Parte del patrimonio de Sevilla, en la chatarrería

Esto demuestra el abandono de una instalación con el máximo grado de protección, el «A», en el catálogo de patrimonio andaluz, que también tiene un valor crematístico pues su estructura es metálica y lleva perfiles de acero.

Los materiales que arrancan los delincuentes van directamente a las chatarrerías a cambio de no pocos beneficios. Además, es frecuente que cuando venden las barandillas no las fundan sino que las cortan en tubos con menor medida, pero del mismo diámetro y, por tanto, fácil de reconocer.

El puente, que se inauguró en 1926, se cerró al tráfico en 1991, cuando entró en servicio el que se había construido en paralelo, Las Delicias, como parte de la nueva conexión viaria entre Tablada y El Porvenir ejecutada dentro de la reordenación urbana de la ciudad con motivo de la Exposición Universal.

El buque español Laya fue el último barco que pasó bajo la emblemática estructura.

Aunque la idea inicial fue desguazarlo y venderlo, en la ciudad se generó una polémica tal que al final el Ayuntamiento de Sevilla y la Junta de Andalucía reconocieron el valor cultural y histórico de la pasarela.

Mientras se decidía qué hacer con él, en 1997, y porque dificultaba la navegación, se llevó al muelle de Las Delicias. Estando allí, el Ayuntamiento se planteó reutilizarlo como puente entre San Jerónimo y el parque del Alamillo primero; y, luego, como pasarela en su entorno original.

En 2003 se llevó a su emplazamiento actual y ahora se proyecta trasladarlo a un lugar de ocio en el muelle de Tablada. Si perdura.

El 6 de abril de 1926 un total de 140 aviones despegaron de Tablada y sobrevolaron el Guadalquivir para recibir al crucero argentino Buenos Aires que traía a bordo al rey Alfonso XIII y a los héroes del Plus Ultra. Así se inauguraba el canal y el puente del mismo nombre que el monarca.