este desprendimiento y llegaron a la conclusión de que se trataba de un «defecto oculto de la construcción», aunque el informe definitivo aún tardará en conocerse varias semanas porque ahora están trabajando los profesionales sobre el terreno para averiguar la trascendencia exacta de ese fallo constructivo.

Entre tanto, el Antiquarium permanecerá cerrado y no tiene fecha de reapertura. Las fuentes consultadas explican que en la investigación que llevan a cabo los técnicos municipales se han solicitado documentos a la constructora Sacyr y al arquitecto de este museo subterráneo, Felipe Palomino, para discernir dónde está el fallo y cuál es su gravedad. Las revisiones están al día.

De hecho, cuando se hizo el traspaso de titularidad del inmueble a la Delegación de Cultura en 2012 se hizo una inspección en la que también participó Sacyr y no se detectó ningún problema de instalación. Lo mismo ocurrió el pasado mes de julio, por lo que la hipótesis más probable es que se trate de una deficiencia estructural que podría ir desde el desplazamiento de un muro de carga a un error de construcción.

Las «Setas» ya nacieron con esta sospecha a su alrededor. De hecho, el propio Alfredo Sánchez Monteseirín, impulsor del polémico monumento de La Encarnación, tuvo que reconocer que el estudio de ingeniería que había hecho la empresa Ove Arup sobre el diseño del arquitecto alemán Jurgen Mayer era imposible de ejecutar.

En la misma posición se situaron otras empresas de ingeniería y eso provocó que el gobierno socialista modificara el proyecto para apostar por las famosas maderas, que desde el primer minuto han obligado a Sacyr a tener un permanente servicio de mantenimiento apretando tornillos por los cambios de temperatura. Es más, arquitectos de gran prestigio como Jaime López de Asiaín han llegado a afirmar que ese edificio no aguantará con los años.

Con esa duda en el ambiente, la actual investigación de Urbanismo adquiere una importancia crucial para el Metropol Parasol, ya que si se confirma que el problema es estructural el Ayuntamiento llevará el caso a los tribunales.

El alcalde, Juan Ignacio Zoido, ya ha encargado una auditoría sobre los sobrecostes de la obra, que alcanzaron un coste total de 102 millones de euros, en la que no descarta pedir una indemnización a Jurgen Mayer, ya que considera que el arquitecto era consciente de que la obra que había concebido originalmente no se podía ejecutar y hubo que cambiar el proyecto para hacerlo realidad.

Sacyr agilizó el final de las obras para que Monteseirín pudiera inaugurarlas antes de dejar la Alcaldía, cosa que logró el 27 de marzo de 2011 junto con el Antiquarium.