Suspenso a la Junta en el control de las fábricas de harinas para piensos

El documento, elaborado por el técnico R. B. B., señala que en junio de 2011 un inspector veterinario confirmó que Dasy cumplía todos los requisitos para hacer «proteínas hidrolizadas». «Hidrolizar» las harinas hechas con despojos de pollo y cerdo es un proceso caro por el cual se somete a las mismas a un proceso enzimático, lo que impide que puedan transmitir enfermedades y que pueda ser consumidas por todo tipo de animales. Rafael Olvera, jefe del servicio de Producción Ganadera y hoy director general de ese departamento, dio el visto bueno a Dasy, al igual que la entonces directora de Producción Agrícola y Ganadera, Judit Anda.

Esa autorización de la Junta de Andalucía abrió a Dasy las puertas para exportar proteína hidrolizada de «no rumiantes» a países que prohiben las harinas cárnicas. Sólo en 2013, PGG -grupo al que perteneceDasy- exportó a Vietnam, Colombia o Venezuela más de 20.000 toneladas de harinas para piensos y ahora el juzgado de Osuna investiga si esas harinas fueron hechas con animales enfermos o no aptos (gatos y perros) o si fueron hidrolizadas para evitar el contagio de enfermedades (mal de las vacas locas, salmonella, listeria...). Autorizó esas exportaciones el jefe de Sanidad Animal de la Junta en Sevilla, Luis Vázquez, al que ahora se ha abierto un expediente sancionador porque al parecer no tenía competencias para conceder esos certificados. Según los pinchazos telefónicos, Vázquez pidió a Dasy que colocaran a una sobrina que es veterinario y el dueño de la empresa accedió.

Según el funcionario R. B. B., desde que se autorizó a Dasy la planta de hidrolizado en 2011 la Consejería de Agricultura de la Junta no tomó muestras hasta 2014 para controlar el proceso de producción y tener constancia de que la empresa estaba realmente hidrolizando harinas de cerdo y ave. Según diligencias practicadas por la Guardia Civil y los pinchazos telefónicos al dueño de Dasy y trabajadores de la compañía, la fábrica no estaba hidrolizando, con lo que no se garantizaba presuntamente la esterilización de las harinas cárnicas y la transmisión de enfermedades. R. B. B. llega a decir quePet Food -del grupo PGG- exportó harinas cárnicas de Dasy haciéndolas pasar por proteína hidrolizada.

Tras iniciar la Guardia Civil una investigación sobre estos hechos, la Junta de Andalucía comenzó a trabajar en el control de plantas Sandach, detectando tres almacenes ilegales de harinas en 2014: dos de Dasy en Santaella y Villanueva del Duque (Córdoba) con harinas C1, que tendrían que haberse eliminado; y otro de Render en Pedrera (Sevilla) con harinas C3 (destinadas a piensos), que dio positiva en salmonella. La Junta ha detectado salmonella en harinas de Dasy y ha revocado las autorizaciones para que pueda seguir actuando.

Además, la Junta de Andalucía detectó en 2014 que Render Grasas envió grasas C3 (autorizadas para hacer piensos para animales de abasto y compañía) a una planta C1 de Mérida para su destrucción. ¿Por qué Render querría destruir unas grasas que en el mercado estaban en torno a 500 o 650 euros la tonelada? La hipótesis que baraja el funcionario R. B. B. es que Render podía sospechar de la presencia en las analíticas de ADN de perro o gato.