HEMEROTECA

Colección gráfica de ABC: la inauguración del puente de Alfonso XIII

El Rey que le da nombre fue el primero en cruzarlo a bordo del crucero «Buenos Aires» con los héreos del «Plus Ultra»

Colección gráfica de ABC: la inauguración del puente de Alfonso XIII DUQUE / ARCHIVO DE ABC

FRANÇOIS GUITARD

El puente de Alfonso XIII, conocido entre los sevillanos durante toda su existencia como el puente de hierro, ha vuelto al primer plano de la actualidad ante el alarmante deterioro de las condiciones de conservación con robo de material incluido. Merece la pena recordar la ... historia de su inauguración en la Colección gráfica de ABC.

Se inauguró el 6 de abril de 1926, curiosamente interrumpiendo el tránsito rodado sobre el paso a fin de que se abrieran las hojas móviles del tramo central para que pudiera remontar el río el crucero «Buenos Aires» de la Armada argentina a bordo del cual viajaba el propio Rey que daba nombre al puente y la tripulación del avión «Plus Ultra» que había conseguido el récord mundial de distancia con escalas en vuelo. ABC dio cumplidad cuenta de aquel acontecimiento en su edición del 8 de abril.

Los héroes del hidroavión -Ramón Franco, Julio Ruiz de Alda, Juan Manuel Durán y Pablo Rada- que habían completado el viaje entre Palos de la Frontera y Buenos Aires habían sido recibidos en loor de multitudes a su llegada a Argentina, por lo que para su vuelta a España se le dispensaron los máximos honores.

En Sevilla, se esperó la llegada del crucero de la Marina de Guerra argentina junto a Su Majestad Alfonso XIII y los ministros de Marina y Fomento para la entrada triunfal en la ciudad inaugurando tanto el canal de la dársena como el puente bautizados en honor del monarca.

La jornada inaugural estuvo salpicada de actos, como el tedéum con el que se conmemoró la gesta aeronáutica y la bendición de la obra de ingeniería hidráulica a cargo del cardenal Eustaquio Ilundáin, además de banquetes y agasajos varios.

La crónica de ABC del 8 de abril de 1926 reseñaba la intervención en uno de ellos del ministro de Marina, Honorio Cornejo Carvajal, quien sacaba a relucir temas muy de actualidad casi noventa años después cuando se felicitaba por la riqueza y prosperidad que traería a Sevilla la nueva vía fluvial: «Calculen ustedes, señores comerciantes, la cantidad de mercaderías que pueden transportar buques mercantes de este porte» en referencia al navío «Blas de Lezo» de la Armada, que con 143 metros de eslora había podido remontar el Guadalquivir.

Entonces era la manga; hoy es el calado, pero Sevilla siempre está pendiente del río y su canal navegable.

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