POR NO LLEVAR EL PASAPORTE ENCIMA
«Si no les pagas, estás encerrada en una celda días y días. Es horrible»
La promotora cultural sevillana detenida en México de forma irregular narra sus traumáticas horas tras los barrotes de una oficina de extranjería tras ser arrestada en un autobús
EDUARDO BARBA
Sandra Carvajal Molina, promotora cultural sevillana que pasa unas semanas en México por trabajo junto a su pareja, respira ya aliviada tras su traumática experiencia en un centro de inmigración de aquel país al que fue llevada la noche del martes sin más explicación que ... no llevar consigo el pasaporte y donde estuvo retenida en una celda en condiciones infrahumanas hasta la tarde del día siguiente. Pero la sensación de esta chica de 37 años es contradictoria, agridulce. Lo que vio la ha dejado marcada. «Afortunadamente para mí no pasó de ese mal día, sobre todo porque yo estaba apoyada desde fuera y se movieron para ayudarme. Pero mucha de la gente que estaba encerrada no tenía a nadie. Alguna de las chicas llevaba allí nueve o diez días, ya ni sabía en qué día estábamos», explicaba a ABC.
Sandra fue arrestada durante un viaje en autobús desde Cárdenas, donde había estado dando unas charlas con un artista local, a México Distrito Federal. «Un retén detuvo el autobús y un hombre con traje blanco reflectante subió con muy malos modos, dirigiéndose al conductor de manera autoritaria. Se paró ante mí, me miró, fue al fondo del autobús y al volver se detuvo conmigo y me pidió el pasaporte, que yo no llevaba por recomendación de las propias autoridades mexicanas, que me dijeron que sólo haría falta cuando volviera a salir del país. Por ese motivo me detuvieron y me llevaron a una furgoneta amenazando a mi pareja, Iván, pues él decía que venía conmigo. Se lo impidieron bajo coacciones e insultos». La española señalaba que fue arrestada «por ser extranjera, como el propio agente dijo cuando le pregunté por qué no pedía la documentación a los demás. Me dijo que todos los demás eran mexicanos. Estaba claro lo que pretendían y cómo funcionan, retienen a extranjeros de manera irregular para sacarles dinero».
Sandra recordaba que fue llevada a la sede del Instituto Nacional de Migración (INM) junto con otra chica extranjera, una japonesa que se encontraba en el estado de Tabasco de intercambio. Y que ambas fueron llevadas a una celda «en condiciones tercermundistas». «Aquello medía seis metros por cuatro y estábamos once personas adultas y tres niños de unos diez años. Sin ventilación, con tres colchonetas y sin luz ni agua corriente. Y otra celda que tenían al lado era incluso peor. Fue terrible, no sólo por mí sino por ver a toda aquella pobre gente de El Salvador, Cuba, o Estados Unidos que fueron parados y que estaban siendo retenidos durante días con justificaciones lamentables, increíbles».
Esta sevillana exponía en su conversación con ABC que quienes estaban en la celda le preguntaron «cuánto había tenido que pagar ya para poder salir de allí» y que alguna chica ya le indicó que había abonado a los agentes de inmigración cien dólares. «Querían dinero y conmigo no lo lograron porque desde fuera movimos el tema y hubo presiones, pero está claro que es su manera de actuar. Y si no, estás allí encerrada días y días. Es horrible. Mis datos podían haberlos tenido en 20 minutos y me tuvieron allí un día entero alegando que el personal administrativo se había marchado a las seis de la tarde». Sandra y su pareja ya han contactado con la Comisión Internacional de Derechos Humanos, que les ha solicitado un escrito narrando la detención y lo que vivieron.
«Si no les pagas, estás encerrada en una celda días y días. Es horrible»
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